Agua, fuego, tierra y aire: Sin ellos, la vida no existiría. Los seres humanos lo saben y se han servido de los elementos. De allí proviene el progreso. Pero, ¿cuál es el límite del crecimiento? Luego de que en muchos lugares se transtornara el equilibrio natural y, parcialmente, se perdiera para siempre, ha comenzado una etapa de renovación del pensamiento.
Los seres humanos siempre tuvieron conciencia de esa trascendencia. Adoraron al sol como una deidad, llamaron madre a la tierra, conocieron a los espíritus del aire y del agua. Al mismo tiempo aprovecharon los elementos. Así surgió el progreso.