POEMA
César Antezana / Flavia Lima
tus dedos primero, uno a uno
lúbrica, intento respirar sin dificultad
ceder
tu mano izquierda después
penetrándome despacio
mojándose al contacto de
mi entrepierna estupefacta
mis ojos cerrados, entornados ligeramente
adivinan tu puño gesticulando dentro amenazas eternas de
imprescindible fanfarrón
un golpe seco basta para voltearme
y reposo entonces sobre alguna superficie de terracota
erizada aún por el movimiento de tus nudillos
cuando grito
ya basta
sólo para hacer conversación
oigo el crujido de tus dientes
y el sueño prosigue como una larga secuencia de sonidos
mezcla de hugonote y noise
Esta exploración es también personal, por supuesto y resulta definitivamente de pulsiones muy profundas que tengo desde la infancia, veladas, reprimidas de alguna forma. Mi escritura, mi apariencia en general
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