Javier Martín:
“El cine chileno atraviesa un momento dulce”

Delegado de la Berlinale para una quincena de países latinoamericanos, Javier Martín evalúa el estado actual del cine chileno y latinoamericano tras su visita al SANFIC, invitado por el Goethe-Institut.
 

Javier Martín © SANFIC
Fue una visita intensa de solo tres días para participar de SANFIC Industria, ya que el español Javier Martín asistió en su calidad de delegado de la Berlinale para varios países de nuestra región.

Licenciado en Ciencias Económicas, desde 1995 Martín se instaló en París. Después de especializarse en la distribución de cine español y latinoamericano en Francia, actualmente trabaja en la dirección de programas del Forum des Images, institución cinematográfica dependiente del Ayuntamiento de París.
Desde hace años colabora con distintos festivales de cine. Así, entre 2005 y 2007 coordinó los Encuentros internacionales de Escuelas de cine del Festival de San Sebastián, antes de integrar el equipo de la Quincena de realizadores de Cannes por un período de seis años. Además es experto evaluador del Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián, miembro del comité de selección del festival de cine documental Cinéma du Réel (París) y programador del BIFF - Bogotá International Film Festival.

Después de su breve visita a Santiago en el marco del SANFIC, conversamos con Javier Martín acerca del desarrollo del cine chileno y sus perspectivas.


¿Qué balance puede hacer de su participación en SANFIC Industria, y del festival SANFIC en general?

El balance es muy satisfactorio. El espacio de SANFIC Industria favorece y provoca numerosos encuentros, sirve tanto para retomar contacto con los productores confirmados, así como con nuevos talentos del cine chileno, tanto directores como jóvenes productores. No tuve tiempo de acudir a las proyecciones públicas de las distintas secciones, pero habiendo asistido a la edicion 2015, me parece evidente que ha habido un salto cualitativo tanto en las actividades de industria como en el nivel y diversidad de las películas presentadas a concurso.

En entrevista con Javier Martín


¿En qué momento se encuentra el cine chileno, y el latinoamericano, de acuerdo a lo que pudo apreciar en este festival y en otros de la región? ¿Qué destacaría?

Pienso que el cine chileno atraviesa un momento dulce desde hace unos años, en el que directores confirmados continúan proponiendo de manera regular propuestas tan sólidas como personales, y en el que cada nuevo año surgen nuevos directores con propuestas innovadoras. Siento que esta renovación generacional viene además acompañada de un sentimiento colectivo del cine chileno, en el sentido que se entiende el éxito internacional de una película chilena como algo bueno para el cine chileno. Por supuesto todo esto no puede hacer olvidar la fragilidad de la industria nacional, y la necesidad de crear un público local para el cine chileno. Para poder conquistar otros territorios es necesario que la industria chilena sea fuerte en su propio país, en particular en el sector de la distribución y del acceso a las salas, pero esto es un problema que comparte con la mayor parte de cinematografías, no solo latinoamericanas sino de todo el globo. Excepciones como la de Francia, donde el cine nacional puede llegar a conseguir cuotas de mercado que compiten con las cine norteamericano, no son fruto del azar, sino que responden tanto a una voluntad política de apoyo al cine francés como a una pluralidad de dispositivos de formación, de creación y de renovación de público, tanto en las escuelas como en las propias salas (desde 2014, los jóvenes de menos de 14 años pagan 4€ por ticket, cuando el precio medio ronda los 10€, reducción que ha favorecido la renovación del público joven, que se estaba orientando masivamente a juegos de internet, series TV...). Cada industria tiene sus especificidades y no hay soluciones genéricas, exportables, sino que hay que adaptarlas a cada país. Por desgracia no hay remedios milagro, y sin una voluntad política clara y continuada de apoyo al cine ni una visión a largo plazo no se corregirán este tipo de desequilibrios en el cine latinoamericano.


¿Cómo se ve el desarrollo del cine chileno (y latinoamericano) desde Europa? ¿Qué lo hace novedoso, qué lo hace menos atractivo? ¿Qué tan abierto está Europa a exhibir cine de estas latitudes?

De manera general, la exhibición del cine latinoamericano en Europa viene condicionada desde el proceso de producción. Es evidente que la coproducción con Francia o Alemania favorece la posterior distribución en salas. En ausencia de coproducción, una buena recepción de la película en los grandes festivales internacionales favorecerá su difusión en circuitos de festivales, aunque siempre será más difícil acceder a la distribución. El éxito internacional de directores chilenos provoca un sentimiento general de curiosidad en la industria europea, ávida de poder descubrir nuevos talentos.