Nuestro pueblo puesto del revés: arte en entornos rurales


Barbara Caveng, KunstKiosk. 2013, Photo Caveng 2

En un lugar vemos cómo se transforma la vida entera de una localidad. En otro, se da a solicitantes de asilo la posibilidad de hablar. Más allá de las grandes aglomeraciones urbanas se están desarrollando con éxito interesantes enfoques para fomentar la participación. He aquí dos ejemplos.

La artista Barbara Caveng, que trabaja en el fomento de la participación desde 2003, va a mudarse en 2013 para residir seis meses en Blankensee-Pampow, localidad de Pomerania Occidental situada junto a la frontera germano-polaca. Tras presentar su solicitud para ser admitida en el proyecto «Kunst fürs Dorf – Dörfer für Kunst» [Arte para nuestro pueblo / Pueblos para el arte], Blankensee-Pampow consiguió estar entre las tres localidades adjudicatarias. Barbara Caveng, pues, se ha convertido en la artista local al servicio de los vecinos por un plazo predeterminado. A finales de marzo de 2013 se le concederá una vivienda en este pueblo que sufre la huida de sus habitantes. De 700, quedan en 2013 tan solo 570, mientras sigue agudizándose la tendencia descendente. Es el momento, pues, de hacer algo.

Barbara Caveng, Pampsee, Konstruktion 2013

Para que algo se una, tiene que estar unido

Durante semanas, esta berlinesa por decisión propia visitará a habitantes de una y otra parte del municipio. Pues el pueblo, fusionado en 2004, lo forman dos localidades: Blankensee y Pampow. Ambas están separadas por una carretera de dos kilómetros de longitud, bordeada por prados y bosques. En las salas de estar de los naturales de Pampow y Blankensee suele oírse esta frase: «Nosotros vivimos aquí; los otros viven allí. No somos del mismo sitio.» Y justo esa es la base de la que parte la labor de fomento de la participación que desarrolla Barbara Caveng. En seguida lo vio claro: la carretera no era algo que uniese las dos localidades, sino una frontera. Y eso tiene que cambiar.

«Debería haber un lugar común en el que la gente se encuentre y pueda conversar», afirma Caveng. Para desempeñar esta función se ofrecía una antigua caseta de obras sobre ruedas de los tiempos de la RDA, de ahora en adelante denominada el «Chiringuito del Arte». Barbara Caveng lo califica de «proyecto emprendido en común»: en colaboración con los habitantes locales, se dispone a remodelar la caseta, convocando para ello a vecinos de Pampow y Blankensee que formarán distintos grupos de trabajo. En el Chiringuito, atendido por vecinos de la localidad, se venderán productos de la región, pero no solamente mientras esté presente la artista, sino también cuando se haya ido. Así, que los cicloturistas que atraviesan la localidad siguiendo la ruta Oder-Neiße puedan seguir disfrutando un café con pastel dependerá, por tanto, de los vecinos de la localidad y de la cooperación entre ellos.

Barbara Caveng, Pampsee „MI KRICHT HIER KEENER MEHR WECH“ 2013

Una población empieza a conocerse a sí misma

Pero no basta con el Chiringuito. A mitad de la carretera entre ambas localidades, Barbara Caveng ha creado una nueva plaza municipal. El lugar se llama «Pampsee», como se lee incluso en el correspondiente cartel indicador: «Pampsee. Municipio artístico 2013. Comarca Pomerania Occidental-Greifswald». En la plaza se encuentra el Chiringuito, y a su lado también una escultura de madera de 14 metros de longitud. Para la instalación se tomó como modelo los denominados «Holzmieten», pilas de leña típicas de Pomerania Occidental. En la pila está inscrita una cita de un vecino para que todos los que pasen por allí lean una frase en dialecto local que ya se ha incorporado al lenguaje cotidinao de la población: «DE AQUÍ YA NO HAY QUIEN ME ECHE.» Las cuentas de Barbara Caveng parecen cuadrar: la localidad se ha reunificado según todos los indicios, la carretera tiene más tránsito que antes, los vecinos de Pampow hablan con los de Blankensee y a la inversa.

Voy a dejarte hablar

Silvia Wienefoet, Trafoturm „we are on transit here“
Vergrößern
Becada por la Aldea Artística de Schöppingen –a medio camino entre la ciudad de Münster y Holanda–, Silvia Wienefoet llevó a cabo otro proyecto de fomento de la participación. Desde la Aldea veía pasar continuamente grupos de personas que la atravesaban en dirección al supermercado. Hablaban árabe, turco o ruso. «En la localidad hay un organismo encargado de dar alojamiento a solicitantes de asilo», explica la artista. Y de eso justamente, como vio con claridad durante su beca, tenía que tratar su actividad artística. «Estas personas viven en la localidad nada más que por un periodo breve, sin saber a dónde van a ir a continuación. Por desgracia, la vida cotidiana de estos solicitantes no se cruza absolutamente nunca con la de los nativos de Schöppingen.». De modo similar al de Barbara Caveng, Silvia Wienefoet quiere cambiar cosas trabajando también con particularidades locales e integrando en la tarea a las personas que están allí.

Existes realmente

Im selben Boot / In internationalen Gewässern, Marinetechnikerschule Paro, 2002
Vergrößern
La artista visitó a los solicitantes de asilo en su alojamiento temporal y habló largamente con estas personas llegadas de todo el mundo tras huir de alguna guerra o de la precariedad económica de sus países. La base del proyecto artístico la forman declaraciones de los refugiados que fue recopilando Silvia Wienefoet. Entre la Aldea Artística y el supermercado hay una torre de transformación eléctrica fuera de servicio, que se convirtió en la «torre de las citas». De este modo, según la artista, se produjo una aproximación entre los solicitantes de asilo y los vecinos de Schöppingen que transitaban por el lugar, desarrollándose con ello un cierto entendimiento. «¡Todos los participantes estaban tan orgullosos de que pudieran leerse sus palabras! En ello veían algo que les confirmaba su noción de sí mismos, el hecho de que realmente se hallaban en aquel lugar al estar escritos allí su nombre y edad.»

 
Del 1 de febrero al 6 de abril de 2014 podrá contemplarse en la galería im Saalbau (Berlín) la exposición «Heimisch» [«De aquí»] de Barbara Caveng. Está dedicada al proyecto desarrollado en Blankensee-Pampow.