Inteligencia artifical y arte
Siete artistas que dan vida a los algoritmos

El juego de realidad virtual de Matthieu Cherubini 35.000 Feet simula un vuelo sobre Siria.
El juego de realidad virtual de Matthieu Cherubini 35.000 Feet simula un vuelo sobre Siria. | Foto (detalle): © Matthieu Cherubini, 2017

Hacen bailar a los algoritmos e insuflan vida al software: artistas que experimentan con inteligencia artificial, que exploran y borran las fronteras entre hombre y máquina. Si a usted le gustó la serie Black Mirror, seguramente le encantarán estos artistas.

¿Los algoritmos toman mejores decisiones que los humanos? ¿La Inteligencia Artificial puede también ser estúpida? Muchos creadores abordan estas preguntas en sus proyectos de Inteligencia Artificial. Una escena muy activa de artistas provenientes de o radicados en los países de habla alemana investiga la esencia humana en la época de las máquinas autodidactas y Big Data.

Sebastian Schmieg

¿Le ha ofrecido Amazon alguna vez un estuche para ametralladora como producto recomendado? La Inteligencia Artificial, que desarrolló Sebastian Schmieg en su proyecto Other People Also Bought llegó rápidamente a este punto: comenzando con el primer producto que se vendió alguna vez en Amazon, un libro de Douglas Hofstadter, el script agregó continuamente cada artículo recomendado que seguía en la lista de “Usuarios que han comprado este artículo compraron también...”. Las obras de Schmieg encuentran en el algoritmo lo absurdo y no dudan en llevarlo al extremo. Su Segmentation.Network ejecuta sin cesar más de 600.000 segmentos animados que fueron creados para un conjunto de datos de reconocimiento visual desarrollado por Microsoft. Un gran número de colaboradores los recogió a partir de fotos de Flickr. Con ayuda de esos conjuntos de datos los algoritmos “aprenden” a diferenciar el aspecto de una vaca, de una persona o de un sofá –según el ángulo y la perspectiva de cámara– y a continuación pueden, por ejemplo, reconocer una vaca también de medio perfil. Esto muestra cuánto trabajo humano se necesita para alimentar una Inteligencia Artificial hasta que puede tomar decisiones selectivas en lugar de un ser humano.

Florian Egermann

Florian Egermann se denomina a sí mismo artista, activista y astronauta. Al menos en la primera profesión, el fundador de la red Failed Artists International es muy exitoso. Hace un par de años, este artista de Colonia creó su propia moneda virtual: con el F€URO se podía apostar en el juego bursátil Fear Exchange a la cotización de los más diversos miedos. ¿Qué causará el próximo pánico? ¿La corrupción? ¿La vigilancia? ¿O el colapso climático? Los jugadores pueden intentar suerte en esta bolsa del miedo y con sus pronósticos tal vez convertirse en el Top Fear Broker. Una versión libre de la consigna: “Don’t conquer fear. Gamble on it.” (“No superes el miedo. Juega con él”.)
¿Qué causará el próximo pánico? En el juego bursátil Fear Exchange de Florian Egermann, los jugadores pueden apostar la cotización de los más diversos miedos. ¿Qué causará el próximo pánico? En el juego bursátil Fear Exchange de Florian Egermann, los jugadores pueden apostar la cotización de los más diversos miedos. | | Foto: © Florian Egermann, FearExchange, Web Art, 2017

Matthieu Cherubini

El suizo Matthieu Cherubini vive en Pekín y es originalmente programador. Ahora, sin embargo, usas sus habilidades con el código principalmente para crear con unos y ceros proyectos artísticos que abordan la política y la sociedad. Su juego de realidad virtual 35.000 Feet simula un vuelo sobre Siria. Mientras afuera retozan los drones y por las ventanillas pasan las ruinas de una zona de guerra, el jugador, que es un pasajero, tiene la posibilidad de distraerse a bordo con un film hollywoodense o una revista glamorosa. Quien advierta los contrastes y quiera hacer un comentario puede twittear desde el avión. La idea de la obra se enlaza con el proyecto Afghan War Diary (2010), del mismo artista, en el que vía Google Earth se proyectó la matanza virtual del juego Counter Strike en un escenario de guerra real de Afganistán.

Manu Luksch

Como puede verse en su película Dreams Rewired (2015) –una compilación de utopías sobre las modernas técnicas de comunicación–, los maravillosos efectos de las nuevas tecnologías en la sociedad y la vida cotidiana ejercen una fascinación irresistible sobre Manu Luksch. Por más que la obra de la austríaca en su conjunto parezca tecnofóbica, su modo de realización es amorosamente tecnófila. Su última travesura con la Inteligencia Artificial –la serie ALGO-RHYTHM– trata sobre la tercerización de decisiones que deberían haber sido tomadas por seres humanos. El Rap Musical against Automated Propaganda es la primera instalación de esa serie de trabajos que exhortan al espectador a considerar, por un lado, la necesidad de comodidad y eficiencia y, por otro, la libertad de decisión.

Egor Kraft

A Egor Kraft, un artista que trabaja desde Viena, Moscú y Berlín, le gusta jugar en sus obras interdisciplinarias con la percepción de los seres humanos. Para su proyecto The New Color creó una página web en la que una empresa inexistente anunciaba haber desarrollado un color enteramente nuevo. Muchos visitantes de la página fueron incapaces de reconocer la noticia falsa como tal y el proyecto no tardó en tener su propia dinámica. Diariamente llegaban pedidos de personas que de una vez por todas querían ver el nuevo color. Al final sus correos electrónicos se publicaron en forma de libro junto con la documentación del proyecto. Con I Print, Therefore I Am Kraft logró una instalación automática de alto contenido filosófico. Con cinco litros de tinta hizo que una impresora modificada imprimiera durante dos meses sin interrupción la versión automática de la sentencia de Descartes “Cogito ergo sum” (Soy, luego existo) en una cinta de papel.

 

!Mediengruppe Bitnik

El !Mediengruppe Bitnik, que funciona en Zúrich y Londres, llamó la atención en 2013 cuando le envió al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, una cámara que transmitía en vivo su viaje por el sistema de correo. Más tarde crearon el Random Darknet Shopper, un bot automatizado que durante meses encargó productos elegidos al azar en los mercados ilegales de la Darknet y los hacía llegar directamente al taller del grupo. En 2015, su instalación H3333333K desfiguró la fachada del House of Electronic Arts Basel con una imagen digital defectuosa.

Sascha Pohflepp

Biología sintética, geo-ingeniería, la creación de mundos nuevos: estas cuestiones complejas están en el centro de la obra de Sascha Pohflepp. El diseñador y artista de Inteligencia Artificial explora el papel de la tecnología en la investigación de nuestro medio ambiente, incluido el espacio exterior. Así, sus obras muchas veces se mueven entre ondas cerebrales y ondas espaciales. Por ejemplo, su Spacewalk muestra qué sucede cuando dos Inteligencias Artificiales juegan un juego en el que deben amontonar y reconstruir tres mil imágenes de animales depredadores: surge una red neural generativas que puede ser impresa en una superficie de 120 x 120 cm. Además, Pohflepp escribe ensayos sobre temas políticos, que podrían ubicarse entre Emerson y Asimov, por ejemplo sobre máquinas vivientes.