Educación interdisciplinaria  El enfoque universal

En vista de los interrogantes que plantea actualmente la investigación, ¿debería la enseñanza universitaria centrarse más en la especialización o en una formación universal?
En vista de los interrogantes que plantea actualmente la investigación, ¿debería la enseñanza universitaria centrarse más en la especialización o en una formación universal? Foto (detalle): © picture alliance/Waltraud Grubitzsch (90311526)

Con el correr de los siglos la enseñanza universitaria se ha ido especializando cada vez más. Sin embargo, los problemas actuales exigen de modo creciente enfoques interdisciplinarios. El director de la Sociedad Leibniz, Matthias Kleiner, ve un renacimiento de la investigación universal.
 

Se suele decir que Alexander von Humboldt fue uno de los últimos eruditos universales. El célebre naturalista ostentaba amplios conocimientos de etnología, historia y geología. En los siglos XVII y XVIII esto no era ninguna rareza. El filósofo Gottfried Wilhelm Leibniz, por su parte, estaba versado simultáneamente en matemática y ciencias jurídicas, y el físico Isaac Newton en filosofía y teología. Hace tiempo que ya no hay tales eruditos universales de cuño clásico. Los conocimientos requeridos por cada disciplina se han vuelto demasiado específicos. Sin embargo, esto no significa el fin de la investigación con un enfoque universal. Más bien lo contrario, opina Matthias Kleiner. El director de la Sociedad Leibniz ve en la cooperación de las diversas disciplinas especializadas la respuesta a los complejos desafíos de esta época.
 
Se dice que los científicos saben cada vez más sobre menos cosas. ¿Ha desaparecido del sistema educativo alemán el ideal de formación universal tal como lo encarnaron Leibniz o Humboldt?
 
Sí y no. Hay una profunda especialización y división del trabajo, pero también una amplia cooperación interdisciplinaria. La ciencia es algo amplio que involucra toda nuestra existencia y da respuestas a complejas preguntas del futuro. Por eso es importante que cada disciplina no sólo profundice en su propio ámbito específico sino que siga siendo capaz de conectarse con otras. Y otra cosa importante: la excelencia interdisciplinaria sólo es posible con competencia en cada disciplina.
 
Eso significa que, si bien se necesitan científicos especializados, a través de la colaboración que trasciende las disciplinas puede ponerse en práctica un enfoque universal. ¿Es ese el principio que rige a la Sociedad Leibniz?


Matthias Kleiner fue presidente de la Sociedad Alemana de Investigación (DFG). Desde 2014, el ingeniero mecánico dirige la Sociedad Leibniz Matthias Kleiner fue presidente de la Sociedad Alemana de Investigación (DFG). Desde 2014, el ingeniero mecánico dirige la Sociedad Leibniz | Foto: © Sociedad Leibniz /Oliver Lang La Sociedad Leibniz encarna ese principio. En noventa y cinco institutos, instalaciones y museos, todos ellos dedicados a la investigación, trabajan veinte mil personas para crear conocimiento. Cada institución tiene su tarea especial, que ya de por sí va más allá de una especialidad. Tomemos el ejemplo del cambio climático. Lo investiga el Instituto de Investigación de Consecuencias Climáticas de Potsdam y lo hace en diversas disciplinas de las ciencias naturales y las ciencias sociales. Además, hay interrogantes que no pueden ser respondidos por un solo instituto. Y para eso hay que desarrollar y las competencias y la cultura de una colaboración interdisciplinaria.
 
¿Ha llegado este mensaje a las universidades y a otros institutos de investigación?
 
No estoy en condiciones de juzgar si ha llegado a todas partes. Pero la consciencia de cooperación está creciendo. Eso lo muestran, por ejemplo, los Centros de Investigación Colaborativa de la Sociedad Alemana de Investigación. Desde hace muchos años que tienen una excelente demanda. Y con razón, pues las innovaciones surgen en las intersecciones de las disciplinas.
 
Esto suena a un regreso al principio de enfoque universal. ¿Puede hablarse de un renacimiento de la formación universal?
 
Podría argumentarse en esa dirección, porque los problemas a investigar se han vuelto mucho más abarcadores. Hay muchos ejemplos de eso: el cambio climático, los estudios sobre conflicto y paz, la nutrición mundial. Los interrogantes que nos alcanzan a todos deben explicarse y responderse de modo amplio. Por ejemplo, en la Sociedad Leibniz, tenemos la red de investigación “Envejecimiento sano”. ¿Cómo logramos pasar de modo satisfactorio los últimos años de la vida? En este caso, la investigación abarca desde el envejecimiento de las células, el sistema de asistencia a los ancianos hasta la cuestión de cómo pueden vivir las personas mayores en un ambiente urbano. Ahí siempre está funcionando un abordaje universal. Lo mismo pasa en las investigaciones de biodiversidad y en los estudios marinos.
 
En este aspecto, ¿qué puesto ocupa Alemania en una comparación internacional?
 
La ciencia alemana no debe sentir vergüenza, las condiciones aquí son excelentes. La alta calidad de nuestra ciencia se distribuye a lo largo de todo el país. Por eso, si bien faltan esas instituciones singulares de punta como las hay en los Estados Unidos, la capacidad de producción en conjunto es muy alta. Tenemos que seguir construyendo sobre eso pues Asia, sobre todo China, está ganando mucho terreno. Nosotros podemos competir muy bien, pero tenemos que pensar más en términos europeos y utilizar la combinación, que nos caracteriza, de competencia y colaboración. Ese es un punto fuerte. A propósito, en todo el mundo convocan a jóvenes de Alemania. Eso habla de nuestra excelente formación.
 
¿Hasta qué punto las limitaciones económicas en la enseñanza y la investigación, y también los estímulos del mercado, fomentan una alta especialización de los estudiantes?
 
Después de la reforma de Bologna, considero necesario hacer algunas correcciones en el sistema de enseñanza. Con la introducción de los estudios de licenciatura y maestría se desarrollaron nuevas carreras que, en parte, son muy específicas. Debemos pensar si no tenemos que volver a hacer más amplio el estudio en la primera fase y dejar la especialización sobre todo para el nivel de maestría. El doctorado y el posdoctorado son otro tema. Sólo el veinte por ciento de los estudiantes más calificados se queda en el ámbito académico, y de ellos sólo una parte son catedráticos. El ochenta por ciento se va al ámbito privado o a instituciones sociales, y tenemos que preparar mejor a los jóvenes para eso.
 

Infobox

La Sociedad Científica Gottfried Wilhelm Leibniz (Sociedad Leibniz) es una asociación de 95 instituciones extrauniversitarias de investigación en diversos campos, que mantienen entre sí una colaboración de tipo interdisciplinario. De la sociedad participan también museos dedicados al a investigación.

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