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Exiliados en Alemania
Comprometerse para sostener la democracia

Muchos refugiados despliegan en Alemania un compromiso político, social o artístico. Tal es el caso del músico sirio Thabet Azzawi
Muchos refugiados despliegan en Alemania un compromiso político, social o artístico. Tal es el caso del músico sirio Thabet Azzawi | Foto (detalle): © Robert Michael

El tono con que en Alemania se aborda la cuestión de los refugiados se ha vuelto más áspero. La derecha política suele usar para sus propios fines el tema de la inmigración. ¿Pero cómo es para los directamente afectados? ¿Cómo se vive en Alemania siendo un exiliado?

De Petra Schönhöfer


Según el Regsitro Central de Extranjeros (AZR), a fines de 2018 vivían en Alemania alrededor de 1,1 millones de personas que habían recibido protección por “urgentes motivos humanitarios o personales”. De acuerdo a datos de la agencia de la ONU para los refugiados ACNUR, a fines de 2018 Alemania se contaba entre los cinco países que más refugiados habían recibido en el mundo, después de Turquía, Paquistán, Uganda y Sudán. Muchos de los refugiados despliegan en Alemania un compromiso político, social o artístico.

Thabet Azzawi: el músico que lucha contra la derecha

Thabet Azzawi Foto (detalle): © Just.Looking.Around Thabet Azzawi vive desde 2015 en Dresden y estudia medicina. Con su música lucha por la democracia y contra el populismo de derecha.
Thabet Azzawi nació en la ciudad siria de Deir ez-Zor. Ya allí le encantaba tocar música en su ud, un laúd oriental de mástil corto. Azzawi sobrevivió a dos guerras civiles, en Siria y en Yemen. Allí, este hijo de un oftalmólogo prestó auxilios médicos de emergencia. Una huida de cuatro años lo llevó por el Líbano, Yibuti y Turquía hasta que llegó a Dresden. Junto con la Banda Internationale, un grupo internacional de músicos, el joven de veintinueve años tocó contra el racismo y el nacionalismo para oponerse a las marchas de Pegida. “Para mí, la Banda Internationale es representante y sostén de los valores en los que creo, a saber, democracia, derechos humanos, tolerancia y apertura. La Banda muestra el lado bueno de Dresden y, en un contraste total con los extremistas de derecha, se posiciona a favor de esos valores. No es sólo una banda de música internacional, sino también un proyecto a largo plazo de paz y convivencia en Alemania y, sobre todo, en Sajonia. Es justamente lo que Sajonia necesita”, dice Azzawi, que no entiende por qué en ese estado confederado hay tantas personas que no saben valorar las conquistas democráticas. “El mejor modo de definirme es con la música. Es lo más importante de mi vida, es mi medicina”, dice Azzawi, estudiante de medicina. Hoy son parte de su vida actuaciones con la Filarmónica de Dresden, con profesores de la Escuela Superior de Música de Dresden o estrellas como Sting. Además, Azzawi coordina un taller en el a Escuela Superior de Música. “Hay que comprometerse para sostener los valores democráticos, especialmente si uno quiere considerar a Alemania su patria.”

Goran Buldioski: el luchador por los derechos humanos

Goran Buldioski Foto (detalle): © Gordon Welters/laif/Redux for the Open Society Foundations Goran Buldioski vive en Alemania desde 2018. Es director de la oficina berlinesa de las Open Society Foundations, que promueven proyectos de derechos humanos en todo el mundo.
Aunque trabajen en Europa, las organizaciones no gubernamentales y los defensores de los derechos humanos no están libres de la difamación y la amenaza: Goran Buldioski, nacido en Macedonia, vivió hasta 2018 en Hungría. Allí trabajaba para el programa europeo de las Open Society Foundations, que desde Budapest promovían en todo el mundo proyectos vinculados a los derechos humanos. Sin embargo, para el gobierno nacionalista de derecha de Viktor Orbán, la fundación benéfica, o, mejor dicho, su fundador, George Soros, se convirtió en un enemigo. Orbán acusó al filántropo e inversor de origen húngaro Soros de orientar adrede corrientes inmigratorias hacia Europa. La continua campaña negativa del gobierno húngaro llevó a que se cerrara la oficina de Budapest. Junto con unos cien colaboradores y sus familias, Goran Buldioski se mudó a la capital alemana y se convirtió en director de la oficina berlinesa. “En Budapest, los compañeros a veces se sentían realmente amenazados. En Berlín sucede exactamente lo contrario. Tener más de una identidad es precisamente la definición de sociedad abierta. Nadie tiene el derecho de tener la única respuesta correcta. Por eso acá nos sentimos como peces en el agua”, manifestó el politólogo en una entrevista con la emisora Deutschlandradio. Desde Berlín se tomarán decisiones en el futuro sobre alrededor de cien millones de dólares, que la fundación Open Society reparte en toda Europa, también en Hungría, donde brinda apoyo a una serie de organizaciones de la sociedad civil.

Angelina Jolong: la asesora

Angelina Jolong Foto (detalle): © Katy Otto Angelina Jolong vive en Berlín desde 2013 y quisiera fundar una agencia de asesoramiento en energías renovables.
Angelina Jolong tiene un plan ambicioso: “Quiero la revolución energética para África y el Cercano Oriente”, dice con orgullo. “En mi patria, Sudán del Sur, vi cómo las personas mueren en los hospitales y no se pueden hacer operaciones porque no hay electricidad. Pero al lado del hospital hay un río. En el cielo está el sol, por todas partes sopla el viento, los recursos naturales para la revolución energética están ahí.” En Sudán del Sur, Angelina tenía mucho miedo de la violencia que surgía de los conflictos étnicos. Por eso quisiera quedarse en Alemania con sus cuatro hijos y su esposo. Aquí Angelina aprobó una maestría en derecho económico y energético. Le gustaría devolver toda la ayuda que recibió a lo largo de su camino. A sus cuarenta y dos años, planea independizarse en Berlín con el apoyo del programo “Start-Up Your Future”, que por medio de patronazgos voluntarios auxilia a refugiados interesados en fundar un emprendimiento. Su idea: una agencia de asesoramiento en energías renovables. “Me gustaría desarrollar tutoriales online en distintos idiomas y ofrecer diversas propuestas para que las personas puedan capacitarse. Además, me gustaría ofrecer asesorías y organizar encuentros.”

Parwiz Rahimi: el fotógrafo

Parwiz Rahimi Foto (detalle): © Tuba Inal Parwiz Rahimi vive en Frankfurt desde 2016. Es fotógrafo independiente y periodista y dirige de modo voluntario en la Cruz Roja de Alemania un proyecto fotográfico.
“Para mí, la fotografía significa amor”, dice Parwiz Rahimi a Deutschlandradio. “Para mí, es expresión de mis sentimientos”. Esos sentimientos todavía tienen mucho que ver con su ciudad natal, Herat, de Afganistán. Por ejemplo, las fotografías de sus compatriotas exhibidas en su muestra “¿Paz en Afganistán?” son a primera vista apacibles pero a la vez cuentan la historia de una sociedad traumatizada. En Herat, Parwiz trabajaba de moderador y locutor publicitario para radios y apoyaba a organizaciones no gubernamentales como Women and Children Welfare. Después, Parwiz, que hoy tiene treinta y cuatro años, hizo estudios universitarios en la India. Sus escritos satíricos lo convirtieron en blanco de los ataques del gobierno y de los talibanes. Como temía por su vida, abandonó Afganistán y terminó encontrando una segunda patria en Frankfurt. Desde octubre de 2018 es estudiante de maestría en la Escuela Superior de Darmstadt en la orientación Trabajo Cultural en Medios Internacionales. Además, Parwiz colabora con la Cruz Roja de Alemania en la ayuda a los refugiados dando cursos de fotografía: “Lo que me importa ahí es llenar su tiempo vacío con algo que tenga sentido. Me gustaría liberar su mirada para la ciudad en la que viven”. Pues según su opinión, hasta con un celular se pueden crear muchas cosas artísticas. “Cuando me duermo por la noche y pienso en qué hice ese día, recuerdo que he ayudado a personas. Eso me hace sentir bien.”

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