Susanne Leeb
Residencia para artistas en Chocó

  • Susanne Leeb 1 Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción
  • Susanne Leeb Foto: Más Arte Más Acción

Susanne Leeb, profesora de arte contemporáneo en la Universidad Leuphana de Lüneburg, estudia la relación del arte contemporáneo con los museos etnológicos y arqueológicos, posibles referencias de objetos y las repercusiones del pasado colonial. Durante su visita a Chocó visitó dos museos comunitarios en Nuquí y Coquí. El primero aún está en etapa de planeación y nace por iniciativa de un grupo de mujeres que quieren utilizar el museo como un lugar de encuentro y discusión entre ellas, por un lado, y como un lugar de aprendizaje, por el otro. Se espera que particularmente los niños se familiaricen de nuevo con las prácticas y los conocimientos locales, los cuales ya no son impartidos en las escuelas, en especial temas relacionados con las plantas medicinales, las técnicas artesanales, la música y los métodos de cultivo.

El segundo museo, en Coquí, es también un museo comunitario, cuyo objetivo es el de enseñar prácticas locales y también servir como lugar de encuentro. Los recorridos por los museos normalmente se realizan con niños y niñas del pueblo, quienes de esta manera se identifican con su propia historia. Allí hay salas de pesca, plantas medicinales, técnicas artesanales, música y métodos de cultivo y procesamiento de la comida local. Leeb también visitó la Fundación Muntú Bantú en Quibdó. Este museo es una iniciativa privada del historiador Sergio Mosquera, quien ha escrito varios libros sobre la trata transatlántica de esclavos y las transformaciones del conocimiento, la música y el simbolismo animal que esta trajo consigo, así como sobre las consecuencias de la traumatización de los esclavos para la sociedad contemporánea y la comunidad afrocolombiana. Mosquera justifica su iniciativa con el argumento de que la historia de la esclavitud no se cuenta en ningún museo. Él entiende los objetos y pinturas no como objetos estéticos, sino como portadores materiales de historias, conocimientos y prácticas contemporáneas.

Los artistas Fernelis Navia y, especialmente, Leison Rivas, ambos de Quibdó, han dotado al museo de un gran número de pinturas murales que simbolizan estas historias y que también representan acontecimientos actuales, como la masacre de la comunidad afrocolombiana en Bojayá en 2002 (ver también Aurora Vergara Figueroa, Afrodescendant Resistance to Deracination in Colombia. Masacre en Bellavista-Bojayá-Chocó, Cham: Pallgrave McMillan 2018). No existe ninguna institución comparable en Alemania y, probablemente, tampoco en Europa. En ningún museo se cuenta la historia de la trata de esclavos, ni tampoco se relacionan el arte y los objetos de otros países, como los mencionados, con los problemas del desplazamiento. Aurora Vergara Figueroa señala en su libro que Siria, Irak, Yemen, Colombia y Sudán se encuentran actualmente entre los países con el mayor porcentaje de población desplazada. Esto conlleva a una conexión histórica y contemporánea entre la historia y el presente del Chocó con los actuales movimientos migratorios hacia Europa y Alemania.