Imágenes de la memoria
La plaza José de Alencar en la Fortaleza de los años ochenta

Plaza José de Alencar
Plaza José de Alencar | Foto: Divulgação Prefeitura Municipal de Fortaleza

En nuestra serie “Imágenes de la memoria”, el brasilero Lira Neto recuerda un lugar de gran significado para él.

“Nací en la ciudad de Fortaleza, estado de Ceará, en diciembre de 1963. Es decir que viví la infancia, la adolescencia y parte de la juventud bajo la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. Como es conocido, a lo largo de esos veintiún años, los brasileros no pudieron votar ni manifestarse libremente. Además, los movimientos de oposición sufrieron una violenta represión por parte del gobierno. Recuerdo que en Brasil vivíamos entre el silencio y el miedo. No era prudente hablar de política, ni siquiera dentro de las casas. Los vecinos podían estar escuchando.

Cuando entré en la Facultad de Filosofía de Fortaleza, en 1982, pasé a vivir en un ambiente que iba a contramano de todo eso. Allí había un clima de mucha libertad y con veinte años descubrí no sólo una red de afectos en las novias, los amigos y las fiestas bohemias, sino también el ejercicio cotidiano de la política. Espíritu libre, barba desgreñada, un poco anarquista, devoraba la bibliografía que recomendaban los profesores y compañeros y que incluía los libros de Camus, Marcuse y Bakunin. Pero el recuerdo más intenso es que, de camino a la facultad desde el trabajo, pasaba todas las tardes por la plaza José de Alencar.

Ay, ¡la plaza José de Alencar! Siempre fue epicentro de la ciudad, escenario de manifestaciones de los matices más variados y abrigo del Teatro José de Alencar, construido en 1910, que en los años ochenta fue sede del legendario Projeto Pixinguinha, donde pude ver los shows de Nara Leão, Maria Alcina, Premeditando o Breque… Naturalmente, en esa época de facultad también escribí algunos poemas (risas) y, como típico integrante de la generación del mimeógrafo, en la plaza vendía mis propios libritos artesanales.

Ahora bien, el episodio que grabó de modo definitivo ese lugar en mi memoria afectiva fueron las manifestaciones por las elecciones directas, que se produjeron allí desde diciembre de 1983. Imposible olvidar la plaza José de Alencar repleta de gente, llena de banderas. Allí vimos las fuerzas democráticas que pedían el fin del régimen militar y oímos los discursos, por ejemplo, del líder comunista Luís Carlos Prestes (1898-1990) y del ex sindicalista Luís Inácio Lula da Silva, que luego sería presidente de Brasil. Sin duda, fue un momento inolvidable. En esa época, una euforia cívica invadió el país y sin un ápice de nacionalismo barato recuperamos símbolos que nos había “robado” la dictadura, como el Himno Nacional. La campaña tuvo un final melancólico, en abril de 1984, cuando el parlamento rechazó la enmienda Dante de Oliveria, que restablecía las elecciones directas para presidente de la república, y así nuestro sueño se transformó en frustración. Pero esa es otra historia.
 

Lira Neto es periodista y escritor. Ganó cuatro veces el Premio Jabuti de Literatura y una vez el Premio de la Asociación Paulista de Críticos de Arte (APCA). Es autor, entre otro libros, de Maysa: só numa multidão de amores (Globo) y de la trilogía sobre Getúlio Vargas, editada por Companhia das Letras.

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