La danesa Mette Ingvartsen desarrolla su trabajo en Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia y Alemania. En comparación con muchos otros coreógrafos, esta artista no recorre grandes distancias para trasladarse de un lugar de trabajo al siguiente pero, en cambio, se ha movido entre ellos muchas, muchas veces.
Bruselas fue la primera estación en la trayectoria profesional de Mette Ingvartsen. Allí estudio danza y coreografía en la renombrada escuela P.A.R.T.S. y realizó sus primeros trabajos coreográficos, entre ellos, el trio Manual Focus (2003), en el que tres jóvenes intérpretes bailan con la parte posterior de la cabeza cubierta por la máscara de un rostro anciano. La conjunción en un mismo cuerpo de elementos contrarios -joven y viejo, femenino y masculino- puede definirse como un preludio programático en el desarrollo artístico de Mette Ingvartsen, al igual que su YES-Manifesto “ de 2004, una variación, a la vez que reflejo del famoso NO-Manifesto de Yvonne Rainer. Mientras la coreógrafa norteamericana dice “NO” al espectáculo, la virtuosidad y la magia, en coherencia con su identificación con la danza postmoderna, Mette Ingvartsen dice “SÍ” a las “experiencias, arrebatos y percepciones conceptuales, develando una piedra angular de su futuro trabajo, en el que busca vincular temas como naturaleza y artificialidad, sexualidad y política del cuerpo o vida privada y vida social.
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© Virginie Mira
Mette Ingvartsen en “69 positions”
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© Fernanda Tafner
“69 positions”
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© Jens Sethzman
“to come (extended)”
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© Marc Coudrais
“Pleasures”
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© Charles Roussel
Mette Ingvartsen en “69 positions”
Los trabajos de Mette Ingvartsen son con frecuencia coproducciones, de manera que la artista transita de lugar en lugar, en función de la ubicación de sus colaboradores. Su trabajo se organiza también en series, así es cómo los temas se desarrollan y varían -migran, habría que decir- en distintas coreografías. Desde 2009 hasta 2012, la coreógrafa abordó en su trabajo la naturaleza artificial: en
evaporated landscapes creó paisajes de espuma y luz que parecían naturales, en
The Artificial Nature Projekt los bailarines enfrentan tormentas de confeti dorado en una brillante parábola del Antropoceno, de las transformaciones artificiales de la naturaleza a las que el ser humano a día de hoy se confronta.
En 2014 comenzó un nuevo ciclo:
The Red Pieces abordaban el tema de los límites entre la vida pública y privada. Mette Ingvartsen coloca aquí el cuerpo humano (desnudo) en el centro de sus investigaciones artísticas. En
69 Positions, y desprovista prácticamente de todo vestuario, expone diferentes conceptos de cuerpo asociados a diferentes momentos históricos; en
7 Pleasures, doce bailarines mayoritariamente desnudos experimentan con diferentes tipos de juegos para despertar el deseo. En una y otra obra se traspasan nuevamente los límites entre el mundo de lo humano y lo no humano, persona y objeto.
En su trabajo actual
To come (extended), con que inauguró el festival austriaco
Steirischen herbst 2017, Mette Ingvartsen revisita su pasado creativo, acoplándose a su obra To come de 2005. En vez de los cinco bailarines originales, esta versión “extendida” contempla 15 participantes en escena y amplía, desde la perspectiva de la coreógrafa, la reflexión sobre la sexualidad humana desde lo micro a lo macro social. Pero 2017 no solo ha sido importante en términos de creación para la coreógrafa danesa, también ha sido invitada a ser parte del equipo artístico de la Volksbühne de Berlín bajo la dirección de Chris Dercon, adonde se trasladará cuando termine una residencia de tres años en el Kaaitheater de Bruselas. Este nuevo desafío en la trayectoria de Mette Ingvartsen no significa, por cierto, que le ponga fin a su migración geográfica de lugar en lugar ni a su migración artística de tema en tema.