La formación profesional dual en Europa
Un superéxito exportador “made in Germany”

Aprendices trabajando en la empresa
Aprendices trabajando en la empresa | Photo (detail): © BIBB / Edmud Schenk

Según los peores augurios, la formación profesional dual, en la que los aprendices acuden uno o dos días al centro de formación y pasan el resto de la semana en el puesto de trabajo, estuvo próxima a desaparecer. Pero hoy experimenta un renacer fulminante, y además en toda Europa.

Bianca, portuguesa, hace toda una apología en favor de la formación dual para la gestión hotelera. «A menudo es como si te tiraran a la piscina sin saber nadar, te enfrentas a tareas que nunca has realizado antes», explica la joven. En la formación para su oficio, prosigue, se precisa confianza en sí mismo, capacidad de resistencia y dotes para el arte dramático, cosas que una no puede aprender «quedándose en casa con mamá». «Solo puedo decir que todo está saliendo bien y que todos mis empleadores se han llevado una profunda impresión cuando les hablaba de mi formación en Portugal.»

Las grandes empresas exportan formación dual

Antes de que la formación dual fuera introducida en Portugal por empresas alemanas como AEG, Bosch o Miele, los profesores transmitían conocimientos prácticos de gestión económica sin salir de las escuelas de formación profesional. Y en horario de jornada completa. Solamente una vez terminado el curso se pasaba a una fase de prácticas de entre dos y tres meses. Pero faltaba personal especializado, y eso dio lugar a un cambio de enfoque. Según Jörg Heinrich, Director de Cualificación Profesional en la Cámara de Comercio e Industria Luso-Germana (DPIHK), la entidad recibió en los años ochenta una petición de grupos empresariales alemanes para que se les diera a los jóvenes una formación de carácter más práctico.

Se concibió y diseñó así una Qualificação Inicial Dual, que muy pronto adoptaría la reconocida marca “DUAL”. La formación dual en los campos, por ejemplo, de gestión del comercio automovilístico, administración industrial o mecatrónica equivale hoy al bachillerato portugués. Solo hay un inconveniente: «DUAL es como una pequeña isla en Portugal, pues al año aprueban este itinerario formativo nada más que 850 alumnos», explica Steffen G. Bayer, de la Federación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK).

«Dadles herramientas; si no, empuñarán las armas»

Durante la crisis financiera que empezó a propagarse en 2008, el paro juvenil en Europa se ha incrementado hasta situarse en un promedio del 23 por ciento. En Grecia y España incluso supera con creces el 50 por ciento. En Alemania, y pese a la crisis, sigue parado tan solo en torno al ocho por ciento de la población juvenil. Ante la Comisión de Educación e Investigación del Parlamento Federal Alemán, el asesor político Jürgen Männicke planteó la hipótesis, tan preocupante como justificada, de que en los países con paro juvenil elevado podrían llegar a darse «tensiones sociales devastadoras». Una formación profesional cualificada ayudaría a mantener la paz social. «Dadles herramientas; si no, empuñarán el kalashnikov», concluía Männicke.

Pero ¿hasta qué punto es dual la formación profesional en Europa? Entre los «clásicos» europeos de la formación profesional dual encontramos a Alemania, Austria, Suiza, Dinamarca y los Países Bajos; países todos ellos que han introducido ampliamente el sistema dual según el Instituto Federal alemán de Formación Profesional (BiBB). En Alemania, el 60 por ciento de todos los aprendices profesionales estudia en enseñanza dual. Según la Cámara de Industria y Comercio de la región Rin-Neckar, existen intentos aislados de impartir formación profesional dual en Bélgica, Finlandia, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Portugal, Eslovenia, Hungría e Inglaterra. Pero en la mayoría de estados europeos la regla sigue siendo la enseñanza en centro formativo en jornada completa. «En cualquier caso, el modelo del centro formativo en jornada completa no tiene futuro, puesto que enseña de espaldas al mercado», en opinión de Steffen Bayer de la DIHK.

La formación dual, un «superéxito exportador»

«El sistema alemán de formación profesional dual se está convirtiendo en un auténtico superéxito exportador», tal como lo expuso también el Ministro de Exteriores Guido Westerwelle en el congreso «Empresas alemanas: pioneras de la formación profesional en el extranjero», celebrado en la primavera de 2013. El sistema dual, insistía, era una garantía de personal especializado bien formado y cifras reducidas de paro juvenil. A fecha de hoy, incluso la OCDE ha dado su brazo a torcer y recomienda a EE.UU. «fijarse en Alemania y Suiza» por las grandes ventajas que ofrece la formación profesional dual.   

En vista de la demanda, el Ministerio Federal de Educación ha concertado ya más de 40 acuerdos de cooperación interestatal con países que van de Argelia a Grecia, de España y Portugal a EE.UU. Para coordinar las actividades internacionales, ha creado asimismo una oficina central para cooperaciones internacionales en materia de formación profesional. Por otra parte, unas 80 cámaras de comercio exterior ayudan al gobierno federal a transmitir al extranjero el know how sobre la formación profesional de orientación práctica. La UE también se ha pronunciado en favor de la formación dual. «La enseñanza teórica y las fases de prácticas pueden servir a los jóvenes como trampolín hacia el mercado laboral, contribuyendo con ello a controlar las desorbitadas cifras del paro juvenil en Europa», en palabras de László Andor, Comisario de la UE de Trabajo, Asuntos Sociales e Integración.

Un gran atractivo para los empleadores

Los títulos concedidos, explica Holger Seibert, del Instituto de Investigación sobre el Mercado Laboral y el Ejercicio Profesional de Núremberg, «son un gran atractivo para los empleadores», por la razón de que los alumnos tienen que realizar sus exámenes ante las cámaras de industria y comercio. Entre el 50 y el 60 por ciento de los aprendices fueron contratados por empresas al terminar su enseñanza. Como el periodo de formación, añade, es una «fase de prueba para los empleadores», las titulaciones concedidas permiten prever con mucha más exactitud en qué medida son productivos los alumnos.

Por otro lado, Seibert recalca que implantar una formación profesional dual precisa una serie de requisitos: legislación, reglamentación de la actividad profesional y la formación y unas cámaras de comercio e industria bien interconectadas. Las leyes, por ejemplo, tienen que regular los contenidos formativos y estandarizarlos con efectos para todo el territorio, mientras que la reglamentación sobre actividad profesional y formación establecerá los contenidos de los oficios enseñados. Las cámaras de comercio e industria, por último, resultan necesarias para garantizar el nivel formativo y organizar los exámenes estatales. Implantar todo esto es algo que cuesta siempre mucho tiempo, además de mucho dinero. Steffen Bayer lo resume así: «No creo que todos los países de Europa puedan adoptar en corto plazo el sistema dual alemán.» Ocupadas como están en su propia supervivencia, explica, es muy difícil convencer a las empresas de que dediquen dinero a la formación, por más que se trate de una inversión razonable.

En todo caso, un país tan azotado por la crisis como España ha emprendido el camino de la dualización. A mediados de 2012, Seat se convirtió en la primera empresa española en introducir el sistema dual. El requisito para ello era que el gobierno reformase el mercado laboral, permitiendo a las empresas implicar a los aprendices en la labor cotidiana de modo mucho más intenso. Y la intención del gobierno es que esta práctica sea habitual en el futuro en el mayor número posible de empresas.