El teatro independiente en Alemania
En busca de nuevas formas teatrales en Alemania

Showcase Beat le Mot „ALLES“
Showcase Beat le Mot „ALLES“ | Photo (detail): Robin Junicke

El teatro independiente siempre ha desempeñado un papel importante en Alemania. Y desde hace algún tiempo, también está conquistando los escenarios de los teatros municipales. 

Cada dos años, el Impulse Festival muestra las producciones de teatro independiente más relevantes del ámbito de habla alemana en diferentes ciudades de Renania del Norte-Westfalia. Allí se presentan trabajos que a menudo experimentan, cuestionan y reflexionan sobre el teatro como forma de arte: abarcan desde las formas del teatro documental y trabajos en el espacio urbano, hasta instalaciones. Por diferentes que puedan ser estéticamente estas producciones, lo que tienen en común es haber surgido al margen de las estructuras establecidas del teatro institucional. Muchos de los grupos invitados este año están organizados de modo colectivo, no tienen un director individual – como por ejemplo Gob Squad, Showcase Beat le Mot, Rimini Protokoll, Andcompany & Co o She She Pop. El colectivo como forma de trabajo se ha convertido en una seña de identidad del teatro independiente, precisamente para distanciarse del aparato del teatro institucional y sus jerarquías. 

La nueva libertad 

Así, los colectivos se sitúan en la tradición de un teatro independiente que surgió en los años 60 y 70 del pasado siglo como oposición consciente a los métodos de trabajo jerárquicos establecidos. El teatro independiente se comprendía como alternativa a los escenarios de prestigio de los teatros municipales y las estructuras que conllevaban. Durante mucho tiempo, este distanciamiento consistió en la contienda ideológica entre el canon clásico y su alineamiento con la burguesía, por un lado, y las formas experimentales y una aproximación diferente a los espectadores, por el otro. Hoy, la situación es distinta. Hay grupos considerados parte del teatro independiente, que también producen y presentan sus trabajos en teatros municipales. Al mismo tiempo, muchos grandes teatros se están atreviendo a poner en escena experimentos teatrales que no serían posibles en el contexto del teatro independiente, por sus limitaciones económicas. Tal polarización se está cuestionando cada vez más a nivel político, pues en esta confrontación suelen adscribir al teatro independiente el papel de marginal o de ‘nuevas generaciones’, cuya legitimación está en permanente tela de juicio. Lo cual no responde en absoluto al amplio espectro y la importancia de un teatro independiente. 

Nuevos caminos y nuevos medios 

Es cierto que hay diferencias de forma fundamentales entre el teatro independiente y los teatros municipales. El Impulse Festival y los grupos invitados pueden servir de ejemplo para mostrar el potencial de un teatro independiente. Lo que distingue a todos estos grupos es que no actúan en el seno de una estructura predeterminada, sino que definen ellos mismos sus propias estructuras. No han sido las instituciones públicas las que les han asignado un teatro concreto, ellos mismos se han buscado su lugar y sus medios. Las condiciones y necesidades de la producción se redefinen para cada nuevo proyecto. Aunque existen normas que regulan estas formas – hay jurados que deciden sobre las subvenciones, y éstas conllevan un marco temporal, influyendo así en las decisiones estéticas –, pero la manera de trabajar, cómo se produce, quién ensaya con quién y de qué manera, todo ello se renegocia para cada nueva producción, orientándose en las necesidades estéticas. En este sentido, un modo de producción teatral que crea sus propias condiciones y reflexiona también puede comprenderse como investigación sobre el teatro y las estructuras sociales. El teatro no se puede separar de la estética que genera. 

Aquí el concepto de ‘independiente’ adquiere un nuevo significado. Teatro independiente significa, en su mejor sentido, libre de coacciones por normas institucionales, arquitectónicas o estéticas. Lo cual incluye la libertad de desarrollar de manera independiente una puesta en escena, desde el concepto y el texto hasta el diseño de escena, y la libertad de experimentar con diferentes formas de trabajar, de buscar otros contextos. 

Nuevas formas teatrales 

El potencial que reside en este modo de trabajo, también de cara al desarrollo de nuevas formas teatrales, se manifiesta en los impulsos innovadores que han surgido y siguen surgiendo del teatro independiente. Además, han influido de manera fundamental en los conceptos estéticos de los teatros municipales: tanto en el concepto de espacio escénico que va más allá de la arquitectura de los teatros institucionales, como en la puesta en escena con actores no profesionales, o también en nuevas formas participativas en las que se redefine el papel del público. Cada uno de estos impulsos requiere una forma distinta de colaboración en el proceso de la puesta en escena: la reflexión sobre el espacio público, la búsqueda de otros conceptos para el trabajo de los actores, la redefinición de la relación con el público. Lo cual también implica desarrollar formas de trabajo siempre nuevas, negociar las estructuras de pagos y remuneraciones, buscar nuevos espacios y socios. Precisamente en esa permanente reinvención del teatro – tanto a nivel estético como de producción – reside el singular potencial del teatro independiente.