El social reading y las bibliotecas
Del navegador al libro

Discutir sobre libros en la web
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La progresiva digitalización también tiene sus efectos en la lectura. Los círculos de lectura de antaño renacen en la web en forma de „Social Reading“. Ese desarollo también tiene consecuencias para las bibliotecas.

Históricamente la lectura „social“ no es algo nuevo. “El leer en silencio no era común hasta 400 años después de Cristo. El filósofo Agustín se asombraba de personas que leían para sí mismos.”, señala la periodista de economía Astrid Herbot en el periódico “Die ZEIT”. Sobre todo en los siglos 18 y 19 floreció el intercambio entre aficcionados de libros que se juntaron en círculos para hablar sobre ellos. Una moda, que renace ahora en el fenómeno del “Social Reading” y que es un desafío tanto para la industria editorial como para las bibliotecas públicas y científicas.

El compartir digital

El “Social Reading” lo define Dominique Pleimling del Instituto maguntino de Ciencia de Libros breve y abiertamente como “el intercambio en línea intensivo y continuo sobre textos”. Los usuarios se juntan en comunidades temáticas, documentan su lectura y comparten comentarios y citas. La plataforma estadounidense “Goodreads.com” encabeza esta forma de “Social Reading” con 20 millones de miembros. El Foro “Lovelybooks” de Alemania está organizado de una manera parecida. “Lovelybooks” conecta a cerca de 80 mil aficcionados de libros, que intercambian recomendaciones de libros.

Más allá de los círculos digitales de lectura va el llamado “Social Reading 2.0”. Este hace posible el diálogo dentro del libro, leer y comentar al mismo tiempo. “Why make a book digital and not make it shareable?”, así dice p.e. el eslogan de la empresa startup “Readmill” de Berlín. El servicio de internet, que se suspendió a principios de 2014, ofrecía una app de interfaz de usuario interactiva para los “ebook-reader”. Todos los miembros de la plataforma podían ver partes de textos marcados, comentarlos y compartirlos por Facebook o Twitter. En las plataformas “Sobooks”, “Readfy” y más tarde también en “log.os” había funciones parecidas.

Evolución de los hábitos de lectura

En el ámbito de las bibliotecas científicas el Dr. Rafael Ball, Director de la Biblioteca Universitaria de Regensburg y redactor jefe de la revista “B.i.t.-Online”, observa una “co-evolución”: “Los contenidos digitales de medios no sólo cambian los hábitos de lectura, sino que el lector, también desea contenidos en los que se pueda buscar con más rapidez y más facilidad.” En este contexto los libros análogos pierden claramente terreno. Sobre todo en las ciencias naturales ahora se usan casi exclusivamente publicaciones electrónicas, en las cuales se puede buscar de una manera fácil y rápida a través de varias herramientas.

Según la Estadística Alemana de Bibliotecas, ya en 2012 las bibliotecas científicas en Alemania gastaron el 41 % de su presupuesto en medios digitales y electrónicos. Pero también las bibliotecas públicas se equipan de esa manera. “Ahora casi mil bibliotecas públicas en Alemania ofrecen ebooks para descarga temporal.”, informó el boletín de bolsa de los libreros alemanes en octubre del 2013.

Libros de mayor valía en la ciencia

Por lo menos desde el punto de vista científico, Rafael Ball puede sacar solamente algo positivo de esta tendencia de la lectura electrónica: “Si los libros electrónicos con contenidos multimedia y links ofrecen más que la versión pdf del libro impreso son libros de mayor valía.” Es cierto que en el ámbito de las bibliotecas científicas se habla más del “Scientific Reading” que del “Social Reading”, pero las funciones interactivas se parecen, “aunque el intercambio del “Scientific Reading” no se hace por chat”, destaca Susanne Göttker, la Directora de la Sección Gestión Integrada de Medios de la Biblioteca Universitaria de Düsseldorf. Indica también que el sistema de software “Mendeley” favorece la comunicación y la cooperación entre los especialistas como red social para la ciencia. El usuario recibe noticias de nuevas publicaciones o comentarios apropiados para su perfil. Eso es “sin duda una plataforma de trabajo del futuro”, dice Göttker.

Bibliotecas públicas en el espacio digital

Las bibliotecas públicas se enfrentan mientras tanto a retos mayores. “Con sus estructuras actuales, el “Social Reading” es difícil de llevar a cabo”, explica Tom Becker, profesor en el Instituto de Ciencias de la Información de la Escuela Superior de Colonia y miembro de la junta directiva de la Asociación Información y Bibliotecas. La causa para esto son p.e. las restricciones locales y los derechos de licencia de los ebooks, lo que hace imposible el intercambio entre lectores de distintas ciudades. Sin embargo, sería posible la integración de los clubs de literatura al mundo digital. En plataformas de colaboración, la biblioteca podría ejercer su papel de mediador de competencias y promover la “educación cultural en el ambiente digital”, dice Becker. “Esto la hace interesante para los “Digital Natives” (nativos digitales)”.