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El odio en Internet
“Seremos solo tres y pareceremos cientos”

El equipo de investigación dirigido por Rayk Anders en la realización del documental “Lösch Dich. So organisiert ist der Hate im Netz” (Bórrate. Así de organizado está el odio en la red), encargado por las emisoras alemanas ARD y ZDF.
El equipo de investigación dirigido por Rayk Anders en la realización del documental “Lösch Dich. So organisiert ist der Hate im Netz” (Bórrate. Así de organizado está el odio en la red), encargado por las emisoras alemanas ARD y ZDF. | Foto (detalle): © Paul Ruben Mundthal

En el documental Lösch Dich. So organisiert ist der Hate im Netz (i.e., Bórrate. Así de organizado está el odio en la red), el youtuber Rayk Anders y su equipo investiga cómo los comentarios de odio troles  crean de modo intencionado un determinado clima político en la red.

Los medios bloquean sus columnas de comentarios, los políticos se ven expuestos a injurias y amenazas masivas: en los últimos años, los comentarios troles de odio en internet han ido marcando de forma creciente el discurso online. Por lo visto, durante la última campaña electoral alemana, entre otros activistas de extrema derecha trataron de intimidar a sus adversarios. Pero ¿quién está detrás realmente ? En el documental Lösch Dich. So organisiert ist der Hate im Netz, el youtuber Rayk Anders y su equipo investigan cómo los troles crean de modo intencionado un determinado clima político en la red. Una conversación con el director del documental, Patrick Stegemann.

Señor Stegemann, en su documental “Lösch Dich. So organisiert ist der Hate im Netz” sigue la pista del odio organizado latente en internet. ¿Cómo fue su método de trabajo?

Primero hicimos un análisis de datos con ayuda del Hans-Bredow-Institut de Hamburgo para ver dónde surge exactamente ese odio y qué temas se tratan y dónde en la red. Comprobamos que en internet el odio no se distribuye de modo uniforme, sino que se concentra en determinados lugares. Después nosotros mismos actuamos como troles y haters, vamos, odiadores. Creamos perfiles en plataformas como Twitter, Facebook, Instagram, Youtube y en algunas redes de extrema derecha y con esas cuentas nos infiltramos en las estructuras. De pronto formábamos parte de la escena. Pudimos observar en vivo y en directo qué tipo de personas son y cómo se organizan.

¿Y qué tipo de personas son?

Si hablamos de agitadores informativos de derecha, por ejemplo, la red extremista Reconquista Germanica, nos encontramos con un movimiento muy diverso. A través de su servidor contactamos con mucha gente, sobre todo con hombres, apenas hay mujeres. Por un lado, está el tipo joven que dispone de mucho tiempo libre y que siente cierta cercanía ideológica, pero que sobre todo considera la función de trol como un juego. Luego, encontramos el tipo que podríamos caracterizar como ideólogo hardcore: por ejemplo, personas cercanas al partido Alternative für Deutschland (AfD) (i.e., Alternativa para Alemania) o miembros de él.

¿Esas personas de la red son las mismas que se manifiestan en la calle?

Reconquista Germanica ha participado en manifestaciones, en el aniversario del movimiento Pegida, por ejemplo. Es decir, que algunos grupos sí que tienen cierta actividad offline. Otros, sin embargo, sólo online.

El equipo “Lösch dich” durante el trabajo El equipo “Lösch dich” durante el trabajo | Foto (detalle): © Paul Ruben Mundthal Al final ustedes planearon actuar contra el odio en internet e iniciaron un contraataque, un “love trolling”. ¿Cómo lo hicieron?

Para entonces ya sabíamos cómo funcionaba: la gente se crea cuentas falsas, fija un objetivo común y después hace ataques comunicativos. Sabíamos lo terriblemente fácil que era. Somos solo tres y parece que fuésemos cientos. Y eso fue lo que hicimos. Cuando nos enteramos de que se iba a atacar a un video de Youtube, contratacamos con nuestros comentarios, tratando de inspirar un poco de amor. Pero nos salió del revés, los troles se encarnizaron aún más y bombardearon con odio a la persona a la que queríamos ayudar.

¿Han tenido más suerte con otras iniciativas? El grupo de Facebook #ichbinhier, por ejemplo, apuesta por el contradiscurso, es decir, a replicar de forma objetiva y respetuosa.

Cualquier iniciativa en este sentido es buena. Nosotros lanzamos Lösch Dich en el marco del programa Neo Magazin Royale del canal ZDF y a partir de ahí surgió la iniciativa Reconquista internet, del presentador Jan Böhmermann.

... que lleva a cabo campañas contra las injurias y la incitación al odio en internet.

Y eso es justo lo que necesitamos. Favorecer este tipo de compromisos, algo que también podría aportar el periodismo, por ejemplo.

Desde su punto de vista, ¿qué medidas legales pueden ayudar a eliminar el odio en la red? ¿Tal vez la obligación de usar el nombre verdadero?

No soy muy amigo de prohibir los seudónimos, pero la situación es realmente difícil. Hemos visto lo complejo que es. ¿Conoce el caso de la nueva ley de internet, conocida como NetzDG, que se suponía que debía actuar contra el odio y las noticias falsas en las redes sociales? Pues, en última instancia, privatiza el derecho de que se aplique justicia. Creo que deberíamos pensar en términos más amplios. Por un lado, el problema está en las redes. Claramente están organizadas según unos criterios de mercado y no diferencian entre publicidad, el comentario viperino de un trol o que yo diga que amo a mi mamá. Lo que les interesa es llamar la atención y asegurar tiempo de permanencia para sacar dinero. Por otro lado, el problema no se da únicamente en internet. El mismo discurso de la opinión pública se endurece y las posiciones de extrema derecha ya no están fuera de lugar.

Entretanto también han surgido críticas al documental, ¿qué piensa al respecto?

En algún momento dejé de contar cuántos videos se hicieron en contra de nuestro documental. Hubo injurias y algunas caricaturas, e incluso el pérfido intento de dar vuelta a nuestro discurso. Ya no se discute hasta qué punto los troles sobrepasan los límites morales. O cómo, y tal vez sin querer, le han hecho el juego a la extrema derecha. Ese era el debate que nos interesaba. Con mucha habilidad, los troles han sabido desviar la atención sacando otros temas. Por ejemplo, reprocharnos descuidos en la investigación. Por supuesto que nuestro documental tiene puntos criticables, pero a esas alturas el debate ya no era posible.

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