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La arquitectura de las bibliotecas se transforma
“¿Un mero y simple depósito de libros?”

El futuro de la biblioteca
El futuro de la biblioteca | © raumlaborberlin por encargo de Kulturprojekte Berlin

Las bibliotecas se perfilan cada vez más como lugares de formación y encuentro. Para ello, su arquitectura juega un papel muy importante, aunque a veces nos obligue a escalar por las estanterías.

De Samira Lazarovic

Las bibliotecas públicas no deberían de funcionar como meros lugares de préstamo sino como centros culturales apropiados para usuarios de cualquier edad, sin contar con su estatus social o nivel de educación. Ese deseo prevalece en el debate actual de cómo debería ser su diseño arquitectónico. “Si se las considera un mero depósito de libros, peligra su futuro”, afirma la arquitecta holandesa Francine Houben en Ex Libris, un reciente documental sobre la Biblioteca Pública de Nueva York. La celebrada película del realizador Frederik Wiseman muestra qué podría significar esto en la práctica: conferencias y lecturas con Ta-Nehisi Coates, Patti Smith o Elvis Costello, conciertos de música clásica, grupos de danza para la tercera edad y cursos de informática para niños. Pero una y otra vez, reinventar los espacios viejos y nuevos para que sean un oasis de calma, a salvo del consumo y apto para todos los neoyorquinos, ya sean catedráticos que preparan sus clases o gente sin techo que busca abrigo. La Bibilioteca Pública de Nueva York se muestra como un lugar donde se vive la democracia.

Acorde con esto, la actual reforma de la biblioteca Midtwon-Manhattan, proyecto que Francine Houben dirige y realiza con Mecanoo, el estudio de arquitectos que ella misma fundó, gira en torno a las personas. Si la biblioteca Midtown, inaugurada en los años setenta, fue un edificio pensado originalmente como centro comercial, se quiere que en el 2020 ejemplifique un nuevo y rejuvenecido sistema de bibliotecas. En el “Long Room” habrá estanterías que ocupen varios pisos destinadas a la clásica búsqueda, mientras que toda otra planta estará dedicada a la adquisición de capacidades profesionales, y otras plantas se equiparán especialmente para niños y adolescentes. La única azotea pública de libre acceso de Manhattan coronará semejante proyecto.

¡Ven a crear conocimientos!

Sin embargo, los motivos para reformar o construir nuevas bibliotecas pueden ser muy diferentes. La construcción de la biblioteca holandesa “Chocoladefabriek” se debió sencillamente a motivos financieros, la localidad de Gouda decidió bajar un treinta por ciento las subvenciones destinadas a bibliotecas. En lugar de reducir los servicios o de cerrar aleatoriamente filiales, se acordó cerrar todas las bibliotecas y mudarlas a un edificio en las afueras de la ciudad, una antigua fábrica de chocolate. El archivo regional, una imprenta y un Grand Café también se trasladaron a la antigua nave industrial. 
  • Biblioteca Midtown-Manhattan Foto (detalle): © Mecanoo
    Proyecto de la nueva biblioteca Midtown-Manhattan, Nueva York, Estados Unidos. La reforma concluye en 2020.
  • Midtown-Manhattan Long Room Foto (detalle): © Mecanoo
    Con 1 millón setecientos mil visitantes por año, es la filial más frecuentada de la Biblioteca Pública de Nueva York.
  • La escalera de Chocoladenfabriek, Gouda Foto (detalle): © Bibliotheek Gouda
    La gran escalera de madera de la Chocoladefabriek de Gouda, Holanda, funciona también como grada cuando se realizan eventos.
  • Interior de la biblioteca Tianjin © Ossip van Duivenbode
    Desde el día de su inauguración, la biblioteca de Tianjin es, con sus dieciocho mil visitantes por fin de semana, una gran atracción turística.
  • El ojo de la biblioteca Tianjin © Ossip van Duivenbode
    Cuando se mira el atrio desde fuera, donde se encuentra la esfera ornamental, se entiende por qué se conoce el edificio como el “ojo”.
Desde febrero de 2014 conviven en la fábrica de chocolate. Con la colaboración del asesor independiente de bibliotecas Rob Bruijnzeels y del “Ministerio de la Imaginación”, ligado a él, ha surgido un lugar de interacción social. Las estanterías, en vez de ocupar el setenta por ciento habitual de la superficie disponible, sólo ocupan el treinta por ciento. Para los autores de la reforma era importante preservar el espacio destinado al trabajo con los fondos de la biblioteca y para un segundo cometido: crear conocimientos. Y así reza el lema de la fábrica de chocolates: “Komm kennis maken!”, que en holandés viene a decir “¡Ven a crear conocimientos!” y al mismo tiempo “¡Venga, conozcámonos!”

Atracción turística con fotos de libros

La biblioteca Tianjin Binhai, inaugurada en octubre de 2017 en el noreste de China, resulta impresionante desde el punto de vista arquitectónico. El estudio arquitectónico holandés MVRDV y el Instituto de Urbanismo y Diseño de Tianjin (TUPDI) lograron el objetivo de crear una nueva joya arquitectónica para el centro cultural de Binhai, un suburbio industrial de la ciudad portuaria de Tianjin. La superficie de la biblioteca es de 33.700 m2 y alberga un millón doscientos mil libros.

Nada más inaugurar, en la primera semana, acudieron diariamente alrededor de diez mil personas para visitar el espectacular edificio, cuyas estanterías se asemejan a terrazas. El corazón se encuentra en el auditorio. Sin embargo, según informa la misma biblioteca, la instalación Montaña de Libros no es accesible a todos los visitantes: se desaconseja el uso de las estanterías escarpadas a lectores menores de catorce años, a visitantes con tacones altos y a aquellos cuya forma física no les permita practicar senderismo. Por otro lado, debido al apretado calendario de construcción, los estantes superiores nunca serán accesibles, contienen planchas de aluminio en vez de libros. También en el atrio, muchas de las estanterías sólo tienen fotos de lomos de libros. Los espacios de lectura se encuentran en las salas tradicionales de la biblioteca.

Los tres ejemplos, Nueva York, Gouda y Tianjin, demuestran que no solo hay una manera de llevar a cabo el encargo de convertir las bibliotecas en lugares de formación y encuentro. Un espacio que ya no tiene nada que ver con un simple depósito de libros.

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