Acceso rápido:

Ir directamente al segundo nivel de navegación (Alt 3) Ir directamente al primer nivel de navegación (Alt 2)

La Abuelita Trude
¡Hay tantas cosas que hacer!

Oma Trude vor einem Regal mit Marmeladengläsern
Geht ans Eingemachte: Oma Trude | Ilustración (fragmento): © Celine Buldun

Está jubilada, sí, pero no deja de trabajar: la Abuelita Trude lleva una vida que le hace bien a ella y al medio ambiente, y no gastando mucho dinero, sino con creatividad y un poco de improvisación y habilidad. Va a compartir con nosotros sus mejores consejos. 

De La Abuelita Trude

Querido público, ¡menudo fin de semana tan emocionante que he vuelto a tener! Vino de visita desde Hamburgo mi nieta de trece años, así que, por supuesto, tuvimos que ir a una de esas tiendas tan llenas de colores. Ya sabéis, esas en que venden champú y cosas de estas.
 
“Bio” por aquí, “bio” por allá: todo muy bonito, sí, y está muy bien, pero esos precios... ¡y esos envases por todas partes! Un poco más y termino mareándome. Porque todas estas cosas salen mucho más baratas y ecológicas si se las fabrica una misma.

Saber qué pasa en el mundo

Pero un momento, vayamos por orden: lo último que quiero es aburriros con historias de mi vida...
 
Me llamo Trude, es verdad que ya no soy joven, pero sigo viviendo la vida con todas mis fuerzas, como suele decirse con esa expresión tan bonita. Al fin y al cabo, ¡hay tantas cosas que hacer! Y no creáis que soy de esas que se pasan el día entero leyendo revistas y empujando el andador de un lado a otro... ¡Para eso, hasta la jubilación es una etapa demasiado breve!
 
Vivo en una casita con jardín y huerto en Hollenbach, que no está lejos de Augsburgo, una ciudad de Baviera. En mi hogar tengo un pequeño taller, pero también una habitación con ordenador portátil y equipo de música. Porque, al fin y al cabo, quiero saber qué pasa en el mundo, y, si no es en el portátil, la pantallita de mi móvil me sirve para enterarme de por dónde andan mis queridos hijos y nietos, que están dispersados por toda Alemania.

Con creatividad y un poquito de improvisación

Si veo que en mi casita hay demasiada tranquilidad, me voy a visitar a mi amiga de la ciudad. Mi vieja Vespa es una compañera fiable para recorridos cortos, sobre todo esas veces en que me fastidia demasiado la soledad y no paro de pensar en mi querido marido Hans, que se fue de mi lado tan pronto...
 
Pero no hablemos más de mí: espero con ilusión poder daros algunos consejos que os enseñen a hacer que la vida de todos los días sea un poquito más digna de ser vivida y mejor para el medio ambiente, y eso sin gastar mucho dinero, sino con creatividad y un poquito de improvisación y habilidad. Porque, aunque yo haya dejado ya de trabajar, tengo ganas de cambiar cosas, ¡y tampoco me apetece mirar para otro lado, sino pensar de cara al futuro!
 
Un cordial saludo de Trude

Top