Acceso rápido:

Ir directamente al segundo nivel de navegación (Alt 3) Ir directamente al primer nivel de navegación (Alt 2)

Feria del Libro de Fráncfort 2022
¿De vuelta a la rutina diaria?

Skyline de Fráncfort del Meno al atardecer
Skyline de Fráncfort del Meno | Foto (detalle): © picture alliance / dpa | Roland Holschneider

Tras dos años en versión reducida, la Feria del Libro de Fráncfort vuelve con fuerza, con España como país invitado en 2022. Reflexiones de Isabella Caldart sobre la relevancia de las ferias físicas, BookTok como guía para el futuro y qué nos espera este año.

De Isabella Caldart

No es ningún secreto que, desde hace mucho tiempo, los grandes negocios no se hacen en las ferias del libro. Para tener toda la atención del personal de las editoriales, los agentes literarios ofrecen de antemano los manuscritos muy muy importantes por correo electrónico. La idea (romántica) que la gente de fuera del sector del libro tiene de las ferias —subastas calientes con mucha emoción, por ejemplo— no corresponde a la realidad. Ahora, tras varios años de pandemia, la Feria del Libro de Fráncfort vuelve prácticamente sin restricciones. Naturalmente, esto plantea la pregunta: ¿resulta ya anticuado el concepto de feria?

BookTok como futuro digital

Especialmente los años con poca interacción personal —entre los directores de las editoriales, los editores, los agentes, los periodistas, la gente de mercadotecnia y todas las demás personas que suelen reunirse en las ferias del libro y eventos similares— han demostrado lo que en realidad, desde antes, ya estaba claro para todos: funciona sin interacción personal física porque siempre ha funcionado así. La información pertinente puede transmitirse mucho más rápidamente a través del Zoom, el correo electrónico o el teléfono. Pero estos años también han demostrado que las ferias no son (sólo) para hacer negocios, sino sobre todo para mantener contactos sociales, y eso es simplemente mejor en persona que de manera virtual. Por ello no se materializarán los temores repetidamente expresados durante los años del coronavirus de que los editores no querrían seguir soportando la carga financiera de una feria y cancelarían definitivamente su participación.

Pero este no pretende ser un texto culturalmente pesimista, sino todo lo contrario, es un llamado a los editores y organizadores para que den más importancia a lo digital. Porque parece que todavía no se toman las redes sociales lo suficientemente en serio. Todo el mundo es consciente ahora de la importancia de Bookstagram, pero Instagram lleva un tiempo con una tendencia a la baja. Más emocionante es BookTok, el lado “libresco” de TikTok. Especialmente en el mundo anglófono, BookTok tiene un enorme poder de mercado, puede crear bestsellers e impulsar títulos de la lista de espera. En Alemania, todavía no hay muchas cuentas grandes de BookTok, pero esto va a cambiar. Porque, al menos durante los próximos años, TikTok es el futuro, hasta que en algún momento la aplicación sea sustituida por una nueva. Así que, aunque las ferias del libro son indispensables para cultivar los contactos personales, al mismo tiempo, la industria del libro debería prestar por fin más atención a las redes sociales. Pues, en contra de lo que algunos creen, las ferias físicas y la presencia digital no son mutuamente excluyentes, van de la mano.

Obstáculos en la presentación del país invitado

¿Qué podemos esperar de la Feria del Libro de Fráncfort de este año? Después de la Feria de 2020, que se convirtió a su versión digital con poca antelación, y de la versión reducida de 2021, con muchos menos stands, más espacio en los pabellones y menos visitantes, parece que se volverá a celebrar una feria del libro según los viejos hábitos. El festival de lectura de la ciudad, Open Books, también vuelve con fuerza, con un centenar de lecturas de alrededor de ciento cincuenta autores en la propia ciudad de Fráncfort.

Es emocionante echar un vistazo al país invitado de este año: después de que la aparición de Canadá se pospusiera un año, ahora es el turno de España, en lugar de 2021, como estaba previsto inicialmente. En la fase previa, conocedores del sector y expertos en España habían expresado el temor de que la aparición del país invitado pudiera ser menos espectacular que, por ejemplo, las de Georgia y Noruega, que en 2018 y 2019 tuvieron un impacto duradero en el público. El hecho de que España haya tenido un año más de tiempo para organizarse no puede haber causado perjuicios. Sin embargo, España será menos sorpresivo que, por ejemplo, Georgia. Por un lado, porque la literatura de España, a diferencia de la georgiana, es razonablemente conocida en este país; y por el otro, porque el pequeño país euroasiático ha promovido muchas más traducciones, especialmente en relación con la gran España.

España también tiene competencia regional: en 2007, Cataluña fue el único país no reconocido que tuvo su propia aparición como país invitado, lo que fue recibido de manera muy positiva en su momento. España tiene que estar a la altura. Por cierto: si hablas español, el podcast del Goethe-Institut “En tu feria me colé”, sobre literatura de España y del mundo de habla alemana, es una guía digital de la feria física.

Así pues, la Feria del Libro de Fráncfort de este año promete ser interesante en todos los sentidos. ¿Cómo se sentirá? ¿Atraerá suficientes visitantes para que sea rentable? ¿Tendrán demanda las lecturas y fiestas en el exterior del recinto ferial? ¿Cómo se presenta el país anfitrión? ¿Y es la Feria del Libro de Fráncfort un modelo para la Feria del Libro de Leipzig, que ya ha tenido que cancelar tres veces? Podemos ilusionarnos.
 

Autora

Isabella Caldart © privado Isabella Caldart es periodista independiente, editora, redactora de redes sociales y moderadora. Sus textos aparecen en 54books, Neues Deutschland (conocido como nd), Zeit Online, Frankfurter Rundschau, Missy Magazine y Die Tageszeitung (conocido como taz), entre otros. También gestiona las cuentas de las redes sociales del Premio Alemán del Libro. Isabella Caldart es originaria de Fráncfort del Meno y vive desde hace tiempo en Barcelona.

Top