Lo que se considera un buen trabajo no sólo se decide por las cuantías de la nómina. Los horarios y la flexibilidad, la seguridad en el trabajo y la codecisión son factores igualmente determinantes y, por tanto, también son prioritarios en la lucha de los trabajadores por unas mejores condiciones laborales.
Jóvenes que no encuentran trabajo, profesionales de la cultura que corren de un proyecto a otro en un torbellino de solicitudes de financiación, servicios de transporte y comidas a domicilio que convierten a los trabajadores en competidores en la carrera por el precio más bajo: este mundo laboral es cualquier cosa menos color de rosa. Por qué esto es perjudicial para la sociedad en su conjunto y qué podemos y debemos cambiar al respecto, puedes leerlo aquí:
Una de las promesas incumplidas de la modernidad es la del buen trabajo, en la que las máquinas nos liberarían de la restricción de las labores duras y físicas y reducirían constantemente nuestra carga de trabajo. Pero en lugar de reducirse, la carga sólo se ha desplazado. ¿Qué ha fallado? ¿Y qué se necesita para hacer posible un buen trabajo?
El trabajo también puede ser diferente. La digitalización puede liberar a las personas de las restricciones de la ubicación y revitalizar las regiones rurales. Las personas pueden utilizar sus habilidades y su tiempo para contribuir a una sociedad sostenible. Y el intercambio europeo puede abrir nuevas perspectivas para los jóvenes. Dónde ya está ocurriendo todo eso, aquí te lo contamos.