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Economía
El yermo de la gente olvidada a la que se han quitado de encima

Antiguamente en la cumbre, hoy en el olvido: fábricas abandonadas como esta de Duisburgo son una imagen habitual en las regiones que sufren hoy debilidad estructural.
Antiguamente en la cumbre, hoy en el olvido: fábricas abandonadas como esta de Duisburgo son una imagen habitual en las regiones que sufren hoy debilidad estructural. | Foto (detalle): © Adobe

Las regiones estructuralmente débiles en ámbitos rurales son zonas que suelen pasarse por alto. En ellas apenas se da desarrollo económico, y tampoco centran el interés en las medidas para la protección del clima. Cómo sería posible mejorar la situación ha sido el tema de una investigación hecha en primera línea.

De Wolfgang Mulke

Están lejos de las áreas de aglomeración urbana donde late la vida y donde la gente moderna de empresas recién creadas está ideando tecnologías para el futuro: en las zonas del país más bien despobladas, normalmente de ámbito rural, no llega la fuerza de irradiación de los centros urbanos. Las personas que viven en estas zonas desfavorecidas estructuralmente pertenecen ya desde hace mucho a la parte perdedora del desarrollo económico. En la transformación que se aproxima en dirección a una sociedad neutra climáticamente, temen quedarse aún más descolgadas: “Se decidirá de una u otra manera sin tenernos en cuenta –afirma una habitante de Bochum–, no tenemos nada que decir”.

Esta sensación de impotencia está muy difundida en las regiones afectadas, tal como se desprendía de un estudio publicado en 2022 realizado en común por la Fundación Friedrich Ebert y Das Progressive Zentrum, un grupo independiente de reflexión con sede en Berlín. Las personas encargadas de la investigación llevaron a cabo más de 200 conversaciones a domicilio para encuestar sistemáticamente a personas a las que raramente se presta oído, en áreas tales como el antiguo centro químico de Bitterfeld-Wolfen, los antiguos centros carboneros de Duisburgo y Bochum, en la Comunidad Regional de Saarbrücken y en Greifswald de Pomerania Occidental, junto a la costa oriental alemana.

Un alegato por la redistribución

“Por lo que respecta a cómo superar la crisis climática, en las regiones con debilidad estructural muchas personas se sienten pasadas por alto”, tal es la conclusión primordial de quienes desarrollaron la investigación. Las personas encuestadas reconocen sin duda en el calentamiento terrestre y los problemas medioambientales uno de los principales desafíos de la humanidad, pero les importa más el desarrollo en su entorno. Les preocupa entrar en un círculo vicioso de emigración, empobrecimiento y pérdida de infraestructuras tales como buena conexión con la red de transporte u ofertas culturales y de ocio. “El ‘pobre hombre’ es siempre quien lo paga al final, sea con el cambio climático o con los precios de la gasolina”, se queja una mujer de Bitterfeld.

“Las personas –observa la investigación– no esperan simplemente que se supere el cambio climático, sino que se supere de manera socialmente tolerable.” Entre los primeros puntos de la agenda están para ellas las urgencias sociales. La distribución desigual de renta y patrimonio angustia a las personas encuestadas. Su temor es volverse dependientes de los servicios sociales o que les haga falta un segundo empleo para sobrevivir. Sienten rabia por la amplitud de la disparidad entre quienes más ganan y quienes van tirando lo justo con el salario mínimo. Por ello, una mayoría de las personas encuestadas aboga por más redistribución. La protección del clima la ven como otra amenaza más, no como una oportunidad. Die lokale Gastronomie in Duisburg passt sich an die Realität an: Aufgrund der Vielzahl von Hartz IV beziehenden Stammkunden hat sich der Besitzer des Kiosks im Duisburger Stadtteil Hochfeld zur Umbenennung seiner Trinkhalle in „Hartz IV Ecke“ entschieden. Die lokale Gastronomie in Duisburg passt sich an die Realität an: Aufgrund der Vielzahl von Hartz IV beziehenden Stammkunden hat sich der Besitzer des Kiosks im Duisburger Stadtteil Hochfeld zur Umbenennung seiner Trinkhalle in „Hartz IV Ecke“ entschieden. | Foto (Detail): © picture alliance/dpa/Julian Stratenschulte

Las tiendas cierran, la gente se marcha

La preocupación puede deberse también a que son personas que ya han afrontado más veces cambios radicales. Las regiones examinadas en la investigación perdieron todas ellas en algún momento su base económica; en el caso de Saarbrücken, por ejemplo, la fuerza que llegó a tener su industria minera y siderúrgica. De cara al futuro, muchas y muchos residentes temen ahora un nuevo descenso. “Las tiendas cierran, la gente se marcha, no quedan médicos especialistas, solo baches en las carreteras”, así describe el estudio este círculo vicioso. Lo que preocupa a las y los habitantes no son tanto sus propias personas, sino las perspectivas de su región. “Sobre todo en el este de Alemania domina la falta de perspectivas: la gente más mayor ya se resigna en parte a ello –afirma un joven de Wolgast–, pero la gente más joven se marcha.” Los temores van emparejados con menos confianza en la personas de la política y en los partidos. La opinión predominante es que “la gente de arriba” no puede tampoco hacer nada. Casi la mitad de las personas encuestadas no ve además a nadie en las instituciones políticas que se preocupe por lo que necesita la población. De las respuestas puede deducirse asimismo cómo en la situación ha ganado terreno el populismo. En cualquier caso, para la gran mayoría el sistema democrático de por sí es fuerte.

Existen remedios para parar la caída

A partir de las entrevistas y la investigación paralela, las entidades encargadas han formulado recomendaciones acerca de cómo podría realizarse la gran transformación en el ámbito con debilidad estructural. “Dinero, poder de intervenir, escuchar”, así resume el personal de la investigación su programa.
In strukturschwachen Regionen ist oft viel Platz, der wie hier in Bitterfeld-Wolfen für Energieerzeugung genutzt werden kann. Die Autor*innen der Studie fordern, dass die Gewinne wieder in die Region fließen sollen. In strukturschwachen Regionen ist oft viel Platz, der wie hier in Bitterfeld-Wolfen für Energieerzeugung genutzt werden kann. Die Autor*innen der Studie fordern, dass die Gewinne wieder in die Region fließen sollen. | Foto (Detail): © picture alliance/Global Travel Images Así, por ejemplo, el Estado debería facilitar cantidades de dinero mayores para inversiones en un sector energético local. Como lo normal es que haya disponible mucho espacio, podrían instalarse en él centros de generación energética. Las ganancias fruto de esas operaciones deberían quedarse en las regiones, posibilitando a su vez invertir en la educación, el transporte de cercanías o en asuntos sociales. Para ello, las/los investigadores proponen ayudas directas para la población, por ejemplo asumir los costes de reforma de las casas o ayudas para el paso a la movilidad eléctrica. En este punto debe también mencionarse que el tema de la ayuda financiera está ya totalmente presente en el Gobierno Federal: tan solo en el año 2020 se destinaron 1700 millones de euros al fomento de regiones con debilidad estructural. Objetivo a largo plazo: crear condiciones de vida equivalentes en toda la República Federal. En cualquier caso, aún habrá que esperar mucho hasta que se hagan notar los efectos de estos paquetes de medidas del “Sistema Alemán para el fomento de regiones débiles estructuralmente”.

Junto con sus reclamaciones económicas, las autoras/es del estudio pretenden también que las regiones tengan más poder de intervenir. De este modo, abogan por dar a la población posibilidades amplias para participar en las discusiones, y aparte la intención es reforzar la confianza en la política. Las entidades piden aquí escuchar más a las personas, demostrándoles respecto y estimación. La gente de la política casi siempre ha aparecido antes de las elecciones y luego no se la vuelve a ver, tal es la crítica de una encuestada: “Sé perfectamente que no puede ponerse siempre todo en marcha a la vez, pero pararse a escuchar de vez en cuando es importante pese a todo”.

 

“Los ignorados”

Para el estudio “Die Übergangenen” (“Los ignorados”) se llevaron a cabo en el año 2021 más de 200 conversaciones a domicilio en cuatro regiones estructuralmente débiles de Alemania occidental y oriental. El 54 por ciento de las personas encuestadas nombraron “que se nos quiten de encima” como su mayor preocupación para el futuro en referencia a su región. Como los mayores desafíos para el futuro, mencionaron desafíos de política social y también la protección medioambiental y climática, seguidos por el futuro económico de Alemania. Sus deseos para su región eran mejores infraestructuras, oferta cultural y de ocio y más cooperación.

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