“Walchensee Forever”, Janna Ji Wonders
Un linaje de mujeres fuertes

La ópera prima de la directora documenta la historia en cuatro generaciones de su familia.

De Miguel Muñoz Garnica

Janna Ji Wonders, documentalista en activo desde hace casi veinte años, escogió para su primer largometraje contar la historia de su familia. Por ella asoman cuatro generaciones, cada una protagonizada por una figura femenina: su bisabuela, fundadora del café junto al lago Walchensee que da título al filme; su abuela, continuadora del negocio familiar y que a sus 104 años comparece ante la cámara de la cineasta; su madre, cercana a la contracultura hippie desde su juventud hasta su vuelta al lago; y la misma Wonders. Para comprender el papel que se atribuye esta última en su propia película hay que atender a dos gestos significativos.

Diálogo intergeneracional

En la escena de apertura, tomada de un vídeo de archivo familiar, su madre filma a Wonders de niña y le hace una serie de preguntas. Hasta que la chiquilla le invita a que intercambien sus posiciones y sea ella quien se ponga tras la cámara. Tras una amplia elipsis temporal, la cámara de la directora toma la imagen presente y revela que buena parte de la construcción de la obra se va a basar, precisamente, en la interrogación de la hija a la madre. Con esta conexión, Wonders sitúa la semilla de una relación maternofilial tan especial, que ha permitido crear Walchensee Forever como un diálogo generacional abierto y enriquecedor.

Pero nos falta el segundo gesto que adelantábamos. Cuando, hacia el final de la película, las tornas vuelven a invertirse y es Anna, la madre, quien toma la cámara de su hija y vuelve a grabarla como cuando era pequeña. Si añadimos que la otra gran protagonista de los testimonios directos que vertebran Walchensee Forever es la abuela de la cineasta, que a sus 104 comparece ante la cámara, podemos entender la cinta como una expresión orgullosa de identidad. Como una cineasta e hija que se comprende a sí misma en ese linaje de mujeres fuertes que continúa en su ser, y que, tal y como adelantan los planos finales que Wonders le dedica a su hija recién nacida, tienen ya asegurada su perpetuidad en una nueva generación.

Fotograma de “Walchensee Forever” de Janna Ji Wonders, 2020 | Foto: © FlareFilm

Creación colectiva

En este sentido, habría que entender Walchensee Forever como una obra coral, por mucho que nos llegue con la firma de Wonders. Primero, por la manera en que la directora adapta su montaje y estilo al ejercicio de la escucha, a la mejor manera posible de acompañar la voz que cede a su madre y abuela como principales protagonistas-narradoras. Segundo, porque buena parte del material de archivo que Wonders emplea profusamente se debe al trabajo como fotógrafa de su madre, al que se suman otras instantáneas o grabaciones familiares. Sin duda, la mejor sensación que deja este documental es la de estar ante una historia que, aunque fechada en 2020, llevaba un siglo escribiéndose sola.