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Debate sobre la devolución
La restitución de artefactos coloniales avanza muy lentamente

Dass seine Peitsche und Bibel mal das Zeug zu internationalen Kontroversen haben werden, hätte sich der namibische Nationalheld Hendrik Witbooi wahrscheinlich auch nicht träumen lassen.
Faktenfindung oder selektive Amnesie? | Foto (Zuschnitt): akg-images © picture alliance

¿De quién son? Los derechos de propiedad de bienes culturales de la era colonial con frecuencia son controvertidos, y las negociaciones sobre posibles restituciones suelen ser largas y difíciles. Alemania da los primeros pasos.

De Wolfgang Mulke

La columna mide 3,50 metros de altura y tiene unos 530 años de antigüedad, está coronada por una cruz de piedra caliza. Con ella, los colonizadores portugueses pusieron en claro sus derechos de propiedad sobre el Cabo Cross, en África del sur. El escudo portugués indica la fecha en que se erigió la cruz, en el año de 1485. Ahí se mantuvo hasta 1893, cuando los nuevos colonizadores alemanes transportaron el bien cultural a Berlín. Ahora, el regreso es inminente: Alemania le devuelve la Columna Cape Cross a Namibia. “Ésta es una decisión importante y visionaria”, afirmó la ministra alemana de Cultura Monika Grütters.
 
La restitución de patrimonio cultural es hasta ahora la excepción en Alemania. También fue espectacular la decisión del estado federado de Baden-Württemberg de devolver la biblia y el látigo del héroe nacional namibio Hendrik Witbooi, a principio de 2019, al gobierno de Namibia. Por lo general, la restitución se ha limitado principalmente a restos humanos, por ejemplo, los cráneos de aborígenes o los ajuares funerarios de países africanos. Al efecto, la coalición gobernante de socialdemócratas y conservadores integró en su programa de gobierno el compromiso de superar y elaborar la era colonial. En este programa se afirma que el recuerdo de los crímenes cometidos durante esa época debe convertirse en parte de la cultura de conmemoración.

El heroe nacional namibio Hendrik Witbooi probablemente nunca hubiera soñado que su látigo y su biblia iban a ser objeto de controversias internacionales. El heroe nacional namibio Hendrik Witbooi probablemente nunca hubiera soñado que su látigo y su biblia iban a ser objeto de controversias internacionales. | Foto (detalle): © picture-alliance/dpa

Casi no se debate sobre el pasado colonial

Hasta el día de hoy no ha tenido lugar en Alemania un abordaje profundo de la era imperial entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Sólo hace algunos años aumentó la conciencia respecto a los crímenes de esa época, entre ellos la masacre cometida por tropas colonialistas alemanas contra las tribus de los nama y los herero. El gobierno federal busca una reconciliación con la antigua colonia, y la restitución de bienes culturales robados forma parte de ese proceso. 

Miles de artefactos provenientes de todo el mundo se encuentran en posesión de museos alemanes. Aunque hayan sido adquiridos de modo legal, su número exacto se desconoce. Entre ellos hay piezas espectaculares, como el busto de la faraona egipcia Nefertiti, cuya devolución Egipto exigió en vano. También el esqueleto de trece metros de largo de un dinosaurio que está en el Museo de Ciencias Naturales de Berlín. Científicos alemanes encontraron los huesos en Tanzania y se los llevaron.

Primero, averiguar el origen

Pregunta perenne en cuanto a la restitución: ¿A quién le pertenece el busto de Nefertiti? Pregunta perenne en cuanto a la restitución: ¿A quién le pertenece el busto de Nefertiti? | Foto (Detail): © picture alliance / Eventpress Herrmann Está claro que los guardianes de tan importantes tesoros no se quieren separar de ellos. Sin embargo, los estados federados se pusieron de acuerdo, por lo menos en algunos puntos fundamentales, respecto al manejo que se le debe dar al tema. “Queremos crear las condiciones para la restitución de restos humanos y de bienes culturales provenientes de contextos culturales, cuya apropiación se realizó de una forma que hoy ya no resulta ética o jurídicamente aceptable”, se dijo. En la práctica, Grütters reforzó la investigación sobre la proveniencia, es decir, la investigación respecto al origen y las circunstancias en que se adquirió el patrimonio cultural.
 
Sin embargo, esta decisión también provocó numerosas críticas. El historiador hamburgués Jürgen Zimmerer considera que concentrarse en la investigación sobre la proveniencia es sólo una estrategia para posponer las decisiones políticas necesarias. Eso, teme el científico, más bien fomenta la “amnesia colonial”, en lugar de impulsar la necesaria discusión. “El manejo del legado colonial de Europa es uno de los debates sobre la identidad más importantes de nuestra época, sino es que el más importante”, escribe Zimmerer. Y también ofrece una alternativa a la investigación sobre los orígenes de los bienes culturales: se debería invertir la forma de presentar las pruebas. Es decir, las colecciones coloniales deben demostrar que su acervo fue adquirido de forma legal; si no, debe considerarse que éste fue robado.
 

Francia, ¿ejemplo a seguir?

El gobierno federal alemán se encuentra también bajo presión debido al presidente francés Emmanuel Macron, quien quiere llegar a un acuerdo con los países africanos respecto a la restitución de los bienes coloniales que se encuentran en Francia. El presidente se vio impulsado a tomar esta acción gracias al trabajo de la historiadora del arte francesa Bénédicte Savoy, docente en la Universidad Técnica de Berlín, así como del economista Felwine Sarr. Ellos le recomendaron a Macron, en un informe que les fue encargado, la restitución permanente del arte robado.
 
También en Berlín resuenan las demandas de Savoy. El objeto principal de las críticas lo constituye el Foro Humboldt. El museo volverá a reunir las colecciones extraeuropeas y asiáticas de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, decenas de miles de piezas de origen incierto, y las alojará en el reconstruido Palacio de Berlín. Savoy abandonó el Consejo de Expertos del Foro en 2017; entre otras razones, adujo la falta de transparencia y una insuficiente investigación sobre la proveniencia.

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