Industria cinematográfica sostenible
The show must go green: verde porque te quiero verde

Numerosas películas de cine y documentales tratan de temas medioambientales o animan a llevar un estilo de vida más sostenible. Pero cómo lo lleva el propio sector: ¿qué y cuánto de ecológica tiene la industria cinematográfica alemana?
Desde la gran acogida mundial que obtuvo el documental de Al Gore y Davis Guggenheim Una verdad incómoda en 2006, cada vez son más las películas y documentales que abordan el tema de la sostenibilidad. Éxitos taquilleros como Avatar de James Cameron, hasta hace bien poco la película más popular de todos los tiempos, aúnan buen entretenimiento y acción de temática ecológica. Otras numerosas producciones alemanas como Zeit für Utopien (Tiempo de utopías), Die grüne Lüge (La mentira verde) o Taste the Waste (Rebuscar en la basura) se declaran a favor de una forma más sostenible de vivir y trabajar. Sin embargo, bajo cualquier película pro protección del medio ambiente, aun cuando solo proponga un estilo de vida más amigable con el mismo, siempre subyace cierta contradicción, si se tiene en cuenta la costosa tecnología y el gran consumo de energía que se requieren para producirlas. A la hora de filmar, no es raro que todo el equipo de producción viaje primero al otro lado del planeta, generando una cantidad ingente de basura, ¿cómo se explica esto?
la industria cinematográfica reacciona
“El cine en este país es cada vez más verde”, asegura un comunicado de prensa del Gobierno federal de Alemania en febrero del 2020. Monika Grütters, ministra federal de Cultura, firmó junto con las emisoras televisivas, las instituciones de promoción cinematográfica y el resto de las asociaciones del sector una declaración a favor de una producción de películas y series sostenible. Los firmantes ‒tanto el canal televisivo público ZDF como el privado RTL e incluso Netflix o Sky‒ se comprometen a reducir el consumo de recursos y otros impactos ecológicos negativos, aunque remitiéndose al futuro, cuando por fin entre en vigor la inminente enmienda relativa al fomento cinematográfico. ¿Se fomentará entonces las películas según su grado de sostenibilidad?
La calculadora CO2 y los criterios de subvención
Desde 2012, el programa de subvenciones de la Filmförderung de Hamburgo Schleswig-Holstein (FFHSH) otorga el llamado “Grüner Filmpass” (antes “Grüner Drehepass”) a las producciones que cumplan un estricto catálogo de criterios de evaluación, desarrollo y realización; desde abril de 2020, también es requisito que la producción sea alemana, y que esté financiada y rodada en Alemania. Recientemente fue galardonado el capítulo “Die goldene Zeit” (“El tiempo dorado”), de la popular serie policiaca Tatort (Escena del crimen), por reducir, entre otras cosas, la cantidad de basura durante los rodajes, y por renunciar al uso de generadores de energía. Otras producciones subvencionadas, por mencionar algunas otras, son el show de culto televisivo Verstehen Sie Spaß?, la película Sauerkrautkoma (En estado de coma por el chucrut) y la miniserie de Sky 8 Tage (8 días).
Algún que otro instituto de formación profesional también participa: en la Escuela Superior de Medios de Comunicación de Stuttgart, desde el semestre de invierno de 2019, se puede obtener un título en consultoría verde que capacita para calificar a los productores de cine en especialistas de producción de medios de comunicación y de cine sostenibles. Por cierto, en los estudios cinematográficos Bavaria Filmstudios, cerca de Múnich, se puede filmar en verde especialmente bien: se trata de un lugar de marcado caracter respetuoso con el medio ambiente que cuenta con calefacción geotérmica, electricidad hidráulica, instalaciones privadas de energía fotovoltaica e iluminación de bajo consumo, en definitiva, un lugar donde el reciclaje se escribe con mayúsculas.

100 veces más energía limpia y separación de basura
Asimismo, la ministra Grütters se unió al grupo de trabajo Green Shooting a principios de 2020. En una iniciativa conjunta de sostenibilidad, se anunció la creación de un certificado de sostenibilidad y la realización de unas cien producciones de cine ecológicas en los próximos dos años (uso de energía limpia y de vehículos de bajas emisiones contaminates, reducción de generadores eléctricos diesel y de desplazamientos aéreos, oficinas "libres de papel", catering sostenible, separación de basura e iluminación de bajo consumo).Dicha iniciativa fue presentada a la par que se celebraba la Berlinale 2020, una decisión muy acertada temáticamente, ya que filmar en verde y la protección medioambiental es todo uno. No solamente se organizaron numerosos eventos con títulos como “Green Film Production 2.0 – Beyond reusable coffee cups” y “The Show Must Go Green”; sino que también se discutió acerca de la sostenibilidad del propio festival: ¿qué pasos se deberían de dar para reducir la huella ecológica de los grandes eventos? Para esta ocasión, la alfombra roja de la Berlinale se elaboró con redes de pesca recicladas y otros desechos de nailon, y se renunció al uso de envases de un solo uso.
Sí, casi una revolución, aunque no del todo. El sector cinematográfico –como también muchos otros– reacciona tarde ante las nuevas exigencias. Existen demasiadas declaraciones aisladas e iniciativas que se rigen por distintos catálogos de medidas preventivas. En los años venideros ya se verá si tanta actividad sirve para propiciar cambios reales y duraderos que sean, eso mismo, justamente sostenibles.
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