El Muro de Berlín 30 años después
De la memoria a la reestructuración/al cambio

El Muro de Berlín
El Muro de Berlín | © Marine Leduc

El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro. Treinta años después poco queda de él, en todo caso algún fragmento que sirve de soporte para artistas y grafiteros. Aún así, Berlín sigue marcada, ¿quizá caracterizada?, por una especie de muro invisible, vea nuestro diaporama.

De Marine Leduc

En noviembre de 2014, septiembre de 2015 y mayo de 2018 seguimos el rastro del muro para tratar de descubrir diferentes facetas de la ciudad. A lo largo de ese rastro es donde la ciudad ha cambiado: el moderno barrio de Potsdamer Platz florece en lo que fue una tierra de nadie y ciertos proyectos inmobiliarios a lo largo de la East Side Gallery o del Mauerpark destruyen lugares congénitos de la contracultura que germinaron en el Hinterland, la franja de tierra inhóspita que separaba las dos paredes del muro, mientras que otros aprovechan terrenos abandonados para plantar jardines urbanos o urbanizaciones alternativas. El muro en sí está en peligro: algunos inversores quieren destruirlo, una operación que ya ha entrado en vigor en una parte de la East Side Gallery, demolida en marzo de 2013 para la construcción de apartamentos de lujo. Cientos de protestas se han manifestado contra este tipo de proyectos, a modo de testimonio de la fuerza del muro como símbolo y del abismo de incomprensión que separa a los que quieren erradicar el pasado, el “muro de la vergüenza”, y levantar modernos rascacielos, y a los que desean preservarlo como recuerdo de un pasado doloroso, embellecido por el arte, y testigo del Berlín alternativo de los últimos treinta años. 

El “Muro de la Memoria”, que no se debe olvidar

  • Plaza del 9 de Noviembre de 1989, Bornholmer Str. © Marine Leduc

    Plaza del 9 de Noviembre de 1989, Bornholmer Str.

    Las primeras fotos del reencuentro entre los berlineses del este y del oeste adornan el lugar. Detrás, todavía queda un fragmento del muro. Exactamente allí fue donde llegaron los primeros berlineses del este. La noche del 9 de noviembre Günter Schabowski, miembro del Comité Central del SED, anunció por televisión que desde ese instante se autorizaba cruzar la frontera. Poco después, miles de berlineses orientales confluyeron en los diferentes puntos de paso. El puesto fronterizo de la Bornholmer Straße fue el primero en abrir sus barreras, a eso de las 22:30.

  • Gedenkstätte Berliner Mauer (El Memorial del Muro de Berlín). © Marine Leduc

    Gedenkstätte Berliner Mauer (El Memorial del Muro de Berlín)

    Según Eva Söderman, encargada de prensa del Memorial del Muro de Berlín en 2014, hubo quien enseguida quiso destruir ese “muro de la vergüenza”. Incluso construir este memorial llevó cerca de quince años. A día de hoy, a más de uno le gustaría que no quedase rastro de él y preferiría que no se embelleciesen los restos como en la East Side Gallery. “Cuando se conmemoraron los veinticinco años, se pudo ver hasta qué punto el tema ocupa a la gente”, explica Eva. “Por eso es importante conservar lo que queda del muro, para que las generaciones futuras comprendan lo que pasó”.

  • Gedenkstätte Berliner Mauer (El Memorial del Muro de Berlín) © Marine Leduc

    Gedenkstätte Berliner Mauer (El Memorial del Muro de Berlín)

    No olvidarse del muro significa también no olvidar a las personas que murieron al tratar de cruzar. El memorial les rinde homenaje, así como las cruces blancas que se ven en ciertos lugares de la antigua línea fronteriza.

  • Potsdamer Platz © Marine Leduc

    Potsdamer Platz

    Solo un fragmento del muro muestra cómo era esta zona antes de convertirse en un centro de negocios. Potsdamer Platz era el terreno baldío más extenso de la ciudad dividida.

El “Muro Cicatriz”, que marca la ciudad

  • Puerta de Brandeburgo © Marine Leduc

    Puerta de Brandeburgo

    Visibles o invisibles, el Muro dejó huellas sutiles en el paisaje urbano y en el corazón de muchos habitantes. Un ejemplo es el hombrecillo, que hizo famosos a los semáforos de Berlín Oriental y que empezó a aparecer también en algunas calles de Berlín Oeste a partir del año 2000. Para muchos habitantes de la ciudad todavía existen diferencias de mentalidad entre los berlineses orientales y occidentales. Como dice un transehuente que encontramos en el camino: “A menudo, antes de nada, deberíamos derribar los muros en nuestras propias cabezas”.

  • Parque de Nordbahnhof © Marine Leduc

    Parque de Nordbahnhof

    El Muro tenía más de 155 kilómetros de longitud. El antiguo “Hinterland”, esa franja amplia y vacía que discurría entre los dos muros paralelos que separaban las dos Berlín, todavía es visible a lo largo de todo su trazado, donde se han construido senderos y zonas de paseo.

  • Vías abandonadas, Parque de Nordbahnhof © Marine Leduc

    Vías abandonadas, Parque de Nordbahnhof

    Un puente en desuso todavía atestigua la división. A unos cientos de metros, la estación Nordbahnhof era una de las estaciones fantasma entre el este y el oeste.

  • Kieler Brücke © Marine Leduc

    Kieler Brücke

    Un terreno baldío aún visible a lo largo de un canal.

El “Muro Mercantil”, que atrae a los turistas

  • Checkpoint Charlie © Marine Leduc

    Checkpoint Charlie

    El muro es una atracción turística y muchos sacan provecho de él. Por unos pocos euros, las hordas de visitantes se pueden fotografiar con un falso soldado norteamericano, sobre todo en el Checkpoint Charlie. Este puesto fronterizo se convirtió en un símbolo, ya que fue testigo del encuentro de los dos “grandes” de la Guerra Fría, los estadounidenses y los soviéticos.

  • Un fragmento del muro en venta © Marine Leduc

    Un fragmento del muro en venta

    En muchos lugares turísticos de la ciudad se venden “fragmentos del Muro de Berlín”, a menudo falsificaciones.

  • East Side Gallery, Mühlenstraße © Marine Leduc

    East Side Gallery, Mühlenstraße

    Una tienda de souvenirs en la East Side Gallery, un museo al aire libre que abarca más de 1,3 kilómetros de muro decorado por artistas y grafiteros y que se ha convertido en uno de los lugares más turísticos de la ciudad.

El “Muro Derribado”, que atrae a los inversores

  • Apartamentos de lujo, East Side Gallery © Marine Leduc

    Apartamentos de lujo, East Side Gallery

    Ciertos terrenos baldíos que pertenecían a la ciudad se vendieron a inversores para construir oficinas y apartamentos de lujo. Algunos terrenos del “Hinterland” están vallados pero, para la dicha de la fauna y flora del lugar, siguen sin ser utilizados. Algunos proyectos de obra, si bien se iniciaron, pronto fueron interrumpidos debido a desaveniencias con la vecindad. El proyecto inmobiliario más grande se llama Mediaspree y su objetivo es rediseñar la orilla del río Spree que atraviesa la ciudad. Grandes empresas como Mercedes y algunos centros comerciales ya se han instalado allí, expulsando ciertos establecimientos emblemáticos de la contracultura. En la foto, la construcción de un edificio de apartamentos de lujo en 2014, entre el muro y el Spree, para la cual hubo que destruir una parte de la East Side Gallery.

  • Proyecto Mediaspree, East Side Gallery © Marine Leduc

    Proyecto Mediaspree, East Side Gallery

    En 2018, pese a las protestas de los vecinos, el paisaje se transformó por completo: por todas partes aparecieron obras de construcción. El edificio de apartamentos de lujo, al fondo a la derecha, está terminado.

  • EnergieForum, East Side Gallery © Marine Leduc

    EnergieForum, East Side Gallery

    Este edificio de oficinas permite paso al río, una condición sine qua non para realizar el proyecto Mediaspree. Lamentablemente, muchas otras construcciones no respetaron esa condición y eliminaron por completo el acceso al río.

  • Construcciones en el Mauerpark © Marine Leduc

    Construcciones en el Mauerpark

    El “parque del Muro” pertenecía antes al “Hinterland” que cortaba en dos el barrio de Prenzlauer Berg. Se convirtió en parque gracias a los vecinos y llegó a ser el símbolo de la reunificación entre el este y el oeste. Algunas parcelas se vendieron para construir viviendas de lujo.

El “Muro de los Berlineses”, que es reinventado por los habitantes

  • Un fin de semana en el Mauerpark © Marine Leduc

    Un fin de semana en el Mauerpark

    Después de la caída del muro, los berlineses rápidamente reutilizaron los espacios vacíos para crear vida de barrio y reunir a los habitantes de ambos lados. Con cierta creatividad infantil que bien podría calificarse de típicamente berlinesa, surgen guarderías, parques, granjas pedagógicas, asociaciones culturales y cafés, además de construcciones que parecen de cuento de hadas. El Mauerpark se tornó emblemático, sobre todo por su mercado de pulgas y los conciertos que se celebran cada domingo.

  • Un fragmento de Muro en el Mauerpark © Marine Leduc

    Un fragmento de Muro en el Mauerpark

    Lina, grafitera suiza, 2014. Los grafiteros locales hacen uso de este pedazo de muro, dando cuenta de la capacidad de los berlineses de reapropiarse de la ciudad y de su historia.

  • Casa de Osman Kalin, Mariannenplatz © Marine Leduc

    Casa de Osman Kalin, Mariannenplatz

    Esta cabaña fue construida antes de la caída del Muro por un jardinero turco, Osman Kalin. Empezó plantando una huerta a los pies del Muro, antes de levantar allí mismo su casa.

  • Teepeeland a orillas del Spree © Marine Leduc

    Teepeeland a orillas del Spree

    A pesar del proyecto Mediaspree, algunos sitios de la contracultura lograron subsistir e incluso resurgir. En 2014 se instaló al lado del río, en un terreno que pertenecía a la ciudad, un campamento de tiendas de campaña. En 2018, Hussein, un criador de palomas, nos recibió en su morada.

Rastrear el Muro de Berlín de hoy, de ayer y de mañana es comprender mejor la historia de Europa y sus conflictos. Una forma de no olvidar a las personas que lo vivieron y de comprender el presente. En efecto, el Muro y su caída todavía están presentes en el espíritu de los berlineses. Más que la política, son las historias de la gente viva, que piensa y respira, lo que marca a esta ciudad.

 
© Marine Leduc
 

Top