Violencia contra las mujeres
Lo que las mujeres deberían saber sobre la violencia doméstica

Una mujer se protege la cara con las manos
Violencia doméstica contra las mujeres | Foto (editada): McPHOTO; © picture alliance / blickwinkel

A pesar de las cifras alarmantes, la violencia doméstica sigue siendo un tabú en Alemania . ¿Qué deberían saber las mujeres al respecto? ¿Qué pueden hacer? Nueve preguntas y sus respuestas.
 

¿Qué desvelan los números?

En Alemania, cada dos o tres días muere una mujer  porque su actual o anterior compañero sentimental la acuchilló, la disparó o la mató a golpes; según la policía, las víctimas ascendieron en 2017 a 141. Pero eso es solo la punta del iceberg. Ya se trate de acoso o coacción física o sexual o incluso de lesiones corporales, casi 114. 000 mujeres fueron víctimas de sus parejas, y casi la mitad de ellas compartían vivienda con el autor del crimen. Y estas cifras se reducen a casos conocidos por la policía. En criminología, según la cifra negra u oscura, de cada cuatro mujeres entre 18 y 85 años de edad, al menos una de ellas sufrió en alguna ocasión violencia de pareja. Esto desvela que en Alemania donde corren más peligro las mujeres es en su propio hogar. Dato, por cierto, que se conoce desde hace años. Sin embargo, mientras que un homicidio por causas sexuales o un así llamado crimen pasional desata una ola de indignación social, hasta ahora a nadie parecía importarle este tipo de violencia a puertas cerradas. La publicación de las estadísticas criminológicas  sobre la violencia en la pareja logró escandalizar al público. " Y quizá sirva de detonante para que por fin la gente entienda la violencia de pareja como un tema crucial de importancia social", añade Patricia Kielinger, cofundadora de una iniciativa berlinesa que denuncia la violencia contra las mujeres (en alemán “Big”).

¿dónde empieza la violencia domestica?

Al principio, quizá el hombre de la casa solo quiere que su mujer no trabaje. O puede que esté extremamente celoso, según dicen. Y ella le quita importancia a estas agresiones a menudo disfrazadas de amor. Pero quizás él comience a controlarla. Y le retire el dinero. Y la aisle de su círculo social. Incluso, quizá, llegue a amenazarla. "La violencia doméstica es un conjunto de actos estructurados y enlazados entre sí –dice Patricia Kielinger–. Un nudo que a menudo se estrangula muy lentamente". No es raro que se combinen formas de violencia física y sexual. "Y cuando aparece la violencia física, añade Kielinger, ya no hace falta generar más actos, quizá entonces basta una mirada o levantar la mano". Cuando se llega a las manos, se cruza una línea roja sin retorno. Y aunque nos encontremos ante una dinámica compleja de pareja, quien pega es el responsable.

¿también Me puede pasar a mí?

La violencia en la pareja es un mal social, nos afecta a todos. "Está comprobado que las mujeres con un nivel educativo más alto y mejor sueldo también son víctimas de casos serios de violencia doméstica", afirma Monika Schröttle, la mujer que en 2004 publicó por primera vez una cifra negra convincente al respecto en Alemania. En círculos sociales más acomodados, la única diferencia, acaso, es que: "La violencia no llega a mostrarse  externamente. La vergüenza es aún mayor". Schröttle conoce parejas de quienes jamás nadie pensó las miserias que vivían en sus casas. Incluso conoce a mujeres que jamás confesarían lo que sufren a su psicólogo. Cierta pareja de docentes quizá sí que reconozcan que el problema puede ser el alcohol pero nunca la violencia. Y cuando las palizas se dan en un chalet, ni siquiera vecinos que avisen a la policía.

¿Me afecta el problema? ¿qué puedo hacer?

Aún cuando la vergüenza sea enorme y tu autoestima esté por los suelos, después de años de humillación, nunca es demasiado tarde para pedir ayuda. Pedir ayuda o hablar  con alguien ajeno a la situación es muy importante, dado que echar la culpa a la mujer es una estrategia muy habitual de los autores. "Están convencidas de que la culpa es suya, por ejemplo, porque no hacen feliz a sus esposos. A menudo se sienten fracasadas y no se sienten merecedoras de  recibir ayuda", dice Barbara Kavemann, una socióloga especializada en la violencia de género. Evidentemente lo ideal sería ir a la policía inmediatamente tras la primera muestra de violencia, pero en la práctica no es tan fácil. Por eso es tan importante que las mujeres sean conscientes de que una relación así las daña a ellas tanto como a sus hijos. En la mayoría de los casos la separación es la única manera efectiva de protegerse. Sin embargo, precisamente este paso conlleva un gran riesgo, ser víctima de una violencia mayor. "Una mujer debe pensarse muy bien a dónde ir después de una separación, porque muchas de ellas podrían estar en peligro de muerte".

¿Dónde encuentro ayuda?

Ante el peligro es mejor que tanto las personas afectadas como sus amigos y vecinos llamen al número de emergencia de la policía, el 110 (112 o 092 en España). Las autoridades conocen la mejor manera de proteger a una mujer. Podrían, por ejemplo, sacar al maltratador de su casa contra su voluntad y prohibirle la entrada. Quien antes de nada quiera informarse sobre la emergencia de su caso, su situación legal o posibles soluciones, en los grandes centros urbanos hay centros de información especializados para las víctimas de la violencia doméstica. El número de asistencia 08 00 11 60 16 es una línea gratuita y fiable que cubre todo el territorio federal las 24 horas del día y en 18 idiomas.

¿Cómo estar segura a largo plazo?

Una mujer que deja a su pareja por violencia  doméstica suele quedar acto seguido libre para siempre. Gracias a la ley de protección contra la violencia, existen órdenes legales como la de alejamiento o la de restricción que protegen a las mujeres 100% en muchos casos. Si no fuesen suficiente, siempre existe la posibilidad de pedir protección en un albergue para mujeres, lo que podría ser necesario en el momento de la separación. "Muchas mujeres se libran así de vivir situaciones violentas", afirma Monika Schröttle. De momento, la socióloga colabora en un proyecto de investigación europeo que estudia qué tipo de medidas previas se habrían podido tomar para evitar feminicidios acaecidos. En Berlín, 150 mujeres han sido admitidas en los últimos cuatro años en un programa de protección de la Oficina Nacional de Investigación Criminal y ninguna ha sufrido daño alguno.

¿qué perfil tiene un maltratador?

Desde obreros, actores de televisión y policías hasta dirigentes de la economía y la política. Se encuentran en todos los círculos sociales. Según las estadísticas criminalistas, más de dos tercios de los sospechosos son alemanes, seguidos de turcos, polacos y sirios. Muchos de ellos fueron asimismo víctimas de la violencia en su niñez. Aunque lo que más les caracteriza es que nunca aprendieron a expresar sentimientos de frustración o decepción, el miedo a la pérdida o el enojo sino a golpes. Por eso, también existen programas para maltratadores como el de el Centro de Información de Múnich para Hombres. Los participantes no solo deben de enfrentarse a diario con su condición violenta durante los nueve meses que dura dicho programa, sino que también  tienen que cuestionarse su propio estado emocional y aprender a expresarlo. El director del centro, Andreas Schmiedel, afirma: "Ocuparse de los maltratadores significa proteger a las víctimas". No es raro que un hombre violento reincida "y siempre encuentra nuevas víctimas".

¿Cómo puedo darme cuenta de que una mujer de mi entorno necesita ayuda?

Muchas mujeres no hablan de las conductas violentas que sufren en su relación. La socióloga Kavemann, sin embargo, menciona indicios que nos deberían hacer sospechar: "Cuando tenemos el presentimiento de que una conocida tiene una relación extraña en la que, por ejemplo, su pareja le quita la palabra de la boca constantemente, la menosprecia, la desprestigia frente a los demás o que siempre antepone sus deseos, en semejante caso no se debe decir “¡Qué sinvergüenza! ¡Sepárate inmediatamente de él!” Si no más bien preguntar: “¿Qué tal estás?”. Una  mujer que vive una relación abusiva no se pone automáticamente en contra de su pareja solo porque la trate mal. Piensan, por ejemplo: No siempre es violento, hemos estado bien, ¿y qué va a ser de los niños? La mayoría de las mujeres disculpan a su pareja porque consideran que los problemas de su pareja provienen, por ejemplo, de su niñez o se deben a su trabajo. A eso se le suma la vergüenza. Por eso, estas mujeres necesitan en primer lugar apoyo incondicional y ningún tipo de presión.

¿Qué tiene que cambiar socialmente?  

A pesar de todos los avances conseguidos en la igualdad de género, si un hombre a día de hoy sigue considerándose amo y señor sobre la vida y la muerte y esa conducta se enmascara como “drama familiar” o “de pareja”, Alemania tiene un problema. La violencia contra las mujeres no es una cuestión privada. Las sentencias judiciales son prueba de ello: mientras que un agresor de ascendencia musulmane resulta duramente castigado, un alemán  con necesidades emocionales y autoestima herida  aún recibe muestras de comprensión. La investigadora Schröttle advierte por lo tanto que no se debe individualizar la violencia ni adjudicárselo a otras culturas. En nuestra sociedad actual el modelo cultural de patriarcado sigue jugando un papel importante. Por lo visto, en las separaciones, se manifiestan ciertas reacciones especificas de cada sexo que tienen que ver, sobre todo, con el manejo de la ira y la idea de propiedad. Estas conductas están íntimamente relacionadas con cuestiones más profundas relacionados con asuntos de género: ¿Cuándo un hombre se considera hombre? ¿Quién transige en presencia de niños? ¿Quién gana el dinero?. "Una mujer realmente emancipada y autónoma– según Schröttle– sigue siendo una provocación para muchos hombres cuya frágil autoestima se basa en la subordinación de la mujer tanto en lo privado como en lo profesional."
 

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