Corrientes feministas
Del mujerismo al WITCH feminism

El objetivo general de todas las corrientes feministas es terminar con la opresión sexista. Distintas feministas tienen ideas muy distintas sobre cómo podemos lograr esa meta. Esta es una visión panorámica de las diferentes opciones que han surgido.

De Celia Parbey

En las últimas décadas, las mujeres negras, indígenas y de color han criticado las formas de feminismo que daban prioridad a las perspectivas de las mujeres blancas. A partir de esa crítica, desarrollaron nuevas interpretaciones feministas, más inclusivas. Al mismo tiempo, surgió una consciencia de los feminismos que ya se practicaban fuera de las sociedades occidentales.

Ecofeminismo

Según las ecofeministas, la crisis climática, al igual que la opresión de las mujeres y de las personas racializadas, es una consecuencia del sistema de poder capitalista patriarcal. El concepto fue acuñado en 1974 por la feminista francesa Françoise d'Eaubonne. Hoy en día, los movimientos ecofeministas dan prioridad a las voces que no suelen escucharse en la política climática internacional: las perspectivas marginadas del sur global, de África y Sudamérica, por ejemplo, las personas que ya son las más afectadas por las consecuencias de la crisis climática. El Green Belt Movement de la activista climática keniana Wangari Maathai es un ejemplo de ecofeminismo. Ya desde 1977 hacía conciencia sobre los problemas específicos de las mujeres kenianas en la lucha contra el cambio climático.

Interseccionalidad y feminismo

La profesora estadounidense negra Kimberlé Crenshaw acuñó el concepto de interseccionalidad en 1989. Este describe la interacción entre distintos mecanismos discriminatorios. Crenshaw criticaba al feminismo blanco que solo se concentraba en el género, porque dejaba de lado las experiencias de muchas mujeres de color. Creó la teoría de la interseccionalidad a partir de las experiencias de las mujeres negras en Estados Unidos, quienes enfrentan a la vez el racismo, el sexismo y el clasismo. Esas y otras categorías moldean en conjunto sus vivencias individuales. En los últimos años, el concepto de interseccionalidad ha sido ampliado mediante más categorías, como orientación sexual, discapacidades y nacionalidad.

Mujerismo

En paralelo a Crenshaw, la escritora y activista estadounidense Alice Walker acuñó el término "mujerismo" en 1983, como respuesta al feminismo de mujeres blancas de clase media y alta de ese entonces. También criticaba que esa forma de feminismo dejara de lado las experiencias y los problemas de las mujeres racializadas. En el mujerismo, la familia tiene un papel central. Mientras que el feminismo internacional está concebido de manera abierta, el mujerismo se concentra en particular en las experiencias de las mujeres de color.

Mujerismo africano

El mujerismo africano está basado en las culturas africanas y se concentra en las experiencias, luchas, necesidades y anhelos de las mujeres de África y de la diáspora africana. Esta corriente fue creada a finales de los años ochenta por Clenora Hudson-Weems. Según ella, una de las diferencias más importantes con otras corrientes es que, para las mujeres africanas, el hombre africano no representa el enemigo principal, como sí sucede, con razón, con el hombre blanco para las mujeres blancas. Como los hombres de color no gozan del mismo poder institucionalizado que los blancos, no están en posición de oprimir a sus mujeres de la misma forma.

Feminismo cuir

En el feminismo cuir se incluye explícitamente a las personas de la comunidad LGBTQIA+ en la lucha. Las feministas cuir critican a las corrientes feministas que solo se refieren a hombres y mujeres, por lo que excluyen a la mayoría de la comunidad LGBTQIA+ y perpetúan patrones de pensamiento patriarcales. El feminismo cuir es interseccional y reconoce que todos los géneros sufren bajo el patriarcado. En el feminismo cuir, el género se entiende como un constructo social, no como una realidad biológica absoluta. El feminismo cuir pone en duda las normas sociales y lo que se da por sentado. Con eso se refieren al imaginario binario, a las jerarquías de género, a la heteronormatividad, a las clases sociales, a la raza, a la monogamia y a muchas cosas más.

Feminismo pop

El feminismo ya llegó a la cultura hegemónica y, por lo tanto, a la cultura popular. A partir de la década de 2010, cantantes como Beyoncé y Taylor Swift se declararon abiertamente feministas y usaron esa nueva etiqueta para publicitarse. Los defensores del feminismo pop ven ahí una oportunidad poner los contenidos feministas a disposición de un público más amplio. Las críticas, por el contrario, arguyen que el feminismo pop predica el "girl power"; es decir, que el esfuerzo individual puede resolver problemas sistémicos. En el feminismo pop no se deconstruyen las estructuras patriarcales, sino que se eleva a ciertas mujeres a posiciones de poder para crear la apariencia de que todos los géneros tienen los mismos derechos o de que ya están de camino para lograrlo. Como movimiento, el feminismo pop representa la comercialización del feminismo.

El movimiento zapatista

Loas* zapatistas (también Ejército Zapatista de Liberación Nacional o EZLN) son un movimiento indígena en México. Luchan contra las consecuencias del capitalismo neoliberal, en particular contra la privatización de tierras y de otros recursos naturales. Desde el inicio del movimiento, las mujeres tomaron un papel central. En año nuevo de 1994, loas zapatistas llamaron a la revolución y organizaron varios levantamientos armados. Una de loas líderes de los levantamientos y del movimiento en general era la comandanta Ramona. Además de ser dirigente, escribió la Ley Revolucionaria de Mujeres. En ella está promulgado que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, a una participación política igualitaria, al mismo pago que los hombres, a la educación y a tener una vida sin violencia doméstica.

*Utilizamos "oa" como marca de lenguaje inclusivo porque loas zapatistas así lo usan.

Feminismo W.I.T.C.H.

La Women's International Terrorist Conspiracy from Hell (Conspiración Internacional de Mujeres del Infierno) o WITCH (bruja), por sus siglas, fue fundada en 1968 como una rama del grupo de feminismo radical New York Radical Women. El grupo organizaba manifestaciones públicas que llamaban "zaps" y en donde mezclaban protestas con brujería. En Halloween de 1968, por ejemplo, irrumpieron en Wall Street vestidas con túnicas y sombreros puntiagudos para hechizarlo de forma simbólica. Además, durante una expo de bodas en Madison Square Garden, liberaron a cientos de ratones blancos en protesta contra la "esclavitud" del matrimonio. El feminismo WITCH se concentraba más en la lucha de clases anticapitalista y menos en las relaciones entre hombres y mujeres.

Feminismo de la diferencia

Las feministas de la diferencia defienden la idea de que los hombres y las mujeres son diferentes por naturaleza. Su objetivo es revalorar las características que tradicionalmente se han despreciado por ser "femeninas": la empatía, los sentimientos o los cuidados, por ejemplo. Las feministas de la diferencia argumentan que las mujeres deberían celebrar sus características "naturales" e intentar moldear la sociedad usándolas. A la vez, rechazan las características supuestamente masculinas, como la agresión. El feminismo de la diferencia es muy criticado por otros grupos feministas: dicen que romantiza las ideas tradicionales de la feminidad y la masculinidad binarias y refuerza los estereotipos de género existentes. Además, no toma en cuenta que las personas provienen de distintas culturas y clases sociales, y por lo tanto tienen distintas perspectivas y valores.

Feminismo igualitario

El objetivo del feminismo igualitario es lograr la igualdad económica y política de los sexos al interior de un marco político ya existente. En contraste con el feminismo de la diferencia, las feministas igualitarias rechazan los roles de género fijos. Las diferencias entre géneros se explican por la socialización, no por la biología. Una representante importante del feminismo igualitario fue Simone de Beauvoir.
 

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