El cine de Manfred Kirchheimer: una introducción
Sinfonías urbanas

Fotograma de “Free Time” de Manfred Kirchheimer, 2019
Fotograma de “Free Time” de Manfred Kirchheimer, 2019 | Foto: © Manfred Kirchheimer

​El festival Play-Doc dedica en 2021 una retrospectiva completa al cineasta Manfred Kirchheimer.

De Miguel Muñoz Garnica

Ante la cámara circulan trenes plagados de grafitis y vallas publicitarias. Las composiciones de los planos, ante ambos elementos, tienden a cortar por la parte baja del cuadro las partes del campo visual que resultarían más visibles desde una mirada humana a su altura común –a ras de suelo. Ya sea por el uso del contrapicado o la elevación de la cámara, la vista del paisaje aparece extrañada, suprimiendo de ella no solo lo más inmediato a la mirada del transeúnte sino las propias figuras humanas. Una apuesta particular teniendo en cuenta que hablamos de la ciudad de Nueva York –en 1977, para ser exactos. No hay palabras, pero el montaje es elocuente. Un anuncio sobre pérdida de peso con body shaming infantil incluido —no vemos más que el dibujo, sin marca ni eslogan, pero con eso basta—enlaza con un grafiti que reza “Esclavo”. Una vista de la cúspide de las Torres Gemelas sigue a otra de un tren en marcha. Las imágenes toman claro partido: elevan a los trenes y el arte urbano que los cubre por encima de los mensajes y templos capitalistas.

Sin palabras

Hablamos de Stations of the Elevated (1981), quizá la obra más conocida de Manfred Kirchheimer una vez se revalorizó tres décadas después de su estreno. Pero Kirchheimer, alemán de nacimiento y neoyorquino a la postre –con solo cinco años, en 1936, su familia emigró huyendo del régimen Nazi–, ha sido siempre una pequeña leyenda del cine underground estadounidense desde que comenzó a filmar en los años sesenta. Quizá por su origen migrante y los recuerdos que ha expresado de la estrecha comunidad vecinal en la que creció, su mirada ha estado fija en la Nueva York popular, abordando cuestiones como la planificación urbanística o las tensiones raciales desde una perspectiva muy comprometida. Y, también, muy confiada en el poder de la imagen. Con algunas excepciones, el cine de Kirchheimer se caracteriza por su renuncia a la voz en off o cualquier tipo de posicionamiento verbal.

Fotograma de “Stations of the Elevated” de Manfred Kirchheimer, 1981
Fotograma de “Stations of the Elevated” de Manfred Kirchheimer, 1981 | Foto: © Manfred Kirchheimer

Otra Nueva York

Con la revalorización de su cine –una retrospectiva en el MoMa en 2012 es la principal responsable–, el ya nonagenario cineasta ha trabajado últimamente montando su material de archivo no utilizado. Su última cinta, Free Time (2019), se compone de tomas captó en barrios populares neoyorquinos entre 1958 y 1960, con un carácter abiertamente nostálgico, un elogio al no hacer nada. Vemos, recuperada para nuestros ojos, una ciudad de niños que juegan en las calles y ropa tendida en los balcones, ajena a la prisa y el ruido idiosincráticos de la imagen que hemos heredado de Nueva York. Por encima de todo, las sinfonías urbanas de Kirchheimer siempre han sido la búsqueda de una mirada afectuosa a la ciudad que hizo suya. Pese a las inclemencias.

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