Un cambio mental y en los corazones de las personas y de l*s politic*s
¿Qué ha cambiado desde la primera huelga escolar en Bélgica?

La huelga de Youth for Climate en Bélgica
Foto (detalle): © Youth for Climate

​Hace más de 2 años, el 10 de enero de 2019, más de 3000 jóvenes se congregaban en las calles de Bruselas en la primera huelga escolar en favor del clima. El país entero quedó pasmado con toda aquella juventud dispuesta a saltarse las clases y salir a la calle para hacer huelga por el clima. Una semana después, se congregaban 15.000 estudiantes, y a la semana siguiente la multitud ascendía a la pasmosa cantidad de 35.000 personas.

De Lola Segers

A raíz de un éxito tan enorme, no tuvo que pasar mucho tiempo hasta que otros países siguieron el ejemplo belga, y a partir de ahí surgieron pronto en todo el mundo huelgas escolares y “Youth for Climate” se convirtió en un tema candente en los medios de comunicación.

Había nacido un movimiento global, los medios de comunicación informaban por fin sobre la cuestión climática, ahora omnipresente incluso en las conversaciones domésticas. Pero en este momento la pregunta que se plantea es: ¿ha cambiado algo realmente desde que empezó este movimiento? ¿Cómo ha respondido el mundo frente al requerimiento de un cambio de sistema y la necesidad de un futuro seguro para las generaciones venideras?

Toda la presión que generan millones de personas

Implicarme en el movimiento belga por el clima me dio la oportunidad de tener una interesante conversación con Anuna De Wever, fundadora del movimiento por el clima en Bélgica y becaria en el Parlamento de la UE con el grupo político de Los Verdes/ALE. La conclusión básica que saqué de mi conversación con Anuna fue que, ante todo, las huelgas escolares y todo lo aparejado con ellas han dado vida a una larga serie de debates, directivas y legislaciones en torno al cambio climático. Así es como el tema se puso por fin encima de la mesa en vez de acabar escondido bajo la alfombra, y el mundo pudo contemplar cómo los objetivos climáticos se hacían más ambiciosos y se adoptaban medidas concretas. Por fin.

Europa promete un futuro sostenible: el “Green Deal” de la UE

El cambio real en estos últimos 2 años es el hecho de que Ursula Von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, dejara muy claro desde el primer día que entre sus prioridades fundamentales iba a estar la crisis climática. Tras ello no tardó en llegar el “Green Deal”. En el acuerdo iba incluida una serie de distintas medidas políticas con el objetivo intersectorial de que Europa alcance en 2050 la neutralidad climática. El Green Deal sonaba muy prometedor y parecía ser un paso en la dirección correcta.
 

El título de un libro aún por escribir

Sin embargo, tan pronto empezaron las negociaciones sobre el acuerdo en la UE, en seguida quedó claro que, por desgracia, aquello no era más que el título de un libro que aún estaba por escribir. Durante las negociaciones se dijeron cosas controvertidas sobre las distintas directrices incluidas en la propuesta. Un ejemplo al respecto: un tercio del presupuesto de la UE para los 7 años siguientes (MFF) está destinado a la Política Agraria Común (PAC). Y dicha propuesta, sin embargo, contribuye a la pérdida de diversidad biológica y a una actividad agropecuaria en la UE que sigue cimentándose en el uso de combustibles fósiles. Otro ejemplo: la UE ratifica tratados comerciales como el UE-Mercosur, que nos harían responsables de destruir la selva amazónica y vulnerar los derechos de la población indígena. Por otro lado, sabemos también que los objetivos actuales para 2030 y 2050 carecen de base científica y desatienden advertencias decisivas del IPCC acerca de posibles bucles de retroalimentación y puntos de inflexión. Con el Green Deal de la UE vamos a invertir millones en el intento de salvar el mundo mientras gastaremos miles de millones en destruirlo.

El cambio dentro de nuestras cabezas

El mayor cambio, que suele olvidarse, es el que se ha producido en las cabezas de millones de personas en todo el mundo. Nuestros líderes políticos empiezan a entender la urgencia del asunto y a concretar las soluciones. Creer y confiar en un mundo mejor y exigirlo: esos son, en último término, los cambios que van a producirse. Y son cambios más importantes de lo que nunca lo habían sido antes, pues hacen posible una manera distinta de pensar fuera del sistema existente. No tiene sentido intentar arreglar el mundo dentro de un sistema que ya está estropeado. El capitalismo y el ideal del crecimiento perpetuo son la base de esta crisis. De ahí el interés de plantearse dónde radica el problema del ecocapitalismo y cómo esta idea está contribuyendo también a un mundo al que queremos decir adiós sin más para empezar a construir otro que respete los límites del planeta y la justicia global. Más información sobre ello en la próxima entrada del blog.  
Han pasado ya casi seis años desde el Acuerdo de París, y más de dos desde que Greta Thunberg hizo su primera huelga por el clima. ¿Dónde estamos hoy? ¿Qué han hecho los gobiernos? ¿Tenemos las estrategias acertadas, o hay muchas cosas, y más básicas, que deberían cambiar? Desde la ciencia a la administración de justicia y otras luchas sociales, pasando por el ideal del ecocapitalismo, la primera temporada de Blog, Engage, Act! plantea en qué situación se encuentra la crisis climática y se pregunta si los movimientos por la justicia climática avanzan realmente hacia sus objetivos.

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