La cuestión generacional
Sobre postear para los boomers y el apocalipsis
Al escribir mis últimas entradas, me apeteció tematizar todo este asunto del movimiento por la justicia climática y la cuestión generacional, y así procedo a hacerlo. Aunque las imágenes curiosas no tengan nada que ver con esto, sí es importantísimo que se las mandes por Whatsapp a esos tíos y tías tuyos que te atacan con un gif lleno de purpurina cuando es tu santo. Quizá así empiecen a sufrir también algo de “climate anxiety”, porque, al fin y al cabo, el miedo compartido es la mitad del miedo.
De Gabriele Magro
Nosotros que nos odiábamos tanto
Bendito o bendita sea quien, hace ya unos cuantos años, dijo “ok boomer” por primera vez en algún sitio de Internet. La moda ha llegado ya también a Italia, y, para las personas que no hayan pasado los dos últimos años en el planeta tierra (¡bienaventuradas sean!), un artículo del diario Il Sole 24 Ore resume la idea de este modo:La expresión ‘ok boomer’ da en el clavo (…) a la hora de expresar el desquiciamiento de una nueva generación harta de aguantar y que pide sencillamente ser respetada y escuchada. Que la tomen en serio.
Como ya dije, bendito sea el primer “ok boomer”, pues la propagación explosiva del meme ha hecho visible un conflicto generacional para el cual, pese a ser claramente perceptible, no existían hasta ese momento las palabras definitorias. Ahora las hay, y así podemos ya reflexionar sobre la enorme importancia que este conflicto tiene para el movimiento por la protección del clima.
Los boomers y los doomers
Todo se volvería más sencillo si pudiésemos señalar de inmediato a una víctima y un autor de los hechos. Alguien que tenga la culpa (la generación del baby boom nacida durante el auge económico entre 1945 y 1964), y alguien totalmente inocente que cargue con las consecuencias (los millennials, nacidos en las décadas de 1980 y 1990),
It’s a boomer world, baby
Sí, los baby boomers son la generación con mayores emisiones de CO2. Y sí, también son la generación que ha ignorado durante décadas las advertencias de la ciencia respecto al cambio climático. Al mismo tiempo, sin embargo, son también la generación con más poder de compra, y un estudio del GlobalWebIndex muestra su completa disposición para gastar más dinero cambiando con ello sus hábitos y consumiendo productos más sostenibles. Si resulta que queremos luchar por el consumo ético (propósito extremadamente difícil, cuyos resultados, si los hubiera, están poco claros), tenemos que ser conscientes de que esa lucha no podemos ganarla sin la generación del baby boom, a quienes haría falta convertir a nuestras ideas. Por otra parte, y esto es claro en todos los casos, son también la generación con más poder político. Y, es más, de los datos del Pew Research Center se desprende inequívocamente que la generación boomer está muy deseosa de escuchar las exigencias de los movimientos por el medio ambiente (es una encuesta realmente bien hecha y maneja datos actualizados, échale un vistazo).Recapitulando: el momento ya ha llegado y –nos guste o no– cambiar activamente nuestra sociedad y sus sistemas productivos implica necesariamente organizar un diálogo intergeneracional constructivo. Es nuestra tarea, por tanto, hablar claro sobre justicia climática, transición y postcapitalismo. Es tarea nuestra echarle paciencia con nuestros tíos y tías en la comida de Navidad.