¿Cómo culminaremos la transición a un mundo sostenible? Y ¿por qué es importante lograrlo?
La importancia de la justicia climática

Protesta en el Monte de las Artes de Bruselas
© Lola Segers

Cuando hablamos de la crisis climática, es totalmente imprescindible no perder de vista que, aunque todos estemos en la misma tormenta, no vamos en el mismo barco. Hay quienes van en yates, otros en canoa y otros están ahogándose. En la transición a una economía sin efectos climáticos, debemos tener presente que el punto de partida no es el mismo para todo el mundo. Quizá ambicionemos lo mismo, pero hay quienes en algún momento necesitan más ayuda que otros para llegar a la meta. Una transición justa implica tener en cuenta en primerísima línea a las comunidades amenazadas en este momento por la crisis climática y asegurar que no se deje a nadie atrás en la transición a una economía más sostenible. 

De Lola Segers

¿Qué hace la UE para que haya una transición justa?

En 2020, la Comisión Europea presentó el Mecanismo de la UE para una Transición Justa (Just Transition Mechanism – JTM) dentro del Green Deal, con la intención de garantizar la transición justa a un mundo más verde en el que no se deje a nadie atrás. Era un importante complemento del Green Deal y su objetivo de alcanzar para 2050 emisiones netas cero. El mecanismo se sustenta en tres pilares:

PRIMERO – Fondo para la transición justa: 7.800 millones €

Se trata de un instrumento de la UE para el fomento de regiones muy dependientes de combustibles fósiles e industrias con emisiones elevadas. Los fondos se invertirán en empresas verdes, investigación e innovación, readaptación formativa de personal laboral, apoyo para la búsqueda de empleo, etc. 

SEGUNDO – Regulación para la transición justa en el marco de InvestEU – 1.800 millones €

Este segundo pilar aportará fondos para un espectro de inversiones más amplio, tales como infraestructura de energía y de transporte.

TERCERO – Servicio de crédito al sector público – 1.500 millones € y un préstamo de 10.000 millones € del Banco Europeo de Inversiones

El Servicio de crédito al sector público (Public Loan Facility) tendrá como actividad esencial prestar apoyo a inversiones públicas ofreciendo préstamos en condiciones preferentes a los territorios más duramente afectados por la reconversión.

Los fondos del mecanismo JTM de la UE servirán ante todo para prestar apoyo a las regiones europeas que tengan aún una dependencia fuerte de los combustibles fósiles (por ejemplo Polonia, Grecia, etc.). Son las regiones que, evidentemente, deberán afrontar los mayores cambios y precisan de apoyo para configurar la transición con justicia y proteger a quienes esta más va a afectar, o sea, las personas empleadas en sectores económicos muy intensivos en emisiones para los que dejará de haber sitio en el mundo del mañana.

¿Qué queremos? ¡JUSTICIA CLIMÁTICA! ¿Cuándo lo queremos? ¡AHORA!

La justicia climática es un término decisivo. Al emplearlo, definimos el cambio climático circunscribiéndolo en un sentido más amplio. Se emplea para tener en cuenta también los aspectos éticos, sociales y políticos del cambio climático, no solo su parte física, referida al medio ambiente. 

En los últimos años, el movimiento mundial por el clima ha intentado apartar la atención del mundo occidental para dirigirla a las regiones MAPA* y que se reconozcan así las dificultades con las que tienen que luchar ya mismo por las consecuencias del cambio climático. Creemos que el mundo occidental tiene la responsabilidad de prestar más apoyo a las regiones MAPA, pues son las que más sufren pese a ser las que menos han contribuido a la crisis climática. (Sobre qué significa esto hablé ya con más detalle en mi anterior entrada para el blog).

Pese a los esfuerzos, comprobamos que en el plano político no se los toma lo bastante en consideración. El mecanismo JTM se concentra tan solo en la ciudadanía de la UE, sin llevar la transición justa hasta más allá de las fronteras de la Unión. El abandono de los combustibles fósiles afectará no solamente a las personas de Europa que dependen aún de los sectores nocivos, sino también a quienes residen en otras naciones que no pueden prescindir del comercio desde Europa y a Europa. Si Europa continúa comerciando con estos recursos nocivos, la transición sería meramente ilusoria, pero, si suspendemos por completo el comercio, tendremos que extender el concepto de la transición justa llevándolo más allá de las fronteras europeas. La globalización ha llevado a que hoy tengamos una vinculación profunda con naciones del mundo entero. Ello nos ha traído ventajas, pero también exige preocuparnos mutuamente de los demás por encima de nuestros límites geográficos. 

La justicia climática no puede separarse de la justicia social. Tenemos que lograr que todo el mundo suba al barco, sin dejar a nadie atrás en la transición. En la lucha contra el cambio climático, se trata de crear un mundo mejor para todas las personas, lo cual no puede lograrse sin reconocer la desigualdad a la que nos enfrentamos en nuestro mundo actual, pues entonces así saldríamos de un problema (la crisis climática) para entrar en el siguiente (más crisis sociales). Tenemos que preocuparnos por nuestra gente, por toda nuestra gente. 
 

Las líneas de las fronteras nacionales en los mapas son constructos artificiales, tan escasamente naturales para las personas como para los pájaros que pasan sobrevolándolas. Nuestro primer impulso debería ser ignorarlas.

Mohsin Hamid

Seamos inclusivos, integremos en el asunto a todas las personas, creemos un diálogo entre ambas naciones y generaciones diferentes. ¿Cómo? ¡Podrán leer más en la entrada del blog de la semana que viene!

*MAPA es el acrónimo de Most Affected People and Areas: los pueblos y regiones más afectados. El término se usa para dar más visibilidad a las comunidades que más tienen que sufrir los efectos del cambio climático.
 
Durante tres temporadas, Blog, Engage, Act ha analizado el presente: el statu quo de la lucha contra el cambio climático, los bastidores y la evolución del movimiento climático. Por último, l*s bloguer*s miran al futuro y se preguntan cómo es posible el cambio social, cómo se vive ya el cambio hoy, qué ingredientes (creativos) se necesitan y por qué hay que formar parte de él. 

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