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La IA en la escuela
«los errores los corrige ahora la IA»

Das Internet bringt die Welt an den Schreibtisch.
Künstliche Intelligenz ist in den Schulen angekommen. | Foto: © Colourbox

El año pasado, el profesor Hendrik Haverkamp explicó en DIE ZEIT cómo ChatGPT está cambiando la enseñanza. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? Una conversación sobre el tiempo que ahorra la inteligencia artificial y el fin de los deberes.

De Martin Spiewak

DIE ZEIT: Señor Haverkamp, ChatGPT ha introducido la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana hace aproximadamente un año. ¿Ha llegado la IA también a las escuelas?

Hendrik Haverkamp: A nuestra escula sin duda. La mayoría de los compañeros se ha dado cuenta de lo mucho que la IA les puede facilitar el trabajo. Por ejemplo, pueden tener un texto creado en diferentes niveles: una versión avanzada para hablantes nativos, una versión más sencilla para un alumno ucraniano que aún habla poco alemán. Si empiezo un nuevo tema, ChatGPT me sugiere varios planes de clase que luego puedo personalizar para mi grupo. O pongamos por ejemplo las correcciones...

...algo que les lleva muchísimo tiempo a los profesores.

Antes tardaba hasta seis horas en corregir un examen de alemán de un grupo de décimo curso. Ahora la IA corrige previamente los exámenes, anota los errores ortográficos y gramaticales y hace una evaluación inicial de la estructura y el contenido. Esto acorta mucho mi trabajo.

¿Pero las notas las sigue poniendo usted?

Por supuesto. Pero si el profesor informa al programa de los requisitos para el examen, también recibirá una propuesta. Todavía estamos experimentando con ello y viendo cómo difieren las notas.


¿Cuántos profesores recurren a este tipo de ayuda?

Calculo que ChatGPT ha cambiado el trabajo del 80 % de mis compañeros.

Su centro lleva 20 años apostando por lo digital. Cuando apareció ChatGPT, la reacción de muchos profesores fue más bien:  ¡Dios mío, esto tenemos que impedirlo!

Esta actitud defensiva duró poco. En los cursos de formación en los que participo experimento una gran receptividad. Los profesores lo han entendido rápidamente: la IA no desaparecerá de las escuelas. Lo mismo puede decirse de las instituciones educativas. La Comisión Científica Permanente recomienda ahora a los ministros de Educación que la IA se utilice regularmente a partir del octavo curso en todas las asignaturas en las que los textos ocupan un lugar primordial. La cuestión ya no es si la IA llegará a las escuelas, sino con qué rapidez lo hará.

¿Dónde está el problema?

Hasta ahora, las escuelas de sólo tres estados federales -Sajonia-Anhalt, Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Renania-Palatinado- tienen acceso oficial, es decir, conforme a la protección de datos, a ChatGPT. No debería ser así.

Parece que entre los alumnos es diferente. Según las encuestas, el 70 % utiliza AI para la escuela, la mayoría desde una cuenta privada.

En nuestra escuela, es el 90 %. Los alumnos utilizan ChatGPT para investigar, para que les expliquen el contenido de las clases o para que la IA corrija sus textos.

¿Cómo comprueban lo que han escrito los alumnos ellos mismos en los deberes?

Nos hemos distanciado de los deberes tradicionales. En su lugar, hay tiempo de aprendizaje en casa, que los alumnos utilizan individualmente: para prepararse para los exámenes o para poner al día sus puntos débiles. Tienen que llevar un registro de este tiempo de aprendizaje.

«Tenemos que confiar en los alumnos hasta cierto punto»

¿Cuál es la situación en los cursos superiores con los trabajos que tienen que escribir todos los alumnos?

Aquí hemos dado un paso adelante: animamos a los alumnos a que utilicen la IA, pero tienen que indicar las partes que han escrito con ayuda de la IA.

¿Y funciona?

Mejor de lo esperado. Los profesores acompañamos a los estudiantes durante estos trabajos. Comprobamos qué nivel de conocimientos tienen. Y a menudo los temas son tan especializados que la IA apenas ayuda. Pero es cierto, al final la escuela cede el control, tenemos que confiar en los alumnos hasta cierto punto.

¿Y cómo se plantea con los exámenes?

Deberíamos permitir el uso selectivo de la IA. Yo lo llamo el momento de la calculadora. En los exámenes de matemáticas, desde hace mucho tiempo es habitual utilizar una calculadora durante parte del examen. Podría funcionar de forma similar con la IA: una parte del examen se escribe a mano como hasta ahora. Para la otra parte puedo utilizar ChatGPT. En sus recomendaciones, la Comisión Científica Permanente de la Conferencia Permanente de Ministros de Educación y Asuntos Culturales (KMK) habla de «co-actividad entre los estudiantes y la IA».

 
El profesor supervisa a los alumnos que trabajan con el ordenador

Es necesaria una amplia campaña de formación continua para los profesores. | © Colourbox


¿Cómo se evalúa algo así?

Creo que en el futuro evaluaremos el proceso más que sólo el producto. ¿Cómo idearon los alumnos su texto? ¿Comprobaron las propuestas de la IA? ¿Cómo las siguieron desarrollando? También la calidad de las entradas de texto...

... es decir, las preguntas a ChatGPT o las entradas de comandos.

También puedo calificarlas. Por ejemplo, observando el nivel del progreso del chat, es decir, el diálogo entre el estudiante y el programa. Por supuesto, hay grandes diferencias dependiendo de los conocimientos previos de los estudiantes.

¿Así que la suposición de que la IA hace que el conocimiento sea menos importante sería errónea?

El conocimiento es cada vez más importante. Por un lado, tengo que hacer a ChatGPT las preguntas adecuadas. Pero sólo puedo hacerlo si sé algo. Por otro lado, tengo que evaluar hasta qué punto las respuestas de la IA son correctas. Para eso también necesito conocimientos previos.

«Tiene que haber una amplia ofensiva formativa en lo que respecta a la IA»


¿Se aumenta o disminuye la brecha educativa?

Hemos observado que los alumnos muy buenos mejoran aún más con la IA y los más flojos se benefician menos. Tienden a contentarse con copiar y pegar.

Pero ya hay indicios de que la IA cambiará bastante cosas en la escuela.

Eso espero. Los exámenes tradicionales, por ejemplo, están bastante anticuados: por un lado, la escuela exige comunicación y colaboración como objetivos de aprendizaje, y luego ambas cosas están prohibidas en el examen. Por supuesto, creo que las mayores oportunidades que ofrece la IA es una mayor individualización del aprendizaje.

¿En qué sentido?

Hasta ahora, un profesor sólo puede dar sus opiniones a unos pocos de sus, digamos, 30 alumnos en clase cuando están trabajando en una tarea; ése es todo el tiempo del que dispone. La IA no tiene este problema. Puede dar a cada alumno información individual sobre qué preguntas ha respondido correctamente, dónde se ha equivocado e incluso dónde puede obtener ayuda, por ejemplo, sugiriéndole un breve vídeo didáctico.

La individualización del aprendizaje a través de la tecnología ya se ha prometido muchas veces.

Ahora podría funcionar. Un ejemplo: junto con un programador, he desarrollado el programa de tutor «fiete.ai». Los alumnos se conectan al programa con un código QR y luego tienen que resolver tareas que el profesor ha registrado previamente. En física, por ejemplo, una pregunta era: ¿Qué forma de energía -solar, eólica o hidráulica- es la más eficaz? Los alumnos reciben información sobre su respuesta.

¿Y qué hace el profesor?

No sólo ve cómo progresan sus alumnos, sino que también descubre dónde tiene que repetir el temario porque muchos fallan en la misma tarea. Por el momento, 6000 profesores se han registrado en fiete.ai. En Sajonia-Anhalt quieren ponerlo pronto a disposición de sus escuelas.

¿Cuántos programas de este tipo existen?

Por desgracia, hasta ahora no muchos. En particular, faltan programas de aprendizaje de IA adaptados específicamente a asignaturas como matemáticas, latín o química. Aunque se están desarrollando algunos programas, las escuelas rara vez saben para qué sirven las nuevas herramientas.

Una escuela difícilmente puede probarlo de forma individual.

No, eso lo tienen que hacer las autoridades educativas, igual que actualmente someten los libros de texto a un control de calidad. Considero que esta función de control es una de las tres tareas principales de la política.

¿Cuáles son las otras dos?

Los profesores de todos los estados federados necesitan un acceso rápido a un programa como ChatGPT. Y tiene que haber una amplia ofensiva de formación en lo que respecta a la IA. Pero todo esto lleva su tiempo.
 
Hendrik Haverkamp © Susanne Spanke Hendrik Haverkamp, 47, es profesor de alemán y educación física y coordinador de digitalidad en el Evangelisch Stiftisches Gymnasium en Gütersloh. Es miembro del Virtuellen Kompetenzzentrum KI (Centro de Competencia Virtual AI) y asesora a escuelas y ministerios de educación.
 

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