Dirección: Andreas Dresen, Alemania 2009, color, 104 minutos.
Debido a que el envejecido actor Otto Killberg se salta un día de rodaje en estado de embriaguez, se contrata a un segundo actor para su papel protagonista en una producción cinematográfica. La rivalidad entre Otto y su sustituto Arno Runge provoca intrigas en el plató, y no son las únicas.
A primera vista, "Whisky con Vodka" es una contribución al género "película dentro de una película" con muchas capas, a veces ligera y alegre, a veces sorprendentemente melancólica. Sin embargo, los aspectos técnicos y organizativos de la producción cinematográfica pasan rápidamente a un segundo plano. Mucho más que el cine, Dresen se ocupa, como en todas sus películas, de la vida humana, de las difíciles relaciones de los personajes con sus semejantes y con la realidad, de los sentimientos en última instancia elementales, de la autoafirmación y el fracaso, del egocentrismo y la competencia.
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