Una película arriesgada y sensual de la directora y actriz Nicolette Krebitz. Camino al trabajo, Ania tiene un encuentro extraño. En medio de un parque se topa con un lobo. Ambos se miran directamente a los ojos y, de golpe, Ania tiene la sensación que su vida hasta entonces no ha valido la pena. Se obsesiona con la idea de reencontrar el lobo y retenerlo para siempre. Ania se convierte en una cazadora, coloca pistas falsas hasta que consigue atrapar el animal. Lo encierra en su piso en un bloque de viviendas – y rompe todos los lazos con su anterior vida ordenada y bastante anodina. Sorprendentemente, a las personas del entorno de Ania les gusta precisamente eso, especialmente a su jefe Boris, que busca su cercanía como nunca antes. Casi parece que ambos comparten un semejante deseo secreto y salvaje.