En el marco del programa “Aula de Cinema“, de la Filmoteca de Catalunya, el Goethe-Institut presenta el clásico “Los asesinos están entre nosotros”, de Wolfgang Staudte, con Hildegard Knef como protagonista. La película, que fue el primer rodaje que se realizó en Alemania después del fin de la Segunda Guerra mundial, plantea el tema de la persecución de los crímenes del nazismo.
1945: Berlín - una ciudad en ruinas. Susanne Wallner regresa desde el campo de concentración a su antigua vivienda, que está ahora habitada por el cirujano doctor Mertens. Los dos se ven obligados a dividir la vivienda. Mertens se encuentra a Brückner, su antiguo capitán, a quien creía muerto. Brückner, quien durante la guerra ordenó el fusilamiento de más de 100 civiles, es ahora un empresario con éxito. Mertens se decide a velar por la justicia. Pero Susanne logra convencerlo de que vengar semejante culpa no es un asunto privado, sino que un criminal de guerra debe ser juzgado en los tribunales.
En cuanto al estilo, “Los asesinos están entre nosotros” es una mezcla lograda de tradiciones expresionistas y la vista exacta del documentador. Constantemente, los caminos llevan a los protagonistas por los interminables campos de ruinas de la que había sido la capital del Reich; la película contiene una gran cantidad de imágenes auténticas de la destrucción. Al mismo tiempo, las ruinas se alzan al cielo como oscuras edificaciones expresionistas, resaltadas por los efectos de luz y de sombra y como si fueran proyectadas por un arquitecto cinematográfico de los años veinte. Una y otra vez, los protagonistas de Staudte aparecen ante espejos y cristales rotos, como si la imagen del mundo hubiera recibido grietas irreparables, al mismo tiempo, los marcos de los espejos proporcionan un estrechamiento visual de las figuras.
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