FOCOS: ULRIKE OTTINGER

Retrato Ulrike Ottinger © Goethe-Institut Madrid / David Sirvent

Repaso a la obra de la artista alemana y un encuentro/diálogo de la cineasta con las artistas María Ibarretexe y Alaitz Arenzana (Sra. Polaroiska)

La última edición del Festival de Berlín (2016) ha sido el marco en el que se ha presentado La sombra de Chamisso (Chamissos Schatten), la última película de Ulrike Ottinger, un viaje de 714 minutos (12 horas divididas en 4 capítulos) desde Alaska a la isla de Bering. Estrenamos la película, recuperamos uno de sus clásicos, Johanna d'Arc of Mongolia, y programamos dentro del programa Diálogos de Cine de la Filmoteca Vasca y la Capitalidad Cultural DSS2016 un encuentro con la directora y un diálogo con las artistas Sra. Polaroiska (Alaitz Aranzana y María Ibarrtetxe).

Ulrike Ottinger es una artista, directora de cine y fotógrafa alemana y uno de los nombres clave del llamado Nuevo Cine Alemán, movimiento que en los años 70 redefinió la identidad nacional, política y cultural a través de su actitud y películas. Ottinger, junto con Rainer Werner Fassbinder y Werner Schroeter, incorpora la sexualidad, el cuerpo y la música como rasgos identitarios de esa nueva juventud, rompiendo y ampliando así las convenciones de un cine en busca de sentido. Había que inventar un nuevo cine y lo inventaron.

En el caso de Ottinger, es importante señalar su formación artística, sus años como pintora en París, y la vuelta a Konstanz, en el  Sur de Alemania, donde combinaría su trabajo en galería, escritura de guiones, cineclubs y primeras películas. Después llegaría su etapa berlinesa, donde se instaló en 1973 y donde su nombre cobra fuerza en el marco de la emergente cultura popular y los movimientos artísticos, cinéfilos y feministas de la ciudad.

Hay que destacar en todo caso su capacidad para pasar de una disciplina a otra, del cine a la fotografía, de la fotografía a la literatura, de la literatura al dibujo, habiendo colaborado a lo largo de su carrera con figuras como la premio Nobel Elfriede Jelinek, por ejemplo. Su confianza en el el arte como instrumento para borrar convenciones y fronteras es una de las consignas de su trabajo.

Ottinger cuenta con 24 películas en su filmografía y su estilo ha ido transitando de las ficciones pictóricas, controvertidas y transgresoras de sus inicios a la mirada documental más pura, aquella que convierte algunas de sus películas en cuadernos de viajes orientales. Si lo exótico se puede definir como lo lejano, lo distinto, lo misterioso, lo aún por descubrir, estamos ante una directora y un ciclo totalmente exótico.


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