Descolonizar la investigación y la producción de conocimiento
Nueva ética para museos

Una sala de la muestra permanente “Wo ist Afrika” (¿Dónde queda África?) en el Linden-Museum de Stuttgart. Durante una conferencia de prensa de febrero de 2020, allí se plantearon diferentes perspectivas para un museo etnológico del futuro.
Una sala de la muestra permanente “Wo ist Afrika” (¿Dónde queda África?) en el Linden-Museum de Stuttgart. Durante una conferencia de prensa de febrero de 2020, allí se plantearon diferentes perspectivas para un museo etnológico del futuro. | Foto (detalle): Tom Weller © picture alliance/dpa

La restitución de restos humanos y bienes culturales de museos occidentales a las comunidades de origen no puede abordarse de modo aislado, dice el profesor de historia Ciraj Rassool, quien habló con nosotros sobre una nueva ética para los museos.

¿Cómo valora usted las discusiones permanentes entres los museos del norte global y las antiguas colonias sobre la restitución y la investigación de la proveniencia de bienes culturales y restos humanos?
 
En primer lugar quisiera decir que la restitución de restos humanos entró en el foco de atención a partir de la perspectiva de que no es posibles devolverlos por separado. En lo que respecta a Alemania, uno de los puntos más polémicos en las negociaciones es el hecho de que los museos alemanes pertenecen a diferentes categorías y las colecciones están distribuidas en diferentes museos, incluso en casos en que los restos humanos y los artefactos culturales se habían obtenido conjuntamente. Los museos que tienen colecciones de restos humanos ya están preparados y dispuestos a devolverlos. Los museos etnográficos, por el contrario, persiguen otro enfoque. Primero quieren comenzar una investigación conjunta de la proveniencia y tienden más al principio del préstamo que al de la restitución. En mi opinión, este enfoque no conduce al objetivo que se quiere alcanzar. En el corto plazo podemos trabajar dentro de este marco, pues la investigación de la proveniencia les asegura a las comunidades de origen el acceso a las colecciones y a sus inventarios. Pero al final deberemos abandonar el principio del préstamo en favor de la restitución. La restitución de restos humanos, artefactos culturales y documentaciones culturales –registros sonoros, películas y fotografías– sólo puede considerarse de modo conjunto.

¿Qué puede aportar culturales a las comunidades de origen una investigación conjunta para responder cuestiones irresueltas vinculadas a la restitución de restos humanos y artefactos?
 
La investigación conjunta debería estar orientada a la restitución y no sólo servir a una mejor administración de la colección o a la confirmación de la proveniencia. El objetivo debería ser crear una nueva ética de la relación histórica en el contexto de las colecciones y de su historia. El tema a tratar debería ser la devolución de las colecciones, sea a los museos en las antiguas colonias o a las comunidades de origen. También debemos ser conscientes del hecho de que las comunidades tienen su propia historia y no podemos esperar que sean hoy igual a lo que fueron en el pasado. De hecho, el concepto de “comunidad de origen” no es un concepto etnográfico. Debemos aceptar la naturaleza dinámica de las comunidades.
 
¿Cómo se pueden concretar en pie de igualdad cooperaciones y proyectos conjuntos de investigación entre los museos del sur global y aquellos del norte global?
 
Creo que los museos europeos deberían estar abiertos a diversas formas de colaboración, para que la restitución pueda concretarse de modo satisfactorio. Deberían trabajar conjuntamente con las comunidades de un modo abierto y que no reproduzca ni refuerce los constructos étnicos o tribales en los que fueron colocados esos artefactos.
 
¿Cómo se puede involucrar de modo más activo a las comunidades locales, tanto en las cuestiones de la investigación de la proveniencia y la restitución como en la producción de conocimiento y la conservación de la herencia cultural?
 
Mucho antes de que existiera una definición de museo, cuando el Consejo Internacional de Museos todavía se oponía a una nueva museología, ya se estaban gestando nuevos principios de la práctica museística en Sudáfrica, Kenia, Brasil y otras partes de Latinoamérica. Estos nuevos principios apuntaban sobre todo a unir a la gente para hacer avanzar el trabajo de la memoria sin que necesariamente estuviera involucrada una colección. El foco estaba puesto en la museología social. Según esta perspectiva, vivimos en una era en la que el museo es un intercambio de conocimiento entre personas... no se trata de edificios o colecciones sino de la mayor participación posible. La verdadera capacidad social surge cuando se le quita a la esfera académica la autoridad de la producción de conocimiento y se la traslada directamente al museo.
 
La conversación completa que mantuvieron el Goethe-Institut y Ciraj Rassool en el marco de la conferencia “Beyond Collecting: New Ethics for Museums in Transition“, en Dar es-Salam, Tanzania, marzo de 2020, puede verse aquí.
 


Escuchar la entrevista como archivo de audio (en inglés)

 

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