Clase de idioma en línea
Clase de idioma, de pronto digital: Aprendizaje en línea antes, durante y después del coronavirus

Éxito en el curso de idioma en línea bajo las condiciones del coronavirus – ¿cómo lograrlo? ¿Cuáles son los desafíos del aprendizaje completamente en línea? Una mirada al estado actual de la investigación científica. 

Antes del coronavirus: Tendencias y recomendaciones

También el Blended-Learning, es decir, la unión de unidades de aprendizaje virtuales con buenas adecuaciones didácticas y reuniones presenciales, había demostrado ya ser una forma razonable y exitosa del aprendizaje híbrido (cf. Lu et al. 2018). El objetivo es que ambas partes se fusionen de este modo unas con otras, “que sea posible un aprendizaje efectivo, exitoso y motivante para los alumnos” (Kraft 2003: 44). De igual manera, los cursos de idiomas puramente en línea ya existían en el mercado, aunque sólo en menor proporción. En 2019 el porcentaje de todos los cursos en línea, es decir, no solamente de idiomas, era de apenas el ocho por ciento en Alemania (cf. Statista 2020).

Clase de idioma en línea y el coronavirus

Debido a la crisis mundial del coronavirus la clase de idioma también se reorientó por completo al aprendizaje virtual, ello puso a numerosas instituciones y docentes en todo el mundo frente a grandes desafíos.
¿Cuáles son los mayores desafíos y qué debe tenerse en cuenta?

Desafío 1: El aula virtual

La motivación es fundamental para el buen funcionamiento de los cursos de idioma en línea. Algunos estudios evidencian que tanto la capacidad de retención, como sobre todo la motivación con un aprendizaje puramente “en línea”, es decir, con un curso virtual, son mucho más bajas que en la clase de idiomas regular. Bawa (2016) muestra que el porcentaje de pérdida en cursos puramente en línea es de entre 40% y 80%, mientras que en los regulares es de 10 a 20 porciento. Algunos estudios neurobiológicos muestran el nivel de atención decreciente en los salones de clases virtuales (cf. Chen et al. 2017).

Demos ahora un breve vistazo al factor motivación. Según el objetivo con el que se asiste a un curso de idioma, se diferencia entre cuatro tipos distintos de motivación en el aprendizaje (cf. Wild et al. 2001): Interés, motivación intrínseca y extrínseca, y motivación por rendimiento.

El interés se caracteriza fundamentalmente porque la alumna o el alumno experimentan estados emocionales positivos durante la clase y le atribuyen a aprender el idioma un alto valor subjetivo, además de que por lo general no existe coerción (cf. Zander & Heidig 2020: 397).

Motivación intrínseca es, dicho de manera sencilla, mera diversión, es decir, diversión al aprender un idioma. Se habla de motivación extrínseca, si los efectos esperados se encuentran en el centro de atención, esto es, una buena nota en un examen, o la satisfacción de las expectativas de los padres en los hijos.

Motivación por desempeño, presentado de forma sencilla, comprende el deseo de someter los propios resultados a una comprobación de calidad.

Para el ambiente de aprendizaje (tanto real como virtual) esto quiere decir: tanto que el aprender debería ser presentado como “atractivo” (por ejemplo, por medio de juegos de aprendizaje de idiomas), que debe hacerse hincapié en la relevancia (relación con la propia realidad), así como que, la retroalimentación positiva es necesaria. Así pues, en consecuencia, son también centrales las formas de retroalimentación y las posibilidades de comprobar sus “logros”.

La inserción social – por medio del ambiente de aprendizaje – es un requisito central para la motivación y el gusto por aprender. El llamado Distance Learning, o clase a distancia virtual, necesita del intercambio social (cf. Chen & Jang 2010). Las plataformas de aprendizaje hacen posible el trabajo conjunto y el intercambio entre alumnos y docentes por medio de foros. Desde una perspectiva emocional, no es únicamente la frecuencia del intercambio social lo que importa, sino también la sensación de tener a una persona a quien dirigirse.

¿Por qué entonces no funcionan las herramientas de video chat y seminario en línea por sí solas? Alexiou-Ray & Bentley (2016) han mostrado que la distancia, a la que da origen la tecnología, debe ser compensada por un fuerte sentimiento de comunidad entre los asistentes del curso y la disponibilidad aumentada de los docentes.

Con el fin de reforzar la cohesión, disipar el aislamiento entre los alumnos, ofrecer estructuras establecidas y coordinar la interacción, se requiere de una plataforma para el intercambio. En el ámbito del código abierto (Open Source), es decir, sin costo, se encuentra disponible un gran número de plataformas de aprendizaje. La plataforma de aprendizaje Moodle es gratuita, el manejo es intuitivo, la documentación disponible es abundante, y es posible el acceso para los alumnos por medio del teléfono móvil. Como alternativa, se puede crear de manera conjunta un BLOG o una página de Facebook.

Más allá, el éxito de aprendizaje en la clase de idioma regular requiere de la interacción entre docentes y alumnos, y de los alumnos entre sí. Esta interacción está fuertemente limitada en un aula virtual y se puede compensar también por medio del uso de una plataforma de aprendizaje.

Con motivación en la clase en línea | © adobe.stock

Desafío 2: Los materiales didácticos

Los desafíos son en este aspecto menores cuando se puede recurrir a las versiones digitales de los libros de texto. Desde una perspectiva neurobiológica el punto central es que el ejercicio o la actividad a realizar esté a la vista y los participantes vayan siguiendo a través de la pantalla en dónde se encuentran en ese momento. Ver únicamente a los docentes y a los demás alumnos, y escuchar indicaciones como: “vayan a la página xy, ejercicio 5”, representa justamente para las y los principiantes una carga mental excesiva.

Desafío 3: Organización de la clase

Como ya se ha puesto de manifiesto, la inserción en un “espacio social” (plataforma de aprendizaje) es esencial para la motivación y, con ello, para el éxito de aprendizaje. En la clase real frente a frente se hace un cambio de modo de socialización después de 20 minutos, ya que de otra manera la capacidad de concentración disminuye pronto. Básicamente se recomienda también en la clase en línea un tamaño de grupo de 12 participantes, de tal manera que los alumnos cuenten con tiempo suficiente para involucrarse activamente en la reunión de grupo. Después de aproximadamente 40 minutos – aún cuando el docente esté reproduciendo audios y videos, los alumnos estén participando activamente, el docente esté proporcionando cuestionarios, etc. – es el momento de iniciar actividades en parejas o en grupos pequeños. En este punto la plataforma cobra de nuevo importancia: los participantes realizan una tarea en parejas o en grupo y suben el resultado a la plataforma de aprendizaje o lo comparten posteriormente en el aula virtual. A manera de repetición, los participantes pueden crear por sí mismos hojas de trabajo y volverse creativos (véase la recomendación práctica en Organización de la clase digital de idioma de forma interactiva). La formulación precisa de la actividad es en este sentido de especial importancia y así mismo debe cuidarse el no llegar a abrumar a los participantes con, por ejemplo, demasiadas actividades.

Desafío 4: Conocimientos prácticos y gestión de tiempo

Para los propios docentes son necesarios cursos para perder el posible miedo al aula virtual. Son necesarios tanto cursos sobre plataformas de aprendizaje, sin las cuales la enseñanza virtual desmotiva a la mayoría de los alumnos, así como cursos específicos sobre las numerosas herramientas gratuitas, las cuales deben estar en condiciones de explicar a los alumnos para que éstos puedan emplearlas en clase de forma activa y constructiva. La preparación de la lección digital, aún siendo “experto”, demanda mucho más tiempo que la de la clase regular de idioma.

¿Qué sigue?

Debido al aumento de experiencias positivas con el aprendizaje virtual, el aprendizaje en línea registrará un crecimiento después del coronavirus. A pesar de ello, el contacto social tampoco podrá compensarse por completo mediante las plataformas de aprendizaje y el intercambio en ellas.