¿Un tabú alemán?

Psychotherapie ist wirksam aber auch aufwändig;
Psychotherapie ist wirksam aber auch aufwändig; | © Uolir - Fotolia.com

En Alemania cada vez se habla más abiertamente de los sufrimientos psíquicos. Al mismo tiempo, las enfermedades psíquicas y su tratamiento son objeto de múltiples estigmatizaciones. ¿Qué tabúes existen todavía? ¿Y por qué? Una conversación con Ulrich Hegerl.

¿Hasta qué punto en Alemania es un tabú consultar a un terapeuta? En otros países, al menos eso es lo que leemos muy a menudo, la psicoterapia goza hoy en día de una aceptación relativamente amplia.

Yo sería prudente con esas apreciaciones. Usted tiene razón en considerar que, por ejemplo, en los Estados Unidos las personas tienen un modo un poco más distendido de hablar en público sobre la propia condición psíquica. Pero no olvidemos que aquí nos enfrentamos a un sistema de salud completamente distinto. Sólo personas relativamente acomodadas pueden afrontar los gastos de un tratamiento. Me parece problemático sacar conclusiones de una minoría y aplicarlas al resto.

¿Hay estudios por país sobre los tabúes relacionados con la psicoterapia?

Esos estudios existen, por lo menos aquellos que hacen una comparación dentro de Europa. Nosotros hicimos encuestas sobre la estigmatización de la psicoterapia en algunos países europeos. En comparación con Portugal y Hungría, la estigmatización en Alemania es un poco menor, pero es mayor, por ejemplo, que en Irlanda. En conjunto, los resultados alemanes no son malos.

Cambio en la percepción pública

La percepción que se tiene de las enfermedades psíquicas influye en la imagen que se tiene de las psicoterapias. ¿Hasta qué punto podemos hablar aquí de un tabú?

Me parece que incluso el modo de formular la pregunta es parte de una estigmatización. Si hablamos tan descuidadamente de las enfermedades psíquicas, como si todas cupieran en el mismo saco, no estaríamos tomando en serio ni las enfermedades ni al enfermo. Lidiamos con enfermedades muy distintas entre sí, como la esquizofrenia, la depresión unipolar, el trastorno maníaco-depresivo, los trastornos alimentarios, las adicciones, la enfermedad de Alzheimer, los trastornos compulsivos, las fobias o los ataques de pánico. Todas ellas con causas y tratamientos diferentes, y también con diferentes estigmatizaciones. Las personas pueden buscar a un terapeuta por los motivos más diversos, y a veces lo hacen cuando ni siquiera están seriamente enfermos.

Sin embargo, se tiene la impresión de que algo ha cambiado en la percepción pública, por ejemplo el modo en que abordamos el cuadro depresivo.

En el caso de la depresión, en efecto, observamos que la percepción pública ha cambiado. Por un lado, cada vez son más los afectados que demandan una atención médica. Por otro, los médicos están mejor formados para reconocer un trastorno depresivo como tal. Esto puede verse en el número de jubilaciones anticipadas por motivos psíquicos. Hace treinta años, el ocho por ciento de los afectados manifestaban como causa una depresión, hoy lo hace el cuarenta y dos por ciento. Actualmente, es mucho más usual que se llame a la depresión por su nombre.

Burnout, un diagnóstico de moda

¿Y antes era distinto?

Antes era común revestir la depresión desviando el diagnóstico, que entonces podía ser dolor de espalda, trastorno del sueño, tinnitus o jaqueca, aunque desde la perspectiva médica hubiera tenido mucho más sentido partir de una depresión. Es cierto que la moda del diagnóstico de burnout, detrás del cual muchas veces se oculta una depresión, puede significar un retroceso. Sin embargo, de modo general, podemos hablar de una transformación radical en el modo en que se reconoce y se nombra la depresión, que por cierto tiene efectos muy alentadores. Por ejemplo, hubo una considerable reducción del número de suicidios, de dieciocho mil a diez mil casos por año.

¿Se transforma así la imagen que tenemos de la psicoterapia?

En nuestro país, la percepción pública le otorga cada vez mayor importancia a la psicoterapia. Sin embargo, en la práctica cotidiana, la mayoría de las veces la depresión se trata con psicofármacos, y sólo en algunos casos, generalmente en pacientes más jóvenes, mediante una psicoterapia. De otro modo sería imposible atender a la gran cantidad de pacientes. El problema es que la psicoterapia es efectiva, pero también costosa. A pesar de tener una gran cantidad de psicoterapeutas, en comparación con otros países, éstos sólo pueden atender a pocos enfermos de depresión y las listas de espera son largas. Si tenemos un problema de estigmatización, no está relacionado con la psicoterapia, sino con otro tipo de tratamientos.

Miedo a los antidepresivos

¿A qué se refiere?

Si usted compara Alemania con otros países, llama la atención, por ejemplo, todos los reparos que hay aquí respecto a los psicofármacos. La mayoría de las personas opina que los antidepresivos generan adicción o cambian la personalidad, y ambas cosas son falsas. En cambio, se considera que la psicoterapia es el tratamiento correcto de la depresión. Otra cuestión es si esas personas están dispuestas o no a acudir a un psicoterapeuta.

Después de la catástrofe de Germanwings se supo que el copiloto, que causó la caída del avión con todos sus ocupantes, estaba en tratamiento por una depresión desde hace años. Posteriormente, se discutió en la esfera pública la posibilidad de inhabilitar a los depresivos o de obligar a los médicos a notificar esos casos, sobre todo en las profesiones que conllevan una alta responsabilidad. ¿Qué efecto puede tener la catástrofe de Germanwings en la percepción que tenemos en Alemania de las enfermedades psíquicas?

Es grande el peligro de que suframos un retroceso en la estigmatización de la depresión. Si sucediera así y se impusieran ampliamente inhabilitaciones o se introdujera la obligación de notificar, volverían a ser menos las personas que buscan ayuda y podrían ser diagnosticadas correctamente. Me parece muy irresponsable basarse en un episodio singular como éste, que tal vez ni siquiera se explique sólo por la depresión, para lanzar nuevos reclamos sin pensar en la consecuencias negativas que éstos podrían tener.
 

Ulrich Hegerl
Ulrich Hegerl | © Stefan Straube
Ulrich Hegerl (1953) es catedrático en psiquiatría y director de la Clínica de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Leipzig. Además, es presidente de la Fundación Alemana de Asistencia para la Depresión.

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