Patrimonio cultural  Una visita a la nube de museos

El proyecto “museum4punkt0“ reúne casi treinta museos que trabajan en la transmisión cultural de modo virtual: aquí, una estación interactiva de juegos en la exposición especial “Roads not Taken. O: podría haber sido distinto” del Deutsches Historisches Museum.
El proyecto “museum4punkt0“ reúne casi treinta museos que trabajan en la transmisión cultural de modo virtual: aquí, una estación interactiva de juegos en la exposición especial “Roads not Taken. O: podría haber sido distinto” del Deutsches Historisches Museum. | Foto (detalle): © museum4punkt0/David von Becker Foto (detalle): © museum4punkt0/David von Becker

Hasta ahora, cuando patrimonio cultural se destruye por desastres naturales o por guerras, la pérdida es irreparable. Pero no seguirá siendo así: las tecnologías digitales pueden conservar los bienes culturales para la posteridad.

¿Qué tienen en común la Basílica de la Natividad de Jerusalén, el casco histórico de Viena y la colección de manuscritos de la Biblioteca Estatal de Baden? Todos son patrimonio cultural amenazado por el desmoronamiento y la destrucción. En todo el mundo, el medio ambiente, las guerras y los desastres naturales, así como el comercio ilegal, ponen en riesgo obras artísticas y arquitectónicas y demás testimonios importantes de la cultura humana. Podrían desaparecer en cualquier momento de modo irreparable.

En Europa, hasta ahora se ha digitalizado entre el 30 y 50 por ciento de las colecciones de patrimonio cultural. En el caso de paisajes o atracciones turísticas, como centros históricos o excavaciones arqueológicas, este porcentaje es aun menor. Digitalizar bienes culturales significa trasladar obras culturales al mundo virtual para su conservación o investigación. Las herramientas digitales con que se trabaja van desde repositorios de conocimientos y bases de datos hasta simulaciones de realidad virtual de exposiciones enteras o presentaciones tridimensionales de edificios. Así, si una obra de arte se destruye, puede seguir viviendo de modo virtual.

Mellizos virtuales de los museos

La digitalización sirve a otros objetivos. Por ejemplo, a través de herramientas tecnológicas se puede facilitar el acceso a las obras de arte. De ahí que en Alemania cada vez se apueste más a conceptos digitales para transmitir la herencia cultural, aunque para los museos esto implique a veces considerables desafíos en cuanto a recursos humanos y tecnología. En el proyecto conjunto “museum4punkt0”, casi treinta museos ya se dedican desde 2017 a la transmisión cultural digital: elaboran, prueban y evalúan las posibilidades de aplicación de herramientas para integrar la digitalización al mundo cotidiano de los museos. De este modo, por así decirlo, un mellizo digital ofrece la posibilidad de experimentar los contenidos que se exhiben en las salas.

El Museo Nacional Germano de Núremberg, el museo histórico-cultural más grande de toda la región germano-parlante, creó junto con la empresa Acameo, de Tübingen, una visita virtual por seis secciones de la exposición permanente: “Instrumentos musicales”, “Ropa desde 1700”, “Muebles y enseres rurales”, “Salas de estar campestres”, “Arte y cultura burgueses del siglo XIX”, “Museo del tejido y el diseño”. El espacio que alberga estas muestras se encuentra actualmente cerrado debido a un proceso de renovación que llevará varios años. Las exposiciones se han desmontado y abrirán con un nuevo concepto. Gracias a la visita virtual, las exposiciones permanentes originales pueden verse y experimentarse, a pesar de que ya no existen como espacios concretos del museo.

El historiador de arte y director de Acameo, Frank Dürr, explica: “A través de un mellizo digital, los museos con vocación de futuro disponen de una herramienta sencilla y a la vez ambiciosa, para generar vivencias virtuales de su institución y de lugares de interés con ayuda de la red 3D, de la realidad virtual y de la realidad aumentada. Sobre la base de escaneos LiDAR, interfaces y medios se ha puesto un magnífico fundamento para poder cuidar las colecciones, hacer curaduría de mundos de experiencias y ampliar el uso de la realidad extendida con efectos en la esfera pública.”
 

Despegar con Otto Lilienthal

También el Deutsches Museum de Múnich, uno de los mayores museos del mundo dedicados a la ciencia y a la técnica, tiene un mellizo digital. “Con un escáner y aplicando técnica láser medimos el Deutsches Museum de modo tridimensional y al mismo tiempo lo filmamos con varias cámaras de 360°. A continuación los datos se organizaron en una computadora para elaborar un modelo 3D virtual exacto del museo”, explica Maximilian Reimann, historiador de la ciencia e integrante del equipo del museo. “Aunque grandes partes del museo están cerradas, pueden verse de modo virtual imágenes del museo anteriores a la modernización e inclusive algunos highlights, como la sección dedicada al mundo de la minería.”

En el laboratorio de realidad virtual del Deutsches Museum, los visitantes pueden, con ayuda de las correspondientes gafas, experimentar objetos del museo. “¿Cómo funciona la máquina de vapor de válvulas de precisión que inventaron los hermanos Sulzer? ¿Cómo despegó Otto Lilienthal con su planeador desde el montículo? También se puede ayudar a Bertha Benz en el ensamble de su Patent-Motorwagen o, en nuestro simulador, explorar la superficie de la Luna con un vehículo lunar”, dice Reinmann.

Otro objetivo importante de la digitalización de bienes culturales es facilitar el acceso a los datos. En la página Deutsches Museum Digital se vinculan los acervos de la colección, el archivo y la biblioteca y así se ponen de manifiesto las múltiples relaciones que hay entre ellos. Además, las colecciones del museo se ponen a disposición online para los investigadores y el público interesado de cualquier lugar del mundo.

Para Reimann también es un hecho positivo poder llegar así a personas que no pueden visitar el museo. “Los visitantes internacionales lo ven en inglés y la nueva plataforma es de fácil acceso y está optimizada para teléfonos inteligentes. En su mayoría las imágenes y los metadatos son de licencia libre y pueden usarse bajo las mismas condiciones sin mayores complicaciones. Los estándares abiertos permiten encontrar, vincular e intercambiar datos. Así, están a disposición del público y los investigadores en todo el mundo”.

Museos en la nube

Tanto los proyectos del Museo Nacional Germano de Núremberg como el del Deutsches Museum de Múnich son ejemplos de cómo gracias a la digitalización de bienes culturales se pueden perseguir simultáneamente varios objetivos: transmisión cultural, análisis de datos, intercambio científico, por nombrar algunos. “Esas estrategias que conducen a todos los involucrados a una vivencia digital común se conocen bajo el nombre de “experiencia total”. Y para Frank Dürr, de Acameo, ese es el camino del futuro. Los desafíos son claros: “Este es definitivamente el momento para poner en práctica proyectos digitales con una estrategia de 'experiencia total'. Así nos aseguramos de que el presupuesto se use para soluciones conectadas y sustentables. Esta perspectiva garantiza el uso colaborativo y científico de los datos, la generación automática de ingresos, vivencias más intensas y la eliminación de barreras”.

También la Unión Europea (UE) apunta a una estrategia con objetivos múltiples: actualmente trabaja en la elaboración de una nube digital de museos, la Nube Colaborativa para el Patrimonio Cultural (ECCCH). Esta ha de posibilitar que los especialistas europeos en patrimonio cultural trabajen en conjunto y puedan utilizar las modernas herramientas digitales. Pero el objetivo no sólo se refiere a la investigación y el archivo: la nube también ayudará a luchar contra el comercio ilegal de bienes culturales amenazados, facilitará el acceso al patrimonio y promoverá el turismo cultural.

“Esta iniciativa europea ayudará a los investigadores, curadores y especialistas de los museos en la protección del patrimonio cultural, permitirá un acceso más simple a los contenidos culturales y les dará a las generaciones futuras la posibilidad de disfrutar de esos contenidos”, dice la encargada del proyecto, Mariya Gabriel, comisaria de la UE para Innovación, Investigación, Educación y Juventud. De este modo, la nube puede brindarles a museos e instituciones culturales de menor envergadura nuevas oportunidades para avanzar en la digitalización y trabajar en un proyecto común dentro de un marco más seguro y profesional.

Peter Plaßmeyer, director del Salón de Matemática y Física de Dresden, es uno de los especialistas de la ECCCH. Él reconoce la importancia de la riqueza cultural, que se conserva, se estudia y se exhibe en museos, galerías, bibliotecas y archivos: “Estas instituciones no sólo son los verdaderos soportes de la identidad europea, también son testigos de la capacidad de resistencia y adaptación de la cultura europea, que tanto ha ayudado a los europeos a superar épocas dolorosas”. La cultura no es precisamente algo secundario en una época marcada por guerras, pandemias y desastres naturales.

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