Feminismo en la red
Cuando la conversación en el cuarto de estar sustituye el debate teórico

#aufschrei-Initiatorin Anne Wizorek
#aufschrei-Initiatorin Anne Wizorek | Foto (Ausschnitt): © Gregor Fischer, CC-BY-SA 2.0

El feminismo en la red sigue tratando en parte los mismos temas que el de la década de 1970, pero ha cambiado ostensiblemente la forma de debatir. ¿Para mejor?

A principios de 2013 pudo observarse con precisión en Alemania cómo el feminismo ha cambiado con Internet durante los últimos años: bajo la etiqueta #aufschrei ("chillido"), hombres y mujeres posteaban en Twitter discriminaciones o molestias sexuales sufridas en la vida cotidiana. Describían un amplio espectro de casos. Se “twiteaban”, por ejemplo, observaciones desagradables de compañeros de trabajo o notorias groserías escuchadas por la noche en la calle.

La comunicación se intensifica por Internet

El feminismo en la red ofrece nuevas posibilidades y genera una audiencia más amplia. Si hay algo que preocupa a una persona, simplemente lo postea al mundo, sea a través de Twitter, Facebook o de su propio blog. Un claro avance respecto a los años 1970 y 1980, cuando la única feminista que tenía una audiencia amplia y constante era Alice Schwarzer exigiendo la igualdad.

Pero ya entonces el feminismo era algo con muchos matices, como explica la politóloga y escritora Antje Schrupp: “El feminismo es hoy y ha sido de siempre algo muy polifacético. Hay mujeres que exigen la completa igualdad con los varones. Otras, como yo misma, exigimos un feminismo de la diferencia, es decir, definir el papel de la mujer sin depender de los varones. Pero están también el feminismo queer, el feminismo en relación a la carrera profesional, el feminismo matriarcal... Podemos seguir diferenciando hasta el infinito.”

Internet, prosigue, hace más fácil intercambiar opiniones en el debate: te llegan estímulos intelectuales, conoces a mujeres con otros principios. “En los años 70, las mujeres se organizaban en torno a centros diferentes; las mujeres de corrientes feministas distintas no se conocían apenas entre sí –refiere Schrupp, nacida en 1964–, pero hoy no hay limitaciones de ningún tipo: quien quiere informarse va haciendo clic desde una web a la siguiente.”

Sin excusas para la ausencia de mujeres en las discusiones públicas

Para promover este intercambio se creó en 2011 el blog Netzfeminismus.org (feminismo en la red). Entre las fundadoras estaba Katrin Rönicke, nacida en 1982: “En el re:publica 2009 nos percatamos de que en las tribunas estaban siempre los mismos hombres hablando sobre temas de la red, pero que nunca se veía allí a mujeres.” Los organizadores lo razonaban así: simplemente no habían encontrado mujeres. “Decidimos dejar de dar por buena esa excusa. Así que abrimos una lista para ponentes femeninas. Podía inscribirse quien quisiera; se apuntó muchísima gente”, refiere Rönicke. Al principio fueron 25 mujeres, pero al final había más de cien.

Hoy existe ya incluso una base de datos de profesionales, Speakerinnen.org. Y, sin embargo, pese a tantos esfuerzos sigue siendo muy reducida la presencia de mujeres en las tribunas públicas. En su blog 50prozent.noblogs.org, la activista de Internet Anne Roth levanta acta de la participación de mujeres en congresos, programas de entrevistas y otros eventos públicos. Así, en las Global Conferences de la feria de la informática Cebit, celebrada en marzo de 2014, el 91 por ciento de los ponentes anunciados eran varones; en las Segundas Jornadas Alemanas de Política y Economía no había en la tribuna ni una sola mujer.

Sin embargo, las mujeres registradas en Speakerinnen.org ofrecen un amplio espectro temático: encontramos allí mujeres especialistas en redes sociales, periodismo o política europea, en cuestiones de género y en derechos de la mujer. Allí está registrada la activista de Internet Anke Domscheit-Berg, que es asesora en medios digitales y comunicación on line, al igual que Anne Wizorek, y además iniciadora de #aufschrei. “Cuando alguien empieza a ocuparse del feminismo en la red, es posible sentirse desbordado por la multitud de perspectivas, aunque es lo mismo que ocurre con cualquier otro tema en la red”, explica Wizorek.

Por fin el debate se acerca a la realidad

A comienzos del año pasado apareció en Internet el blog Kleinerdrei.org, fundado por Anne Wizorek. El nombre, procedente de la jerga de Internet, representa el símbolo del corazón “<3”, y de ahí también el subtítulo del blog: Cosas que llevamos en el corazón. Se trata de un blog feminista hecho en comunidad en el que pueden aparecer temas de política social, comentarios sobre la vida cotidiana y recomendaciones de literatura y televisión del mismo modo que un seguimiento crítico de los medios de comunicación. Al preguntarle qué entiende por feminismo en la red, Wizorek responde: “Gente que se pone en contacto por Internet, encuentra personas afines y colabora para llevar adelante proyectos. Pero el feminismo en la red no sería viable tampoco sin actuaciones off line.” Un buen ejemplo al respecto, explica, es justamente la campaña #aufschrei. El debate entró en los cuartos de estar de los hogares alemanes a través de la red y los medios de comunicación de masas. “Para muchas personas, el feminismo se convirtió por fin en algo tangible –refiere Wizorek–, y de repente se hablaba del tema en la cena y en las mesas de los bares.”

Sin embargo, añade, hay otros temas de importancia que aún no han dado el salto desde la red a la amplitud de la esfera pública: “Por ejemplo, el debate sobre los costes del seguro de responsabilidad civil obligatoria de las comadronas, o la ‘care revolution’ que reclama un mayor reconocimiento de las profesiones de cuidador y asistencia social.” El racismo cotidiano es otro de los temas a los que se dispensa en la red una atención más amplia que en los medios de masas. Bajo la etiqueta #schauhin ("mira"), la bloguera Kübra Gümüşay empezó en septiembre de 2013 a referir sus experiencias, por ejemplo las observaciones impertinentes que tenía que escuchar por su fe o su pañuelo en la cabeza.

Al preguntar a Katrin Rönicke si el feminismo ha cambiado en Internet, no tarda demasiado en pensárselo: “Antes se trabajaba con listas de correo, hoy hay bases de datos. Los intereses son los mismos, la tecnología es lo único que es distinto.” Sin embargo, Rönicke observa también discusiones acaloradas entre mujeres con principios diferentes: “En una ocasión, la activista feminista Ti-Grace dijo sobre el feminismo de los años setenta y ochenta: ‘Sisterhood is powerful. It kills mostly sisters.’ Me parece que hoy estamos contemplando la vuelta de eso mismo.”

Anne Wizorek no ve mayor problema en la cultura del debate: “Por supuesto que surgen diferencias de opinión cuando en un debate participa mucha gente. Pero de siempre ha habido conflictos en el feminismo, no es ningún fenómeno nuevo.” Y añade: “De hecho opino que ‘The more, the merrier’: cuantas más, tanto mejor.”