Clichés
Alemania para sabelotodos

Las alemanas y alemanes ¿son puntuales, no tienen sentido del humor, beben cerveza y son campeones del mundo en turismo? Hemos examinado de cerca siete clichés sobre Alemania, obteniendo resultados sorprendentes.

De Eva-Maria Verfürth

Alemania, el país de los automóviles

¿Un país de los automóviles? Sí, podría ser. Pero los números indican que la bicicleta va muy por delante del automóvil; casi cada alemán o alemana tiene una. | Foto (detalle): © Adobe ¿Qué es lo primero que se te ocurre al pensar en Alemania? Con bastante seguridad: autopistas. ¡BMW, Mercedes, Porsche! Alemania pasa por ser un país donde el automóvil es objeto de culto, el país de la industria de la automoción, que, no en vano, es el sector industrial alemán más importante. Además, Alemania es el país de Europa con más turismos matriculados. Y los alemanes aman a sus automóviles: ¿quién no conoce esa imagen estereotipada del padre de familia, plantado todos los sábados delante de su vivienda unifamiliar para fregar a conciencia su automóvil?

Pero las apariencias engañan: en una comparativa europea, Alemania ocupa tan solo el octavo puesto en densidad de turismos. En siete países hay más automóviles por persona –en primer lugar están Luxemburgo, Italia y Polonia–, y en una comparativa mundial Alemania se halla incluso claramente más atrás. Las cosas cambian respecto a la movilidad ciclista: Alemania es el tercer país del mundo con más bicicletas per cápita, superada solo por los Países Bajos y Dinamarca. Cerca del 90 por ciento de la población alemana posee bicicleta, frente a poco más de la mitad con automóvil propio.

¡Brindemos!

La cerveza es algo tan alemán como el entusiasmo por el fútbol. Ahora bien: en consumo de cerveza por persona, la ventaja es clarísima para Chequia, mientras Alemania no pasa del séptimo puesto en consumo de cerveza por países. | Foto (detalle): © Adobe ¿Por qué otra cosa es conocida también Alemania? Sin duda: ¡por la cerveza! En alrededor de 1.500 fábricas de cerveza se producen más de 7.000 variedades; encontraremos todas las posibilidades desde la gran fábrica cervecera tradicional hasta pequeños productores artesanos. ¡Salud!

Ahora bien: en una comparativa mundial, Alemania figura tan solo en el séptimo puesto en consumo de cerveza per cápita. La tabla la encabeza sin discusión Chequia, seguida de Austria, Lituania y Rumanía. Tampoco el título de mayor país cervecero es para Alemania, sino para China con su numerosa población; su producción anual de cerveza asciende a unos 360 millones de hectolitros. En cualquier caso, el mayor festival cervecero del mundo sigue siendo la Oktoberfest, que cada año atrae hasta Múnich a millones de personas, lo cual la convierte en el mayor evento turístico del país.

Berlín... ¿es más grande que París?

Con solo oír la palabra París, la mayoría piensa que en una ciudad mucho más significativa que Berlín. Pero ¿sabía usted que, en cuanto a superficie, Berlín es nueve veces mayor que la capital francesa? | Foto (detalle): © Adobe En Europa hay países con la capital en metrópolis como Londres o París, y en todo el mundo encontramos también megaurbes como São Paulo, Tokio o Delhi. Y ¿en cuanto a Alemania? Berlín. Con sus en torno a 3,5 millones de habitantes –aunque en la conurbación llegan a un total de 4,6 millones–, Berlín causa más bien una sonrisa. La razón de ello: Alemania es un país federal con una organización decididamente menos centralista; con Múnich, Hamburgo y Colonia, puede presumir de más ciudades por encima del millón de habitantes.

Pero prestemos atención al dato: ¡Berlín es en realidad nueve veces más grande que París! ¿No se lo cree? Hablamos, por supuesto, de superficie. Y tomando en cuenta solamente el territorio urbano central. La conurbación de la Ile de France, que incluye también todas las zonas residenciales, tiene un tamaño claramente mayor. Por lo demás, en Berlín hay también más puentes que en Venecia: un total cercano a 900, frente a los poco más de 400 de Venecia (y aun así no es la campeona alemana, pues Hamburgo, ciudad portuaria, se acerca a los 2.500).

Mallorca, 17.º Estado de la Federación alemana

Y eso que no llevan sandalias con calcetines: turistas alemanes de vacaciones, reconocibles de inmediato. En casa probablemente no lleven los pantalones de cuero. | Foto (detalle): © Adobe Mallorca, “17.º Estado de la Federación alemana”: un lema que, por lo que parece, se originó en julio de 1993 cuando el periódico Bild publicó este titular: “La propuesta más disparatada llegada desde Bonn: quieren que Mallorca sea alemana. Diputados de Bonn se plantean arrendar la isla paradisíaca durante 99 años o comprarla entera definitivamente a los españoles.” Aunque la noticia no iba en serio, muestra las preferencias de las que goza Mallorca como destino turístico de la población alemana. En un primer momento marcharon allí sobre todo personas pudientes, después llegó buscando asilo gente perseguida por el régimen nazi, y finalmente la eligieron para descansar las y los turistas alemanes.

En conjunto, a la población alemana le gusta mucho viajar. En 2019, el año anterior al coronavirus, los 80 millones de habitantes del país sumaron en torno a 70 millones de viajes de vacaciones. Francia, Italia, Grecia, Portugal –por nombrar solo algunos países– reciben también oleadas de turismo alemán. Sin embargo, quizá nadie crea este dato: la población alemana prefiere las vacaciones sin salir de las fronteras nacionales, siendo sus objetivos favoritos el Mar del Norte y el Báltico. Los destinos extranjeros más populares, ciertamente, se localizan en el litoral del Mediterráneo, entre ellos la isla de Mallorca.

Gente organizada y sin sentido del humor, ni siquiera en vacaciones

¡El sitio es mío! Pero tampoco del todo... En lanzamiento de toallas en la piscina del hotel, Alemania cae derrotada limpiamente ante Gran Bretaña. | Foto (detalle): © Adobe Las personas en Alemania son organizadas y no dejan nada al azar, o eso dice el cliché. Expresado de manera menos positiva: los alemanes no tienen flexibilidad, son testarudos y carecen de sentido del humor. El arquetipo de este modo de ser es el tristemente célebre lanzamiento de toallas en la piscina del hotel. Según el estereotipo, las y los turistas de Alemania aparecen en bandada antes que nadie por la mañana para reservarse una tumbona en la piscina o en la playa. ¡Esa es mi toalla, el sitio es mío! Y solo después de eso se van a desayunar. Sin embargo, un portal de vacaciones británico acaba de revelar que esa característica no es originariamente alemana ni mucho menos. No: ¡incluso es más probable que sean turistas de Gran Bretaña quienes usen la toalla para reservarse en vacaciones una tumbona junto a la piscina! Así lo sugiere al menos el resultado de una encuesta realizada entre varios miles de turistas vacacionales procedentes de Alemania y el Reino Unido, publicada en 2016 en el Daily Telegraph.

Puntuales como un reloj

Quien quiera llegar puntual a su destino, es mejor que no viaje con la Deutsche Bahn. Pues, si en algo se puede confiar, es en la impuntualidad de los trenes alemanes de larga distancia. | Foto (detalle): © Adobe Puntual como “los albañiles”, “los bomberos” o, también se dice así, como “un reloj”: en Alemania no faltan giros lingüísticos para ponderar la puntualidad. La gente en Alemania tiene fama de tomarse las indicaciones horarias con una exactitud al minuto: mejor llegar a la cita cinco minutos antes que retrasarse dos minutos. Esa misma precisión exhiben también los horarios de autobús y ferrocarril: no es raro que una salida esté prevista para las 14:37.

Pero la imagen cambia cuando comprobamos si estos horarios se cumplen de hecho. La Deutsche Bahn por sí sola parece como si pretendiera quitar fuerza al cliché de la puntualidad alemana: por más que los viajeros, en efecto, tiendan a quejarse sobre el flagrante retraso del tren que ha salido a las 14:38, la compañía ferroviaria insiste con firmeza en dar motivos para esa susceptibilidad. Es más, según los datos sobre retrasos registrados en 2022 Alemania ocupa con claridad el último puesto en Europa: tan solo fueron puntuales el 65,6 por ciento de los trenes de larga distancia. Quizá puede deberse también a las diferentes definiciones de retrasarse, pero claramente no es solo eso. Por lo demás, en cuanto a puntualidad en Europa el primer puesto es para Suiza, y en todo el mundo para Japón, donde la mayor compañía ferroviaria del país comunica un retraso promedio de 50 segundos en las salidas de sus trenes, incluidas en el cálculo demoras debidas a catástrofes naturales.

La carne es mi verdura

¿Afán carnívoro desatado? ¡Ñam ñam! La mayoría de la población alemana, sin embargo, declara que su plato favorito es la pasta. Lo cual no significa en cualquier caso que el consumo de carne sea bajo: escalopes, salchichas y kebab mantienen su cotización alcista. | Foto (detalle): © Adobe ¿Y cuando el hambre llama? Tanto si es para tomar lo primero que haya a mano como para comer debidamente en un restaurante, el repertorio culinario tradicional de Alemania apuesta por la carne: codillo, paté de carne, escalope, chuletas de Sajonia, sin que pueda faltar nunca la salchicha al curry... Las delicias para simpatizantes de la dieta carnívora forman una larga lista. En verano, cocinar a la parrilla es el hobby favorito de la población alemana, y la parrilla es un objeto de prestigio masculino tan apreciado como puede ser el automóvil. Gracias a Beef hay incluso desde 2009 una revista para varones que proclama en el título mismo el culto carnívoro. Y, entonces, ¿cuál pensaríamos que es el plato favorito de la población alemana?

Agárrense, pues cuando se pregunta a la población del país de la parrilla por sus preferencias reales, encontramos esto: la ensalada vence al escalope. Y las patatas vencen a la ensalada. Y en primer lugar se coloca: ¡la pasta! Y son resultados claros, tal como aparecen en el informe sobre nutrición del Gobierno Federal. Espagueti, los Spätzle de pasta al huevo y otras formas de pasta son los alimentos favoritos de la población nacional, seguidos a clara distancia por platos con base de patata o verdura. También en la comida con envío incluido gana la cocina italiana: la pizza supone en torno a dos tercios de todos los pedidos por Internet. En cualquier caso, un punto sí se ve confirmado en el informe: el consumo de carne es cosa masculina. En Alemania, cerca de la mitad de los varones consume carne a diario, cuota que entre mujeres se queda solamente en torno a la cuarta parte.