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Tendencias del mundo del cómic en Alemania
La vida plena

Detalle de la novela gráfica “Jein” de Büke Schwarz
Detalle de la novela gráfica “Jein” de Büke Schwarz | Ilustración: © Büke Schwarz/Jaja Verlag

La fuente de inspiración más importante para la escena artística alemana del cómic es y sigue siendo la vida real. También es así en tiempos de la pandemia por coronavirus. Muchos ilustradores e ilustradoras transforman artísticamente las consecuencias de la pandemia en su vida cotidiana y publican sus cómics en línea.

De Lars von Törne

Una ilustradora refleja en episodios de cómic su trabajo como moderadora de comentarios en Internet. Otra describe su infancia en una casa de tres generaciones en una pequeña ciudad de Hesse. Y una tercera habla de cuestiones de identidad y los conflictos de alemanes y alemanas de origen turco, frente a los problemas políticos en la tierra natal de sus ascendientes.

La fuente de inspiración más importante para la escena artística alemana del cómic es la vida real. De las nuevas publicaciones de los ilustradores e ilustradoras alemanes, destaca también este año la cantidad de obras de inspiración autobiográfica. Entre ellas se cuentan las tres mencionadas más arriba. En el libro de Kathrin Klingner Über Spanien lacht die Sonne (i.e. Sobre España ríe el sol; Reprodukt, marzo de 2020), las figuras esbozadas y a menudo representadas con cabeza de animal, tratan temas como el odio, el racismo y las teorías de conspiración en Internet. En Manno! (i.e. ¡Anda, hombre!; Klett Kinderbuch, febrero de 2020) Anke Kuhl plasma divertidísimas historias de su juventud en coloridas imágenes, que nos recuerdan a las ilustraciones de los libros infantiles. Y en Jein (i.e. Sí pero no; Jaja-Verlag, enero de 2020) Büke Schwarz nos habla, con trazos reducidos y semirrealistas, de un artista germano-turco en conflicto entre la política, el arte y la identidad.

A diferencia de Japón o Estados Unidos

Tres títulos, entre muchos otros, que ejemplifican la permanente tendencia de los cómics alemanes a representar narrativas basadas en la realidad. Esta inclinación es aún más sorprendente si se compara con naciones del cómic como EE.UU., Francia o Japón, donde el material de género ficticio todavía significa el grueso de la producción de cómics.
 
En cambio, en Alemania las narraciones biográficas, o al menos las historias semificticias influenciadas por la vida real, dominan una gran proporción de las novedades editoriales del cómic. Entre ellas de vez en cuando se encuentran también adaptaciones de autobiografías, como la novela gráfica Meine Freie Deutsche Jugend (i.e. Mi Juventud Libre Alemana; Ch. Links Verlag, marzo de 2020), basado en el libro de Claudia Rusch que el dúo Thomas Henseler y Susanne Buddenberg ha ilustrado con nítidas imágenes en blanco y negro ligeramente caricaturizadas.

Sin embargo, en la mayoría de los casos la propia vida del ilustrador o la ilustradora es la inspiración de sus historias. Este es el caso de Lars, der Agenturdepp (i.e. Lars, el tonto de la agencia; Cross Cult, diciembre de 2019), una colección de episodios garabateados en los que Andre Lux ha reflejado sus propias experiencias en una agencia. Lo mismo se aplica a Der analoge Mann (i.e. El hombre analógico; Reprodukt, noviembre de 2019), donde Andreas Michalke reúne historias de su vida cotidiana dibujadas con trazos claros y un ligero aire de tira cómica.

La PERENNE popularidad de los cómics de no ficción

La moda del realismo también se refleja en la popularidad constantemente en alza de los cómics de no ficción en el mercado alemán. Este grupo ostenta el segundo lugar de las novedades editoriales del cómic, con algunos ilustradores e ilustradoras que utilizan hechos de la vida real, pero también incorporan elementos de ficción en sus narraciones, o como mínimo reflejan a su manera la realidad en sus propias historias.

Como los episodios de Birgit Weyhe que, inspirados en una amplia variedad de biografías e ilustrados en parte con imágenes realistas y en parte simbólicas y expresivas, aparecieron mensualmente durante dos años en el Tagesspiegel bajo el título Lebenslinien (i.e. Líneas de vida) y se han publicado ahora en forma de libro (avant, marzo de 2020). También la novela gráfica de trazo levemente caricaturesco Beethoven (Carlsen, marzo de 2020) del escritor Peer Meter y del dibujante Rem Broo, es una adaptación bastante libre de la biografía real del compositor.

La moda del material autobiográfico

En cambio, el relato Ein Leben für den Fußball (i.e. Una vida para el fútbol; Carlsen, marzo de 2020) de Julian Voloj y Marcin Podolec, con su estética angulosa de lápices de colores, se ciñe, según sus autores, estrictamente a la vida real del futbolista Oskar Rohr. También la novela gráfica Der König der Vagabunden (i.e. El rey de los vagabundos; avant, octubre de 2019) de Patrick Spät y Beatrice Davis, dibujada en expresivas imágenes en blanco y negro, es una aproximación históricamente documentada a la vida del activista político Gregor Gog.

Junto a esta potente tendencia del uso de la realidad y la autobiografía desarrollada durante años en Alemania, el cómic de género también ha encontrado recientemente su espacio. Especialmente en el campo de la fantasía y los cuentos de hadas, pero también en el género policíaco y de misterio, se han publicado muchos títulos que además están atrayendo la atención internacional y siendo recibidos positivamente en Francia o en los EE.UU., como por ejemplo la edición estadounidense de la historia de aventuras A House Divided (i.e. Una casa dividida) de Haiko Hörnig y Marius Pawlitza, aparecida en primavera de 2020.

Las ilustradoras desempeñan un papel cada vez más importante

Algunos de estos títulos se dirigen principalmente a los lectores y lectoras más jóvenes, como la novela gráfica Alan C. Wilder (Carlsen, marzo de 2020) de Patrick Wirbeleit y Ulf K. Los cómics infantiles constituyen, ya desde hace algunos años, uno de los segmentos de mayor crecimiento en las editoriales alemanas. Sin embargo, la mayoría de los cómics de género están destinados a lectores y lectoras de todas las edades. Entre ellas destacan la serie de ciencia ficción Radius (i.e. Radio) de la ilustradora Katrin Gal, que recuerda estéticamente a las películas de animación y cuyo segundo volumen se ha publicado este año (Splitter, febrero de 2020), el cuento de hadas moderno Die Schöne und die Biester (i.e. La bella y las bestias; Splitter, febrero de 2020) de Frauke Berger y Boris Koch, y el álbum de fantasía Haunter of Dreams (i.e. El cazador de sueños), tercer volumen de la serie Yria de Claudya Schmidt (Splitter, noviembre de 2019), que impresiona por sus exuberantes y llamativas secuencias de imágenes.

El campo de los cómics autobiográficos en particular, así como las narraciones de género, plasman otra importante tendencia de la escena alemana: las mujeres ilustradoras desempeñan un papel cada vez más importante en el mundo del cómic alemán. Esto venía siendo evidente durante los últimos años, pero recientemente la tendencia se ha hecho aún más fuerte, incluso en segmentos como la ciencia ficción o la fantasía en los que la presencia de los autores e ilustradores masculinos ha sido durante mucho tiempo particularmente dominante.

Cómics en tiempos de coronavirus

Además de aquellas obras que pueden asignarse claramente a un género, existen publicaciones que dificilmente encajan en una categoría en particular. Entre ellas se encuentran los cómics artísticos de Anna Haifisch y Max Baitinger. Los libros Schappi de Haifisch (Rotopolpress, septiembre de 2019) y Happy Place de Baitinger (i.e. Lugar feliz; Rotopolpress, marzo de 2020), reúnen episodios cortos que pueden leerse secuencialmente como un cómic. Sin embargo, ambos artistas trabajan de modo más bien asociativo con combinaciones de palabras e imágenes y experimentan libremente con las formas de narración gráfica. El resultado sitúa su trabajo en la frontera entre el cómic, la ilustración y el arte visual, diferenciando a estas dos obras gráficas de gran parte del resto de la producción alemana.

Otro factor importante, cuyos efectos en el mundo del cómic alemán se están evidenciando ahora, es actualmente la pandemia de COVID-19. Por un lado, ha provocado una situación económica amenazante para muchas librerías y editoriales de cómics en Alemania. Sin embargo, por otra parte también ha desencadenado un impulso creativo entre los y las artistas del cómic, que hasta ahora ha tenido su reflejo principalmente en publicaciones en línea. Ralf König por ejemplo, uno de los dibujantes de mayor éxito y fama de Alemania, ha publicado, a través de Facebook y otros canales digitales, episodios que se centran en los efectos de la crisis del coronavirus en la vida cotidiana de sus populares personajes Konrad y Paul. En su serie web de cómic Das Leben ist kein Ponyhof (i.e. La vida no es una granja de ponis), la ilustradora Sarah Burrini habla también sobre las consecuencias de la situación actual en su propia vida y en la de sus personajes. Y el Salón Internacional del Cómic de Erlangen, cuya celebración en verano de 2020 fue cancelada debido a la pandemia, publica en su sitio web docenas de cómics breves de varios ilustradores e ilustradoras. El título de este proyecto se titula Zeich(n)en aus dem Homeoffice (i.e. Dibujo(s) desde la oficina en casa).

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