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Intersexualidad
Diversidad sexual

En Alemania, ahora puede elegirse una tercera opción: diversidad sexual.
En Alemania, ahora puede elegirse una tercera opción: diversidad sexual. | Foto (detalle): © Adobe / Stockwerk-Fotodesign

Desde comienzos de 2019, a la hora de elegir el tipo de sexo en el registro civil alemán, existe una nueva opción: “diversidad sexual”, de manera que los padres, cuyos hijos nazcan sin un sexo claramente clasificable, no tengan que decidir a priori cómo han de vivir. Una forma de demostrar que ser normal no tiene que ver con nuestro aspecto.
 

Ya sea en el vestuario del gimnasio, en los baños de los establecimientos públicos o en la sauna, en muchas situaciones cotidianas se nos obliga a decidir entre espacios separados para mujeres y hombres. La mayoría de las personas no le da más vueltas al asunto, pero para otras personas, esta elección aparentemente simple, puede resultar incómoda.
 
Hay personas cuyo sexo no se puede clasificar inequívocamente como masculino o femenino. La intersexualidad puede manifestarse de diversas formas: por ejemplo, una persona que tenga tanto testículos como ovarios y que produzca hormonas masculinas y femeninas. Del mismo modo, los cromosomas que en la combinación XX determinan el género femenino y en la XY el masculino pueden disponerse de otra forma en el conjunto de los datos genéticos. Aunque también puede ocurrir que los receptores no reaccionen a las hormonas sexuales o que, a pesar del condicionamiento genético, los órganos sexuales no se desarrollen completamente.
 
No existen datos precisos sobre cuántas personas intersexuales viven en Alemania. Según la estimación de distintos grupos de ayuda, que sirven de orientación para el gobierno, se supone que hay alrededor de 160.000 personas. Una ley que entró en vigor en enero de 2019 ofrece una nueva opción en el momento de escoger el tipo de sexo en el registro civil. Además de masculino y femenino y de la posibilidad de no contestar, ahora existe una casilla que indica diversidad sexual pero, ¿es necesario?
 

menos espacios en blanco en el certificado de nacimiento

 
Desde 1981, gracias a la llamada ley de transexualidad, en Alemania está permitido cambiar el sexo que se ha declarado en el registro civil. Desde 2013, además, existe la posibilidad de no contestar a la pregunta de tipo de sexo en el certificado de nacimiento. Pero en otoño de 2017, el Tribunal Constitucional anunció que ofrecer tan solo opciones binarias discriminaba a las personas que no se clasificaban en ninguno de los dos sexos comunes, y además vulneraba el derecho general a la identidad. Las y los jueces consideraron que la posibilidad de dejar esa casilla en blanco no era una solución equitativa, tenían que encontrar una opción adicional y positiva. A finales de 2018, el Bundestag decidió introducir en el registro de nacimientos la opción de diversidad sexual. Esta opción se orienta, así reza el texto de la ley, a “las personas que debido a una variación de de su desarrollo genital no pueden ser incluidas inequívocamente dentro de los sexos femenino o masculino”. Esto concierne no solo a los recién nacidos, sino también a los adultos intersexuales, quienes a partir de ahora podrán cambiar su tipo de sexo y nombre de pila. Para ello, solo hay que presentar un certificado médico, aunque en casos especiales basta con una declaración jurada.
 
Ahora bien, la nueva ley también concierne a los padres. Cuando viene al mundo un bebé con signos de intersexualidad, los padres deben tomar decisiones que podrían traer consecuencias al niño. En los años setenta, se implantó en la medicina la doctrina de que convenía operar a dichos niños ya en la infancia, puesto que una cirugía de reasignación de sexo otorgaría a los niños intersexuales de órganos sexuales inequívocamente reconocibles y les evitaría la vergüenza y la humillación. Se consideran intervenciones genitales estéticas de reasignación de sexo, por ejemplo, la construcción estética de una vulva artificial, la amputación del clítoris o la extracción de las gónadas, es decir, los órganos que producen las hormonas sexuales. En la primera década del siglo XXI, se produce un cambio de pensamiento condicionado por la nueva consciencia de que la sexualidad no dependía solamente de los órganos genitales. En 2007, la Deutsche Gesellschaft für Kinder- und Jugendmedizin (Asociación Alemana de Medicina Infantil y Juvenil) se distancia de la práctica de la cirugía de reasignación de sexo, y desde 2012 el Deutscher Ethikrat (Consejo Alemán de Ética) exhorta a la prudencia. Y la Comisión contra la Tortura de la ONU exige una prohibición total de las operaciones genitales en niños pues, por lo general, los niños intersexuales son niños sanos.
 

¿Una cirugía puede hacer más feliz a un niño sano?

 
Las asociaciones y grupos de ayuda de las personas intersexuales que en su infancia sufrieron una cirugía genital estética consideran dichas intervenciones como sumamente traumáticas. En algunos casos, después de la operación, los afectados quedaron estériles y apenas pudieron experimentar su sexualidad. Las asociaciones exigen que se deje en mano de los afectados decantarse por un sexo determinado o de decidirse a operarse. Sin embargo, muchas y muchos médicos siguen recomendando dichas operaciones, de forma que el número de intervenciones se mantiene constante. En 2016 se practicaron cirugías genitales estéticas a más de 2000 niños.
 
Malta es el único país de Europa en el que está prohibido hacerle a un niño una cirugía de reasignación de sexo. Sin embargo, la nueva legislación alemana resulta comparativamente adelantada; en todo el mundo hay pocos países –en Australia, Nueva Zelanda, Argentina, y también en India, Paquistán, Bangladesh y Nepal– que ofrezcan una tercera opción en el tipo de sexo en el registro de nacimiento. De todos modos, esta ley tan solo se trata de un comienzo: el hecho de admitir legalmente un sexo adicional planteará otros interrogantes legales que afectarán las reglas de los equipos deportivos pero también la cuota femenina.
 
Lo decisivo, en cualquier caso, es reconocer qué significa la diversidad sexual. La ley es el intento burocrático de crear consciencia sobre ella. Que quede claro que la diversidad también es normal.
 
 

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