Sociable... Francamente
Mediación y revolución

Tres escolares se comunican en clase
Competentes en la resolución de conflictos: cuando niñas y niños afrontan los problemas con prudencia. | Foto (Detalle): Uwe Umstätter; © picture alliance/imageBROKER

Pelearse civilizadamente y, de paso, resolver problemas: por qué “mediación” y “revolución” podrían ser características importantes de la futura Generación Alfa.

La primera palabra suena a paz y soluciones; la segunda, a revuelta y problemas. También veo una relación entre ellas, pero sólo porque tengo dos hijos. Mis chicos nacieron en 2007 y 2009. Consulté a qué generación pertenecen: están al final de la Generación Z. Forman ya casi parte de la que sigue y que, según algunos expertos, se llamará Generación Alfa. Artículos proféticos nos ilustran sobre cómo son o serán estas generaciones. Explican cuáles son sus valores, su postura ante la sociedad, y todo es muy divertido. ¿Que por qué es divertido? Porque las autoras de este artículo no previeron a Greta Thunberg ni al movimiento Fridays for Future. Se hacen largos análisis acerca de la posición de esta gente joven, los textos son del año pasado, pero los conceptos clima y medioambiente no se mencionan ni una sola vez. Quienes investigan las tendencias no siempre la tienen fácil.

Extrañamente prudentes y cools

Pero regresemos al título. Hoy, en las escuelas, se hace mucho por la paz. Por ejemplo, mis hijos ya aprendieron en la primaria algunas técnicas de mediación. Al principio pensé que era pura palabrería, hasta que me di cuenta de que los niños realmente discuten sobre los problemas, los investigan a fondo y los pueden resolver, incluso sin adultos que los asesoren. Lo hacen de una manera extrañamente prudente y cool. Reflexionan juntos en las clases o en sesiones de grupo de qué se trata el conflicto, quién tiene qué intereses o necesidades y cuál es la mejor manera de proceder.
 
Entretanto estoy convencido de que, al hacerlo, están creciendo con otras habilidades que nosotros. Suele parecerles normal resolver los problemas sin grandes dramas, y más bien con gran concentración. Es difícil imaginarse lo que esto significa. Tiene consecuencias con las que nadie había contado. Por cierto que fueron las y los maestros quienes primero se dieron cuenta de ello: de pronto, se las veían con niñas y niños que también querían resolver de esta manera sus conflictos con los adultos. Que se quejaban cuando las reglas, tareas y demás exigencias les parecían ilógicas, injustas o arbitrarias. He sostenido conversaciones con docentes a quienes esto no les gusta para nada, porque no era eso lo que buscaban con la mediación y la resolución inteligente de conflictos. Querían que las y los niños dirimieran y aclararan todo de manera racional, excepto sus propias instrucciones.

La mejor manera posible

Pero ya no hay forma de regresar el genio a la botella. Estos niños y niñas, entretanto, pueden resolver conflictos con una irritante superioridad. No siempre, claro, pero con mucha frecuencia. Les parecen extraños los pleitos y la toma de decisiones en la política, los consideran infantiles. Miran con sorpresa a las y los adultos, quienes carecen a todas luces de competencias básicas para la comunicación. A mi esposa y a mí nuestros hijos ya nos han llamado la atención cuando no nos comportamos de manera del todo correcta durante una pelea. De pronto nuestros hijos empiezan a ejercer una crítica constructiva para con nosotros. Pero no se puede uno pelear a gusto cuando los vástagos se ponen a evaluar críticamente los argumentos, no es en absoluto divertido, y decidimos dejarlo.
El movimiento Fridays for Future se basa en la lógica y en la ciencia, quienes protestan demandan soluciones y medidas que les parecen factibles y obvias. Quieren enfrentarse a los problemas más apremiantes del mundo de manera racional, sólo quieren encontrar la mejor manera posible, dicen. Entonces: sí, sí intuyo ciertos nexos en todo esto.
 

“… a las claras”

En nuestra serie de columnas “… a las claras” escribirán, alternándose semanalmente, Maximilian Buddenbohm, Qin Liwen, Dominic Otiang’a y Gerasimos Bekas. En “Sociable... a las claras” Maximilian Buddenbohm informará sobre el gran todo, o sea la sociedad, y sus unidades mínimas: la familia, las amistades, las relaciones personales.