El género "New Adult" no solo llena librerías y listas de libros más vendidos. También está transformando el mundo editorial. Lo que durante mucho tiempo fue desdeñado como lectura ligera, ahora sacude tanto a las editoriales como a las ferias del libro, obligando a la crítica literaria a replantearse su enfoque.
En la Feria del Libro de Fráncfort, los nuevos equilibrios de poder en el panorama editorial alemán ya son claramente visibles: apenas se abren las puertas de la mayor exposición de libros del mundo, se forma una multitud frente al reluciente y pasteloso stand de Lyx. El sello New Adult del grupo editorial Bastei Lübbe alberga a las autoras más exitosas de Alemania en este género en auge: Mona Kasten, Laura Kneidl y Anabelle Stehl.De enemigos a amantes
Incluso un récord internacional pudo registrar el que, según la descripción editorial, es un “espacio seguro para todas las personas que aman leer”: la adaptación en serie de la saga romántica Maxton Hall de Mona Kasten se convirtió el año pasado en la serie no estadounidense más vista que Amazon ha producido hasta ahora. Curiosamente, la historia de iniciación no transcurre en Alemania, sino en un elitista internado británico, en plena sintonía con la estética del Dark Academia popularizada en redes sociales. Allí, Ruby Bell —una joven aplicada, bondadosa y de origen humilde— se encuentra con James Beaufort, el heredero mimado. De su enemistad inicial surge pronto una intensa historia de amor. Un patrón narrativo repetido miles de veces, una llamada trope, y fórmula de éxito de esta literatura: enemies to lovers, de enemigos a pareja romántica.La generación Z estabiliza el mercado
Mientras que la Asociación de Libreros Alemanes registra para 2024 una disminución en la compra de libros en la mayoría de los grupos de edad, esto no aplica para lxs jóvenes de entre 16 y 29 años. Ellxs recurren con mayor frecuencia a la lectura, especialmente a novelas de romance o romantasy. Así, además del aumento en los precios de venta, es también la Generación Z —con sus historias de colegialas soñadoras, alquimistas sedientos de sangre y jinetes de dragones sensuales— la que mantiene estable la facturación total de un sector editorial sacudido por la crisis.Las editoriales ya han reaccionado ante el auge de estas nuevas novelas románticas: muchas grandes casas editoriales cuentan hoy con un sello New Adult o con ofertas específicas para un público joven, predominantemente femenino. A este público no solo se le venden libros cuidadosamente diseñados, con estampados dorados, brillos y cortes de color. Sellos como Lyx (Bastei Lübbe), Kyss (Rowohlt), Everlove (Piper) o Forever (Ullstein) apuestan por una comunicación que fomente comunidad entre sus lectoras, a través de boletines, redes sociales y eventos presenciales. Incluso la Feria del Libro de Fráncfort ha reconocido el potencial y ha adaptado su infraestructura en consecuencia: desde 2024, existe en Fráncfort un pabellón exclusivo para literatura New Adult, con amplio espacio para sesiones de firmas y largas filas de jóvenes lectoras.
Paralizados por el fenómeno
Podría pensarse que este cambio de poder ya no puede ser ignorado por la crítica literaria. Sin embargo, las reseñas del actual thriller romántico Loverboy – Nadie te ama como yo de Antonia Wesseling, o de Alchemised, el exitoso fanfiction traducido del inglés de SenLinYu, brillan en gran medida por su ausencia. Aunque la literatura de género en auge aparece cada vez más en el foco del periodismo literario, suele hacerlo en forma de una mirada asombrada al fenómeno en su conjunto. La crítica literaria alemana aún no ha encontrado una forma distinta de abordar las novelas New Adult, y mucho menos criterios para clasificarlas y evaluarlas.Lo difícil que le resulta lidiar con la literatura de entretenimiento exitosa en general queda en evidencia en las recientes discusiones en torno a la nueva novela de Caroline Wahl. La autora, de 30 años, escribió con 22 Bahnen (2023) y Windstärke 17 (2024) dos de los libros alemanes más exitosos de los últimos años. Por eso, este otoño se esperaba con gran expectación La asistente, especialmente porque Wahl abandona en ella las emotivas historias de iniciación de sus novelas anteriores para adentrarse en un relato sobre abuso de poder en el mundo editorial, basado en su propia experiencia. Al igual que su protagonista Charlotte, Wahl trabajó como asistente de un editor de habla alemana. En La asistente, ese jefe pronto se revela como abusivo y manipulador, humillando a su joven empleada con encargos absurdos y comentarios sobre su apariencia.
Cuando la red es más crítica que el suplemento cultural
Poco después de la publicación, lxs seguidores de Wahl expresaron su decepción en redes sociales por una novela que no solo aborda el abuso de poder, sino que además comenta constantemente su propia forma de narrar. También en las plataformas de streaming llovieron críticas hacia el audiolibro, narrado por la propia Wahl de manera bastante amateur. La polémica en torno a su figura se intensificó aún más por declaraciones en entrevistas que fueron percibidas como arrogantes. El suplemento cultural, en cambio, tuvo dificultades para emitir un juicio crítico. En lugar de ello, Caroline Wahl fue entrevistada o retratada paseando por la costa de Kiel, su ciudad natal. A menudo daba la impresión de que faltaban criterios para abordar las novelas de Wahl, cercanas a la literatura de entretenimiento y construidas sobre patrones narrativos. Durante décadas, la crítica literaria en lengua alemana —de tendencia elitista— ha ignorado precisamente este tipo de lecturas ligeras y orientadas al mercado.Una invitación a analizar el presente
La tensa situación del mercado editorial y la pérdida de relevancia del propio suplemento cultural obligan ahora no solo a replantearse su enfoque. También está emergiendo una nueva generación, a menudo formada en sociología de la literatura, que se sitúa en el centro del ámbito literario y muestra menos reparos ante lo comercial y lo entretenido. Desestimar los bestsellers de Caroline Wahl como simple “midcult” —esa categoría introducida por el teórico literario Moritz Baßler para designar novelas que apenas simulan tener compromiso político o calidad literaria— ya no parece una opción válida.Al igual que ocurre con el exitoso segmento New Adult, también los bestsellers exigen que la crítica literaria encuentre una forma de abordarlos que permita captar y contextualizar tanto sus dimensiones socioeconómicas como su calidad literaria. Al fin y al cabo, un bestseller también dice algo sobre el presente en el que se lee. Así que, si en la Feria del Libro de Fráncfort vuelven a formarse largas filas frente a los stands brillantes y pastel o ante las mesas de firmas de Caroline Wahl o Sebastian Fitzek, eso no debería interpretarse como una señal de decadencia cultural, sino como una invitación a analizar el presente.
octubre 2025