Los fragmentos de las notas de Jakob Gürtler de 1922 describen su historia de inmigración desde Wismar a Halifax en la provincia canadiense de Nueva Escocia.
One has to do as one at sea with a sailing ship, reach one's course having regard to prevailing winds.
Descubrí la carta del tío Leo en el buzón justo cuando estaba por dejar la casa definitivamente. La casa de la calle Schiller de Wismar era el último anclaje de mi vida, tenía veintiún años y en 1922 todo era inestable. Hacía meses que no pagaba el alquiler y la verdad es que preveía con tranquilidad dejar esa casa. Pero esa carta arrugada proveniente de un país lejano tuvo en mis manos el efecto de un último saludo, la leyenda del sello decía “Halifax”. La carta estaba dirigida a mi padre pero nuestra familia no había sobrevivido a la Primera Guerra Mundial. Mi padre había caído durante los primeros años en el frente oriental, mi madre había muerto a la edad de cuarenta y un años a consecuencia de una gripe.
Leo
“El tío Leo hizo lo correcto”, había dicho mi madre algunas veces a lo largo de los años, “cuando le dio la espalda a todo este rollo del Emperador y de la patria, ahora él tiene un futuro en el nuevo mundo; se subió al primer vapor que encontró, le dio a la gente del muelle un par de botellas del licor que él mismo destilaba y vaya uno a saber qué más, y luego subió a bordo, directo a la entrecubierta con otros aventureros desarrapados.” Un espíritu libre en un mundo que estaba desmoronándose.“Oportunidades”
El tío Leo describe en la carta su nueva vida. Había llegado a Halifax en Canadá y se había quedado allí. Se había establecido en la zona cercana al puerto y estaba metiéndose en el comercio nacional e internacional. Escribía sobre todo para informar de su compromiso a su hermano y la familia. Hanna y su familia habían viajado en el mismo barco de la línea Hamburg-America-Line, el Cleveland, con el que él había hecho una travesía no muy agradable. El escrito concluía con una invitación a mi padre: “¿Qué estás buscando todavía en esas ruinas europeas? Agarra a tu familia, puedes comenzar en mi negocio”. Allí en Canadá, decía mi tío, estaba la oportunidad de construir una existencia. A pesar de sus parcas palabras sonaba casi feliz. No podían leerse preocupaciones entre líneas, ese era el mayor contraste con el mundo en que yo vivía. No proporcionaba dirección alguna, pero sí un lugar de contacto, un bar llamado Split Crow Pub. Allí sabrían de él.
Desolación/Despedida
Fui en dirección al puerto. El puerto de Wismar, en el que había trabajado los últimos meses como jornalero, se había convertido para mí casi en un segundo hogar. Allí había encontrado amigos, había olvidado las preocupaciones por la noche en los bares, me había quedado por la madrugada observando el Mar Báltico y me había imaginado la gran travesía. Pero hasta entonces el viaje había sido un sueño muy lejano. La carta del tío Leo, sin embargo, cambió todo. Sencillamente se podía partir, y eso fue lo que hice. Me enrolé como marinero de segunda en un barco de carga rumbo a Hamburgo.
Hamburgo
En el puerto más importante de Alemania mi primera meta fue la Misión Marinera de Altona, un servicio para marineros desempleados que trataba de mitigar la falta de vivienda. Pasé algunos días en la misión. Allí había comida gratis, había camaradería y por las tardes yo podía ayudar en la descarga de los barcos. Pero mi estancia en Hamburgo no duraría mucho. A mediados de septiembre subí a bordo del SS Deutschland para hacer el pesado trabajo de fogonero. El barco cubría la popular ruta a Canadá.Halifax
Desembarqué en el Muelle 2 Halifax. Además de las oficinas de aduana, allí había barracas donde podían dormir los recién llegados que todavía no tuvieran contactos en el país. Desde allí empecé a explorar el puerto y a descubrir la ciudad. Junto con Boston y Ellis Island en Nueva York, Halifax era uno de los puertos de inmigración más importantes del continente y el mayor de Canadá. El nuevo ambiente comenzó a gustarme, me sentía libre e independiente.
Mapa de Halifax, Nova Escócia, Canadá, em torno de 1920 | © Arquivos da Nova Escócia, gentilmente cedidos