Cada sábado, las Omas gegen Rechts (Abuelas contra la Derecha) de Múnich defienden la democracia. Con palabras, paraguas, pancartas (y la firme convicción de que la democracia debe permanecer visible). Todo lo que ocurre cuando quince damas mayores se encuentran con el público de la zona peatonal.
Las abuelas se esparcen. Es imposible pasarlas por alto: están muy presentes. A paso rápido se abren camino al mediodía del sábado por la zona peatonal de Múnich. “¿Usted también está a favor de la democracia?”, gritan, extienden los brazos, extienden folletos. Muchxs los rechazan. No, no. La democracia debe esperar, primero van a Pimkie o H&M.En su pancarta de cincuenta metros está la misión de las Omas gegen Rechts: “Responsabilidad común por nuestra democracia”. Sin signos de exclamación, sin gritar. Solo unas veinte mujeres ya no tan jóvenes, que recibe bastante afluencia desde hace semanas. ¿Por qué?
Medida de marketing
Susanne Schrüfer, de 62 años, sube a la línea 3 del metro en el barrio de Moosach, con la mano derecha en el paraguas blanco, luego lo colocará frente a la pancarta. “Vengo del marketing”, dice Schrüfer, con los ojos despiertos y un suéter tejido abierto de color beige sobre el que lleva un botón con la leyenda: corazón en lugar de incitación. “Siempre el mismo mensaje”, dice. La repetición es importante, una y otra vez, hasta que la gente sepa: chocolate igual a Milka. Marketing para la democracia, en medio de una creciente guerra cultural: al otro lado están los Schwurbler (conspiranoicos), populistas de derecha, extremistas de derecha.Por esa razón se reúnen en el mismo lugar, a la misma hora, cada semana.
Susanne Schrüfer, una "Oma gegen Rechts” | Foto (detalle): © Daniel Hinz
Guardia el sábado, de 11 a 12 h:
Hoy fue un poco más lejos, no en el cruce de Sendlinger Tor, sino unos 300 metros más allá, en dirección a la Marienplatz —otra manifestación se adelantó—. Es un buen comienzo. Pero las perseverantes abuelas no se detienen por eso.
10:55 h. Con las fuerzas reunidas ahora se despliega la pancarta por la democracia como en la curva sur de un estadio de fútbol.
En busca de una postura
El repique de campanas de las 11:00 h es como una señal. La búsqueda comienza. Casi veinte abuelas en un radio de diez metros. Misión: democracia. Y de hecho también tienen algo de misioneras. Salvadoras de orangutanes en busca de donaciones. Fundraising vibes. Solo que las abuelas no quieren dinero. Quieren tomar una postura política.Una joven en camiseta del FC Bayern las rechaza, dice que ella es suiza. La abuela murmura: “Pero allá también podrían necesitarlo”.
Un tipo con gorra plana y cuello alto muestra el pulgar arriba, pero ocho metros más allá la siguiente abuela lo intercepta. Schrüfer nota que hay que organizarse mejor —abordar a alguien si alguien parece interesadx—, pero bajo ningún motivo molestar. Y mucho menos si la persona ya se reconoce como aliada. El 80% de los encuentros siguen el principio “pulgar arriba”.
Convertirse en abuela
Pero, ¿cómo se convierte unx en abuela? No se puede así de fácil. Ni siquiera hay que ser abuela biológica. “Hay que postularse" —dice Schrüfer— y continúa: "Leer la web, entender los valores, hacer contacto. Estar contra la discriminación, por la ley básica, contra el cambio climático, por Europa”. Hay que estar contra la derecha, obvio, pero no contra la CDU (Unión Demócrata Cristiana) y CSU (Unión Social Cristiana), para dejarlo claro. “Somos apartidistas”, enfatiza Schrüfer.
Coraje, diversidad, protección del clima: esto es lo que defienden las "abuelas contra la derecha" | Foto (detalle): © Daniel Hinz
Quien quiera unirse en Múnich no puede evitar a Sibylle Dietzel, de 63 años. Trabaja en una editorial y en su tiempo libre es una de las instructoras para futuras abuelas.
Las abuelas van como influencers de TikTok tras su primer clip viral. Desde las 551 preguntas en febrero de 2025 al gobierno federal, “Semáforo” (llamado así por los colores de los partidos integrantes de la coalición: SPD, FDP, Alianza 90/Los Verdes) sobre cómo se financian las ONG —incluidas las Omas gegen Rechts— son “famosas y notorias”. Susanne Schrüfer cuenta que desde entonces la abordan más en sus guardias, a menudo son hombres mayores que dicen ser "Opas gegen Links" (Abuelos contra la Izquierda). Schrüfer dice que en el 90% de los casos no quieren hablar. Solo descargar frustración.
Listas de espera llenas
11:16 h. Dos policías llegan, se muestran amables. Por favor, dejen libre la franja guía del suelo. “Ahí tenemos puesto un ojo”, dice una abuela. En un encuentro posterior pasa un tipo antipático, grita algo sobre “financiación” y que “no quería tener nada que ver”. Schrüfer sacude la cabeza. De eso habla. ¿Discutir? Hace tiempo que dejó de hacerlo con alguien así. Susanne Schrüfer también perdió algunos viejos amigos con los Schwurbler.Las abuelas de Múnich están organizadas de forma descentralizada, no tienen que ver con las de Berlín salvo en nombre y postura. Hay una asociación, pero nadie debe hacerse socio. Donaciones sí, pero sin recibo. Desde enero tienen una lista de espera explosiva. Antes daban un paseo al mes para conocerse. Ahora éste ocurre cada semana. Con hasta quince futuras abuelas. Sus listas están llenas hasta junio. “Tenemos una lista de espera con doscientxs postulantes”.
Somos las abuelas, abuelas, abuelas contra la derecha / Y esos que caminan por el país, banda marrón, con sus botas derechistas / Pero nosotras amamos faldas coloridas, no necesitamos cuellos marrones / vengan a nosotras y luchen contra la derecha.
Después vuelven a esparcirse
Un joven con camiseta “Cómete un cura, salva a un niño” grita un fuerte “NO” a la pregunta por la democracia. Un señor mayor finge un infarto, se agarra teatralmente el pecho, luego sigue caminando normal. Un sábado normal con lo más destacado para las abuelas.
12 h. El repique de campanas de la Marienkirche. Las abuelas guardan sus pancartas y paraguas. La próxima semana volverán. Entonces continuará.
mayo 2025