Pablo Schanton
"Una comunicación entre dos culturas"

Alejandro Ros y Pablo Schanton. Ciclo Estetoscopio, 1993.
Alejandro Ros y Pablo Schanton. Ciclo Estetoscopio, 1993. | Foto: Goethe-Institut

Luego de que en la década del ´80, gracias al Goethe-Institut Buenos Aires, había conocido el cine de Werner Schroeter y la danza de Susanne Linke, además de acceder a libros difíciles de conseguir de Theodor Adorno y Arno Schmidt, empecé a armar ciclos yo mismo en el auditorio de Corrientes 319. El primero fue justamente en 1990. Desde siempre, el objetivo consistió en trazar un link entre la música popular alemana y la argentina. Los ciclos incluían conciertos, charlas, reportajes públicos, exposiciones, proyección de videos y películas. A dos de ellos les puse nombre propio y duraron una década cada uno: Estetoscopio (entre 1992 y 1999) y Post Post (del 2000 al 2010). Eran tiempos pre-Internet: la información no abundaba como ahora. Por eso, la difusión de lo que sucedía en Alemania era esencial, ya que el pop, el rock y la electrónica que más promoción goza es la que proviene del eje anglocéntrico. Por estos ciclos anuales pasaron músicos y DJs como Asmus Tietchens, Pyrolator, Blixa Bargeld, Blumfeld, dj Bleed, RRR, Anima,  Laub, Michael Mayer, Flanger, Marcus Schmickler,Tobias Thomas, Barbara Morgerstern, Static, Thomas Köner, Wolfgang Müller (Die Tödliche Doris), Carsten Nicolai, Institut Für Feinmotorik, Manuela Bojadzijev (Ultra Red), Lawrence, Jan Jelinek, entre otros. Así como también teóricos y periodistas como Diedrich Diederichsen, Ulf Poschardt, Mercedes Bunz y Tobias Thomas. Hubo muchos resultados positivos de estas visitas e intercambios. Pienso en dos. Por un lado, un disco compilatorio con músicos argentinos editado en Köln, que tendía ese deseado puente entre las música de ambos países: “Elektronische Musik aus Buenos Aires” (Traum 001). Por el otro, la presentación en español de un crítico cultural de la talla de Diedrich Diederichsen, gracias a las ediciones de dos libros -Personas en loop y Psicodelia y ready-made-, que hoy son cita académica obligatoria. Como decía, desde el Goethe creo haber logrado una comunicación entre dos culturas que desde el vamos parecen tan distantes, por provenir de países en situaciones socioeconómicas tan desproporcionadas y con historias tan diversas. Insisto en algo, en el punto en que se produce la coincidencia: ésta radica en que ambas culturas se encuentran en una posición excéntrica en relación a ese eje británico-estadounidense que impone en el globo la música pop. Esa “excentricidad” finalmente nos hermana a la hora de producir música, en un idioma que no es el inglés.

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