Nuevas bibliotecas
De los usuarios y para los usuarios

Bibliotheksnutzer
Bibliotheksnutzer | Foto (Ausschnitt): © CandyBox Images - Fotolia.com

En las bibliotecas lo importante son los libros y otros soportes. Pero no solo. Hay países europeos en los que la atención se centra cada vez más en el usuario, con sus intereses y sus preferencias.

"A los niños no les gusta ir a la biblioteca –opina una niña de unos 11 años– porque es aburrido estarse mirando libros aburridos". Falta, según ella, poder moverse más. Cómo se imagina exactamente su biblioteca ideal es una cuestión sobre la que tiene mucho que decir. En un taller de la Biblioteca de Aarhus (Dinamarca), los niños tenían permiso para dar curso libre a sus ideas al respecto. Algunas de ellas aparecen en un vídeo, disponible en la página web de la Biblioteca: estanterías a las que se pueda trepar, un espacio para dar brincos, una piscina de pelotas, animales en un jardín y árboles frutales con columpios.

Los daneses participan en las decisiones

La ciudad de Aarhus lleva 15 años planeando una nueva biblioteca, para lo cual invitó a la población a debatir sus experiencias y expectativas con los planificadores y los arquitectos. También tuvieron ocasión de aportar sus preferencias y sus ideas los asociados del proyecto, es decir, entidades educativas, asociaciones y organizaciones que van a utilizar la biblioteca. "Entre todos aportan competencias que no tenemos en la Biblioteca", explica Knud Schulz, Director de la Biblioteca de Aarhus.

No obstante, tampoco fueron asumidas tal cual en el diseño ideas como las surgidas en diversos talleres con niños. "No se trataba tampoco de eso", según Schulz. "Eran estímulos para hacer pensar a los arquitectos. Fueron una ayuda para ver el mundo desde la perspectiva de los niños." En cualquier caso, un punto quedó claro: una biblioteca tiene que ofrecer algo más que estanterías con libros. Así lo cree también Schulz, según el cual "en la biblioteca del futuro lo importante no serán solo los soportes, sino la persona". Los soportes, añade, son nada más que una de entre múltiples posibilidades para satisfacer las necesidades de los usuarios.

Importa la opinión de todos

El principal medio empleado en Aarhus para recabar las ideas de los ciudadanos han sido grupos de discusión y talleres. En ellos se abordaron, por ejemplo, cuestiones relativas al edificio: ¿Qué vías de acceso debería tener la biblioteca? ¿Dónde se aparcan las bicicletas? ¿Cómo se llega al edificio desde el metro? Se cursó invitación a todos los grupos de edades y de interesados. Especial atención recibieron las personas con discapacidad: "En reuniones con ellos –aclara Schulz– se trató la cuestión de cómo ayudar a ir a la biblioteca a ciegos, personas en sillas de ruedas o gente que siente angustia en espacios grandes." En este momento se está discutiendo el equipamiento de interiores. En el proceso se pregunta sobre todo a los asociados. ¿Cómo se imaginan la sala de reuniones? ¿Qué objetos necesitarían que hubiese en ella? ¿Pantallas? ¿Dispensadores de agua? ¿Una cafetera? Según refiere Schulz, muchos grupos diferentes están ocupándose de distintas áreas del diseño.


Una práctica infrecuente aún en Alemania

En Alemania no se practica aún ninguna modalidad de participación de los usuarios en las bibliotecas públicas, en opinión de Konrad Umlauf, profesor en el Instituto de Biblioteconomía e Información de la Universidad Humboldt de Berlín. Sí tiene, sin embargo, larga tradición el voluntariado, a través del cual se implican los ciudadanos. "Se realizan también –añade– encuestas a los usuarios. Pero en ellas el objetivo es que valoren ofertas ya existentes. Raramente se hacen encuestas para generar nuevas ofertas." Y ese es justamente el problema en que le parecería útil contar con esa información.

El edificio de nueva construcción de la Biblioteca Central y del Land de Berlín podría convertirse en la primera biblioteca alemana en cuya planificación se implique directamente a los usuarios. En cualquier caso, no se sabe todavía con seguridad si llegará a construirse o no. Aun así, hay personas que ya se están ocupando de valorar diferentes conceptos generales para la participación de los usuarios. "De momento estamos en desarrollar formatos para los usuarios acerca de temas concretos", refiere la portavoz de prensa, Anna Jacobi. Ya está listo, en cualquier caso, un primer instrumento: el "Blog del nuevo edificio", en el que se presentan conceptos innovadores de otras bibliotecas y los usuarios pueden participar en la discusión. La intención es que posteriormente puedan también aportar sus propias contribuciones por escrito.

Otra entidad orientada al usuario: la Biblioteca de Birmingham

Al igual que en Aarhus, la población de la localidad británica de Birmingham participó también en el desarrollo de su nueva biblioteca. "En el proyecto se aborda directamente lo que nos comunicaron los ciudadanos", explica Sara Rowell, de la Biblioteca de Birmingham, que abrió sus puertas en septiembre de 2013. El edificio está unido al teatro vecino; hay un anfiteatro y espacio para exposiciones, actuaciones musicales, películas y lecturas. "Nuestro edificio pone de manifiesto –afirma Rowell– que la biblioteca del siglo XXI puede ser un centro dinámico y atractivo de la vida pública. Para los ciudadanos hay muchas ocasiones en las que acudir a la biblioteca. Y así se incrementan sus oportunidades de formarse y hacer realidad su potencial propio."

En Birmingham, como en Aarhus, los usuarios pueden también animar a la entidad a adquirir los libros y otros soportes que echan en falta en su catálogo. En ninguna de ambas entidades se produce una influencia directa como la que se efectúa en la Patron Driven Acquisition (PDA), un modelo en el que los usuarios mismos desencadenan el proceso de pedidos de libros electrónicos para su biblioteca. Dicho modelo se emplea hasta la fecha ante todo en bibliotecas científicas.

La biblioteca, un centro multifuncional

En la nueva Biblioteca de Aarhus van también a tener un papel importante los talleres y los eventos culturales. Además, el Director Schulz entiende que las bibliotecas son también centros de innovación. Está previsto organizar en la casa eventos del movimiento maker, es decir, la "cultura del háztelo tú mismo" propia de la era electrónica que versa sobre qué se puede fabricar con chatarra tecnológica, por ejemplo cómo utilizar para otros fines un iPad viejo. "Es algo que cobra mucha relevancia", refiere Schulz, que explica que, en cualquier caso, tales ideas no surgen en el diálogo con los usuarios, sino más bien con asociados como son gente de los medios de comunicación u organizaciones juveniles. "La mayor parte de los usuarios sigue viendo en las bibliotecas nada más que libros y soportes." En opinión de Schulz, sin embargo, una biblioteca tiene que tener también, además de lo que los usuarios ya conocen y buscan, espacio para cosas que no esperen encontrar allí