Música y danza
Una época interdisciplinar

„Loops & Lines“ (2013) von Stephan Thoss und dem Ensemble Modern am Staatstheater Wiesbaden;
„Loops & Lines“ (2013) von Stephan Thoss und dem Ensemble Modern am Staatstheater Wiesbaden | © Lena Obst

Entrevista con Roland Diry, gerente del Ensemble Modern en Frankfurt, sobre sus experiencias con cooperaciones entre música y danza.

Señor Diry, con el Ensemble Modern usted ha realizado diversas puestas en escena con coreógrafos, por ejemplo con Sasha Waltz “Jagden und Formen” (Cazas y Formas), una composición de Wolfgang Rihm para el Festival Frankfurter Positionen. ¿Cuál fue el origen de esta colaboración?

Esta obra tuvo varias “fases de crecimiento”. Al principio, durante la reunión para el programa del Festival Frankfurter Positionen, tuve la idea de preguntarle a Wolfgang Rihm si podría imaginar reelaborar su composición para adaptarla a una coreografía. La obra que surgió finalmente, por su complejidad y su duración de 55 minutos, se ha convertido en un verdadero reto tanto para la coreografía como para los bailarines.

¿Cuál fue el siguiente paso?

Hace ya tiempo que teníamos un gran interés por los trabajos de Sasha Waltz y ella, por su parte, demostró interés por este proyecto. Mucho antes de comenzar los ensayos, tocamos la pieza para los bailarines y el equipo coreográfico; todos ellos aprovecharon la oportunidad para poner ideas en común. En las conversaciones con los músicos, éstos fijaron hasta qué punto estaban dispuestos a participar como actores sobre el escenario. El siguiente paso fue preparar una grabación de esta primera versión de la pieza, para que la compañía de danza pudiera ensayar. También hicimos propuestas sobre cómo “trasladar” a la danza esta gran partitura: era importante que en los ensayos participara un director de orquesta dispuesto a hacer más transparente la partitura al equipo coreográfico y los bailarines desde el punto de vista musical, para poder procesarla.

Por su experiencia, ¿cuáles son las posibilidades de movimiento de los músicos? Al fin y al cabo, tocar un instrumento requiere determinados movimientos, ¿qué margen existe?

Sin duda es diferente según cada músico, pero todos hemos aprendido a introducirnos activamente en una escena desde el puro tocar del instrumento. En principio hay una gran disponibilidad por parte de los músicos, pero evidentemente también depende del instrumento si las ideas del coreógrafo o coreógrafa son realizables.

„Jagden und Formen“ (2008) von Sasha Waltz&Guests und dem Ensemble Modern für das Festival „Frankfurter Positionen“. „Jagden und Formen“ (2008) von Sasha Waltz&Guests und dem Ensemble Modern für das Festival „Frankfurter Positionen“. | © Dominik Mentzos Photography ¿Cómo se transforma una pieza musical cuando se le suma una coreografía, como en el caso de “Jagden und Formen” (Cazas y formas)?

Para mí fue un maravilloso aprendizaje. Yo originariamente soy clarinetista y he participado en estrenos mundiales de diversos “estados” de Jagden und Formen. Así que conozco muy bien la estructura de la obra. Y me parece extraordinariamente impresionante que la coreografía no sólo responda al sonido, la estructura y los bailarines, sino que además refleje perfectamente la arquitectura de esta pieza, de modo que el espectador y oyente puede reconocer la interacción de los distintos elementos.

Estas experiencias, ¿le motivan a continuar con el trabajo interdisciplinar?

Sí, muchísimo. Pero como ambas instituciones –tanto la compañía de danza como el Ensemble Modern– sólo están financiados en una pequeña parte por dinero público, un organizador o socio ha de cubrir el total de los gastos de una representación. Esto también afecta a los gastos que suelen asumir los entes públicos, por ejemplo los honorarios de los músicos y bailarines en un teatro estatal. Por eso es tan difícil poner en escena este tipo de producciones con la frecuencia que se desearía y que también nosotros querríamos.

La música de los siglos XX y XXI que toca el Ensemble Modern, ¿es fundamentalmente interdisciplinaria?

Sí, totalmente. Estamos en una época en la que se sigue con gran atención lo que ocurre en las otras artes, porque suponen una inspiración para la propia disciplina. Realmente nos estamos moviendo hacia una época interdisciplinar.

A finales de 2013 realizó usted “Loops and Lines” (i.e., Bucles y Líneas) con el Teatro Estatal de Wiesbaden y su coreógrafo Stephan Thoss, que se centraba en el análisis del movimiento de Rudolf von Laban.

En algunas fases de prueba, Stephan Thoss nos presentó sus ideas sobre el análisis del movimiento de Laban y reflexionamos juntos sobre qué obras se prestarían mejor a ello. Finalmente, seleccionamos tres obras existentes y elaboramos juntos una improvisación. Esta cooperación directa nos resultó muy atractiva. Nos concentramos en los representantes estadounidenses de la Minimal Music. Con Eight Lines(i.e., Ocho Líneas) de Steve Reich, la situación espacial venía dada por las posiciones de dos pianos, alrededor de los cuales se agrupaba el resto del ensemble, mientras que en Shaker Loops (i.e., Bucles Agitados) de John Adam, con sus siete instrumentos de cuerda “móviles” sobre el escenario, se podía ensayar todo lo imaginable.

¿Qué experiencias ha recabado durante la colaboración con las diferentes prácticas de ensayos con música y danza? Mientras que para la danza todo se desarrolla en equipo en el estudio, la música con frecuencia es preexistente.

En las producciones de teatro musical del Ensemble Modern con Heiner Goebbels también había largas fases de pruebas, en las que vimos la importancia que pueden cobrar las ideas de cada uno de los participantes –de modo imprevisible–. Cosas que al principio sólo se han probado una vez, al final pueden retomarse y adoptar un papel primordial. Precisamente esta cuestión de la cooperación está interesando cada vez más a muchos compositores. Por ejemplo, en el marco del Seminario Internacional de Compositores, el Ensemble Modern ofrece a los compositores la posibilidad de probar sus ideas y reflexionar sobre ellas con nosotros un año antes del plazo establecido para la finalización de la composición, para después pulirlas. Así, se introduce en el proceso de composición lo que es práctica habitual en el teatro y la danza. Y yo creo que, en la actualidad, es un aspecto muy importante del trabajo. Claro que ha habido revisiones de partituras con anterioridad, pero sí que es algo nuevo planear ya desde el principio la traslación de esta práctica, habitual en el teatro musical y la danza, a la composición.