Heinrich Böll
La voz que salió de los escombros

Portada de la Revista Cultural “Turia” sobre Heinrich Böll
Portada de la Revista Cultural “Turia” sobre Heinrich Böll | Photo: © Andrés Rábago

“Cuando volvimos a ver Colonia, lloramos”. Heinrich Böll describía así en uno de sus ensayos [1] la sensación que les sobrecogió a él y a su familia, y seguramente también a la totalidad de aquellos en su misma situación, cuando a finales de 1945 regresaron a una ciudad inexistente, completamente destruida por las bombas, arrasada, desolada. 

Böll tenía entonces 28 años y era uno de los pocos supervivientes de la devastación del conflicto bélico, aproximadamente unos 400.000, del que había sido uno de los núcleos urbanos más importantes del país. Colonia era su casa, la ciudad en la que había nacido el 21 de diciembre de 1917, y en la que había vivido hasta entonces los años felices de su infancia, la bancarrota de su familia y el terror de la políticas nacionalsocialistas. Tras haberse visto obligado a alistarse en el ejército, ser parte activa de los combates en los frentes del este y el oeste y haber estado incluso en prisión, regresaba ahora a una ciudad de escombros, fantasmagórica, destruida en su práctica totalidad, que habría de vivir los sinsabores de la reconstrucción y de todas las conmociones que experimentaría en su seno la Alemania de posguerra.

La liberación del nacionalsocialismo le dio el impulso para empezar a escribir

Esta visión de su ciudad natal, unida a todo lo vivido en los años previos, constituyó, no obstante, el factor decisivo que impulsó al futuro Premio Nobel a dedicarse a la literatura con una intensidad que no había logrado desarrollar hasta entonces, debido a lo complejo de su situación vital hasta ese momento. Aun con todo, en su esbozo autobiográfico Über mich selbst (i.e., Sobre mí mismo), redactado a finales de 1936, Böll había dejado ya claro que lo único que siempre había deseado era escribir, y que lo había intentado desde muy joven, pero no había encontrado el modo de hacerlo ni las palabras para ello hasta mucho tiempo después, precisamente tras la vivencia de tan brutales acontecimientos y, sobre todo, tras la visión de las ruinas: “Yo sabía lo que había pasado (…) y no me hice ilusión alguna sobre el momento histórico de 1945. Pero siempre, a pesar de los escombros, la miseria, las dificultades, el hambre y demás, la sensación de ser libre resultó decisiva. Para mí fue un aliciente; entre 1939 y 1945 no escribí una sola línea, solo muchas cartas a mi mujer, a la que luego sería mi mujer, a mis amigos, pero después de 1945 sentí un empuje tremendo (…) y empecé rápidamente a escribir” (Literaturmagazin 7,1979).

Sus posturas anticlericales y antiburguesas ya caracterizaban sus primeras obras

Su primer gran trabajo en prosa fue una novela con forma de diario titulada Am Rande der Kirche (i.e., Al margen de la Iglesia), que Böll redactó durante el verano de 1939, cuando presentía ya la inminencia de la guerra y esperaba ser llamado a filas en cualquier momento. La novela, que nunca llegó a ver la luz al igual que el resto de sus escritos de aquellos años, se caracterizaba por una actitud vehementemente anticlerical y antiburguesa que, con el paso del tiempo, se convertiría en el hilo conductor del conjunto de su producción literaria. Aus der Vorzeit (i.e., De los primeros tiempos), un relato muy breve, vio la luz el 3 de mayo de 1947 en el periódicoRheinischer Merkur; Der Zug war pünktlich (i.e., El tren llegó puntual), una de sus narraciones más conocidas, no se publicó hasta 1949, aunque Böll la había escrito en el invierno de 1946/47. Aun a pesar de este lento proceso inicial, a estos textos les seguiría una producción ininterrumpida a lo largo de más de cuarenta años, llenos de premios y menciones, en los que la Alemania de posguerra y del posterior milagro económico desempeñó siempre un papel fundamental en un total de más de cien relatos, diez novelas, más de veinte piezas de teatro radiofónico, cinco guiones cinematográficos y dos teatrales, un sinfín de ensayos y, lo que es menos conocido, veinticuatro poemas. Como escritor comprometido que siempre fue, Böll impartió también múltiples conferencias, y publicó un buen número de manifiestos políticos, así como prólogos, epílogos y reseñas de otras tantas obras. En total más de seiscientos textos a los que habría que añadir las versiones cinematográficas que se han realizado de algunas de sus novelas y relatos.
 
(Fragmento del artículo introductorio del monográfico Heinrich Böll que publicará la revista “Turia” en su nº 115, que se distribuirá el próximo mes de junio)

[1] Böll, Heinrich, Werke. Ed. de Bernd Balzer. Colonia: Kiepenheuer & Witsch 1977-1978, vol. 2, p. 151.